En un sondeo que mide expectativas al inicio del nuevo gobierno, el 59% cree que la Mandataria "será capaz" de cumplir con su promesa de ajuste tributario; el 56% cree que no cumplirá su promesa de educación gratuita.
En la antesala de la ceremonia de toma de mando de Bachelet, la encuesta La Segunda-UDD sondeó las expectativas ante las principales reformas que impulsará la nueva administración, cómo evolucionará la economía del país, el desempeño por área del Ejecutivo y la evaluación con que llegan algunos ministros a sus cargos, entre otros temas.
La encuesta se realizó entre el 8 y 9 de marzo pasado, a través de consultas telefónicas a 968 personas, con un margen de error de 3%, para un nivel de confianza de 95%.
De acuerdo al sondeo, el 59% cree que el gobierno de Bachelet será capaz de cumplir con su promesa de hacer una reforma tributaria, versus el 31% que cree lo contrario.
Las altas expectativas que existen en torno al cumplimiento de dicha iniciativa, sin embargo, no se repiten en las otras dos reformas estructurales propuestas por la Mandataria, quien asumió este martes su alto cargo.
De acuerdo a los resultados del sondeo, sobre la promesa de entregar educación gratuita al 70% de la educación universitaria -como Bachelet se comprometió a tener implementado al final de su mandato-, el 56% cree que eso no se cumplirá, mientras el 36% piensa que sí.
En cuanto a la nueva Constitución, el 50% cree que Bachelet no logrará sacarla adelante, mientras el 41% cree que sí.
Según dicen en la Nueva Mayoría, la reforma tributaria será la primera iniciativa -de las tres mencionadas por Bachelet como prioritarias- que será enviada al Congreso. La idea es que el nuevo gobierno presente el proyecto de ley de aquí a fines de marzo.
Además de un alza de impuestos a las empresas, le reforma impositiva propuesta por Bachelet incluye la eliminación del FUT, tema que ha sido rechazado con fuerza por los empresarios.
La reforma tributaria, que pretende aumentar la recaudación en 3 puntos del PIB, será la base para la futura reforma educacional, pues busca asegurar los recursos para establecer la gratuidad en todos los niveles.
En todo caso, en concordancia con las cifras entregadas por la encuesta La Segunda-UDD, en la Nueva Mayoría asumen que la reforma educacional trae consigo incluso mayores complejidades que la tributaria. Esto pues avanzar hacia una gratuidad de 100% provoca fuertes divisiones internas: buena parte de la DC se rehúsa a respaldar dicho planteamiento. También existen divergencias en cuanto al fin de los aportes estatales para los establecimientos particulares subvencionados.
Y sobre la reforma constitucional a juicio de la Nueva Mayoría, reviste de mayor complejidad: aunque la propia Bachelet habló de enviar un proyecto de ley al Congreso en el segundo semestre de este año, algunos dirigentes del nuevo oficialismo son renuentes a descartar una asamblea constituyente como mecanismo para impulsar el debate.
En todo caso, aunque la reforma tributaria es la única iniciativa que, según creen los encuestados, serán aprobada, las expectativas moderadas también se reflejan en este punto: el 51% piensa que la desaceleración económica incluirá en una reforma tributaria "menos profunda", versus el 32% que rechaza esta alternativa.
Esto, pese a que desde el nuevo gobierno han señalado que las iniciativas detalladas en elo programa de gobierno son el piso inamovible de la próxima administración.
Sobre las expectativas ante el futuro de la economía, la mayor parte de los encuestados cree que seguirá igual (41%), mientras el 36% piensa que mejorará y el 17% que empeorará.
Este cuadro se repite en buena parte de las expectativas por áreas, como empleo, delincuencia, pobreza y desigualdad. En todas estas categorías, la mayoría cree que la situación permenecerá igual.
Esto, con la excepción de la categoría de corrupción, en que el 44% de los consultados cree que la situación empeorará, versus el 43% que piensa que se mantendrá igual.
En cuanto a materias valóricas, consultados si "piensa que al final de este gobierno, la mujer que desee hacerlo podrá realizarse un aborto terapéutico", el 51% dice que no, el 37% que sí y el 11% no sabe/no contesta.
Respaldos a Bachelet y PiñeraEn todo caso, el sondeo muestra también que Bachelet llega hoy a La Moneda con 50% de apoyo, versus 18% de rechazo y 32% "ni lo uno ni lo otro".
