A un mes de asumir, la Presidenta registra un nivel de rechazo de 26%. Sus principales ministros tienen apoyos sobre el 50%, pero algunos con niveles de conocimiento bajo ese umbral. 59% dice que no está dispuesto a pagar más impuestos para disminuir la desigualdad y 49% cree que la reforma tributaria afectará el crecimiento. Aunque 51% dice que no afectará el empleo y 67% respalda alza de tributos a las empresas.
Manteniendo una agenda normal de trabajo, Bachelet cumple hoy un mes desde que el 11 de marzo ingresó a La Moneda para iniciar su segundo mandato, después del período entre 2006 y 2010.
La Mandataria, según una encuesta realizada por La Segunda-UDD, llega a este primer mes con un respaldo de 56% y un rechazo de 26% (ver ficha técnica del estudio).
Más allá de la buena cifra general de aprobación, la Mandataria enfrenta un cuadro complejo en cuanto a la recepción que ha tenido su reforma tributaria, una de las tres grandes transformaciones incluidas en su programa de gobierno, junto con la reforma educacional y la elaboración de una nueva Constitución.
De acuerdo a la encuesta La Segunda-UDD, el 56% cree el ajuste tributario no cumplirá el objetivo de disminuir la desigualdad. Y el 59% no está dispuesto a pagar más impuestos para "disminuir la desigualdad". Además, el 47% está en contra de que se rebaje el impuesto a las personas de mayores ingresos de 40% a 35%, versus 39% que apoya la medida.
En todo caso, 67% respalda el alza de impuesto a las empresas, de 20% a 25%, mientras el 17% la rechaza.
Más allá de la evaluación de esta primera gran reforma, los principales ministros registran altos niveles de apoyo, aunque -en algunos casos- bajos niveles de conocimiento.
El titular de Interior, Rodrigo Peñailillo tiene 79% de aprobación y 17% de rechazo, entre el 44% de quienes dicen conocerlo. Un 56% dice no conocerlo.
El jefe de Hacienda, Alberto Arenas, tiene 55% de respaldo y 28% de rechazo, de entre el 31% que indica conocerlo. El 69% dice que no lo conoce.
A su turno, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, registra 70% de respaldo y 24% de rechazo. Al ex ministro de Hacienda de Ricardo Lagos el 68% dice conocerlo, versus el 31% que no.
La ministra de la Segpres, Ximena Rincón, tiene 71% de apoyo versus 24% de rechazo, del 67% que dice conocerla. El encargado de Segegob, Alvaro Elizalde, tiene 64% de respaldo versus 28% de rechazo, del 39% que lo conoce. Mientras el canciller Heraldo Muñoz registra 72% de apoyo y 16% de rechazo, del 52% que lo conoce.
El estudio La Segunda-UDD se realizó entre los días 9 y 10 de abril, vía telefónica y con encuestadores en vivo. Se utilizó un cuestionario estructurado de 10 a 15 minutos de duración.
El sondeo consideró 832 casos y se efectuó en 66 comunas a nivel nacional, representando el 68% de la población mayor de 18 años, distribuida según el peso de cada comuna.
La muestra fue probabilística, con selección aleatoria de hogares y de entrevistados.
El margen de error asociado al estudio es de 3 %, para un nivel de confianza del 95%.
Dentro de la batería de argumentos esgrimidos por el oficialismo para fundar la necesidad de una reforma tributaria, ocupa un lugar destacado el que la iniciativa va a contribuir a disminuir la desigualdad en el país, básicamente porque se orienta a que sean las personas de más altos ingresos las que paguen más impuestos.
Sin embargo, la encuesta La Segunda-UDD recoge más bien una percepción mayoritaria de escepticismo ante dicho planteamiento. En ese sentido, las personas consultadas no sólo ponen en duda que los cambios impositivos ayuden a combatir la desigualdad sino que además plantean que los mayores impuestos terminarán pagándolos todos o la clase media. Sólo un minoritario sector prevé que la reforma tendrá mayor impacto en los grandes empresarios y quienes más tienen.
Sobre el particular un 56% de los entrevistados cree que la reforma tributaria no cumplirá el objetivo de reducir la desigualdad, mientras que un 40% piensa que sí se avanzará en ese sentido.
Además, ante la consulta "está dispuesto a pagar más impuestos para disminuir la desigualdad", el 59% dice que está en contra; el 34% señala que está de acuerdo y el 7% no sabe o no contesta.
Por otro lado, un 45% de los encuestados considera que, directa o indirectamente, la reforma tributaria la terminaremos pagando todos. En cambio, un 33% prevé que dicho costo lo terminará pagando mayoritariamente la clase media y sólo un 18% estima que serán los grandes empresarios y los que más tienen los principales afectados por el alza de impuestos.
Otro de los temas de debate asociados a la reforma tributaria es la gravitación que esta podría tener en el crecimiento económico y la situación del empleo. El gobierno desestima dichos efectos y los detractores de la iniciativa contraargumentan que sí habrá incidencia de esa naturaleza.
No obstante, el sondeo La Segunda-UDD recogió percepciones más bien matizadas sobre la materia.
En efecto, un 49% de los consultados considera que el país experimentará una reducción del crecimiento económico por el aumento de impuestos, mientras que un 40% piensa que la iniciativa no tendrá tal impacto.
Por el contrario, 51% de las personas entrevistadas piensa que la reforma no afectará los actuales niveles de empleo, en tanto que un 42% opina que sí incidirá.
47% rechaza rebaja a personas de mayores ingresos.
Divergencias en alcoholes: apoyan alza en pisco y rechazan en caso del vino.
Exención de pago de IVA en viviendas: mayoría en contra de su eliminación.
Al momento de desglosar la ingeniería de detalle de la reforma tributaria, las opiniones son divergentes frente a las alzas que propone el proyecto de ley impulsado por el Gobierno.
Una de las respuestas categóricas fue ante la consulta de si los encuestados respaldan el incremento en la tasa del impuesto de primera categoría que grava las utilidades de las empresas. Sobre el alza propuesta, desde un 20% al 25%, un 67% de los encuestados se pronunció a favor , mientras que la medida fue rechazada sólo por un 27%. 6% no contestó o dijo no saber.
En el caso del impuesto a las personas, consultados por la posibilidad de bajar el tributo para quienes tengan mayores ingresos, desde 40% a 35%, predominaron las respuestas de rechazo, con un 47%; 39% se pronunció a favor y 14% dijo no saber o no respondió.
En cuanto a los cambios que se proponen en materia de alcoholes, hubo opiniones divididas entre los productos.
En el caso específico del pisco,60% manifestó su apoyo a que el tributo sea incrementado; un 37% objetó el alza, mientras que 3% no sabe o no contesta.
En cambio, la opinión mayoritaria en el caso del vino fue en contra: 51% manifestó su rechazo a que se suba este tributo ; seguido sí de cerca con un 47% que se encuentra a favor.
Otro de los aspectos que ha generado discusión en el marco de la tramitación de la reforma tributaria, es la situación de las bebidas con azúcar . Consultados sobre la posibilidad de subir el tributo a este producto, hubo opiniones divididas: un 49% se declaró a favor; 48% en contra y 3% dijo no saber o no respondió.
En tanto, la posibilidad de afectar con un impuesto a los vehículos diésel de uso particular generó rechazo: 57% objetó la medida y 31% se mostró a favor; 57% en contra, mientras que un 12% no sabe o no contesta.
Y en el caso de la eliminación de la exención de pago de IVA a viviendas de entre 2.000 UF a 4.000 UF, la mayoría se mostró en contra, con un 52% de rechazo; 36% a favor.
También fue objetada la posibilidad de que se eleve la tasa en timbres y estampillas que se paga por créditos; 58% estuvo en contra de la medida; 28% a favor y 14% no se definió.
La propuesta de dotar a Impuestos Internos de mayores facultades dentro de un conjunto de medidas contra la evasión y elusión tributaria enfrenta el rechazo del 71% de quienes poseen estos medios de pago.
Uno de los aspectos de la reforma que ha abierto un flanco de polémica, se relaciona con nuevas facultades que se propone entregar al Servicio de Impuestos Internos dentro de un conjunto de medidas para reducir la evasión y la elusión.
Una de ellas es dotar al SII de atribuciones para acceder a la información de compras pagadas por medios electrónicos (tarjetas de crédito y débito) para verificar si los gastos que hace una persona con dichos medios de pago son coherentes con los ingresos que reporta y por los cuales tributa.
Este apartado de la reforma tributaria ha sido blanco de cuestionamientos de parte de parlamentarios de diversas bancadas. El propio presidente de la Cámara, Aldo Cornejo (DC), pidió que se perfeccione esta norma porque a su juicio abre la puerta a que el SII pueda incurrir en situaciones arbitrarias.
Las aprensiones parlamentarias en este tema son ampliamente compartidas por la opinión pública, de acuerdo a lo detectado por la encuesta La Segunda-UDD.
De acuerdo a los datos del estudio, un 44 por ciento de los entrevistados declaró tener tarjetas de crédito o de casas comerciales, mientras que el 56 por ciento restante aseguró que no posee estos medios de pago.
Dentro del universo de aquellos que están en posesión de estos plásticos, un 75 por ciento se pronunció en abierto desacuerdo con la propuesta de que se autorice al Servicio de Impuestos Internos a revisar los movimientos y compras con las tarjetas. En cambio, un 26 por ciento de quienes usan estos medios de pago dijo estar de acuerdo con esta medida de control de la evasión tributaria.
El martes pasado, en una reunión en el Congreso, la bancada de diputados PS expresó al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, su inquietud por la estrategia para difundir la reforma tributaria y la necesidad de "aterrizar" más los argumentos, dejando de lado el debate de corte más técnico.
Más allá de la preocupación en el oficialismo, los encuestados en el sondeo La Segunda-UDD dicen que "se ha informado" poco sobre la ofensiva comunicacional desplegada por el Ejecutivo.
De acuerdo al sondeo, ante la pregunta "cuánto siente usted que se ha informado de la reforma tributaria propuesta por el gobierno", el 55% dice que "poco", el 19% opta por "suficiente", el 17% que "nada" y el 9% por "bastante".
En tanto, ante la pregunta "cómo cree que lo ha hecho el gobierno comunicando su propuesta de reforma tributaria", el 39% señala que bien, el 9% que muy bien, el 35% opta por mal y 9% por muy mal.