En cuanto al saliente mandatario Sebastián Piñera, su respaldo es de 51% y el rechazo es de 35%.
De los encuestados, el 54% asegura que votó en primera vuelta presidencial, mientras el 41% dice que no lo hizo. De quienes sugrafaron en dichos comicios de noviembre del año pasado, el 39% asegura que por Bachelet, el 25% por Evelyn Matthei, el 9% por Marco Enríquez Ominami, el 5% por Franco Parisi y 7% por "otro candidato", mientras que el 15% decalara haber decidido nulo o blanco.
En cuanto a la segunda vuelta presidencial, el 49% dice que votó, el 48% dice que no. De quienes aseguraron que sí habían sufragado, el 57% dice haberlo hecho por Bachelet y el 29% por Matthei, mientras que el 14% optó por nulo o blanco.
La perspectiva de que al finalizar el gobierno de Bachelet la situación del país no habrá experimentado fuertes diferencias en comparación con el escenario actual, es una impresión que se impuso al consultar sobre distintas áreas temáticas del país.
"¿Respecto a hoy, piensa que su situación económica en cuatro años más será...?" "Igual" fue la respuesta que entregó el 41% de los encuestados. En tanto, 36% consideró que será "mejor que hoy" y 17% estimó que empeorará. Sólo un 6% dijo que no sabe o no respondió.
En cuanto a la generación de empleo , 47% estimó que la situación será igual, 26% peor y 19% mejor.
El tema económico justamente está entre las preocupaciones del próximo gobierno.
En el mundo político existe alta atención respecto de la evolución económica del país, dado el frenazo que mostró la actividad en enero, y las críticas que han lanzado desde la Alianza respecto al efecto que tendrán algunas reformas del programa de Michelle Bachelet en el dinamismo del país.
Desigualdad: 55% cree que no variará
Sobre la pobreza, 46% piensa que no habrá variaciones, 29% que será mejor y 23% que será peor.
En materia de desigualdad, un 55% considera que las condiciones serán iguales , un 24% que será mejor y un 18%, peor.
En tanto, consultados sobre la delincuencia , 41% opinó que el nivel continuará, un 38% se pronunció porque empeorará y 18% que la situación será mejor.
"Peor" e "igual" empatan en corrupción
Finalmente, en materia de probidad, hubo prácticamente las mismas menciones entre quienes consideran que será peor (44%) y que será igual (43%). Sólo un 9% espera que la situación sea mejor.
El 71% de los encuestados cree que Bachelet no dará una salida al mar para Bolivia. Esto, frente al 19% que piensa que sí lo hará y sólo el 10% que no sabe o no contesta.
La categórica cifra se inserta en medio de un escenario tenso con La Paz, luego de que ese país interpusiera una demanda contra Chile en La Haya y de que el presidente Evo Morales lanzara duras críticas tanto al mandatario saliente Sebastián Piñera como hacia Bachelet. De la nueva mandataria, el líder paceño dijo esperar a ver cuán "socialista" es, emplazándola a dejar la Alianza del Pacífico, y agregó haber sido "engañado" por ella durante su período anterior, en que no se logró sellar un acuerdo para una salida al mar.
Esto habría un intenso debate al interior de la Nueva Mayoría sobre cómo abordar la relación con Evo Morales y si habían caminos para impulsar una eventual distensión. Sin embargo, la definición de la nueva cancillería, encabezada por Heraldo Muñoz, apunta a que si bien se ofrecerá a La Paz activar una agenda de diálogo intensa, esta no incluirá el tema marítimo mientras el gobierno de Morales mantenga activo el litigio en la Corte Internacional de Justicia.
En todo caso, la nítida negativa a La Paz se produce en paralelo a los pronósticos de los encuestados ante la relación con otros países: más del 60% de los encuestados cree que la relación "se mantendrá" con Perú (66%), Argentina (72%), Brasil (70%), Colombia (73%) y Estados Unidos (66%). Esto, pese a las declaradas intenciones, tanto de Bachelet como de su canciller Heraldo Muñoz, de un anunciado giro en la política exterior hacia América Latina, criticando los vínculos dejados en la región por Piñera.
Si bien en la Nueva Mayoría apuntan a que el objetivo es mantener la mejor relación posible con Perú, la idea también es reabrir la negociación sobre cómo implementar el fallo de La Haya, que modificó la frontera marítima. El objetivo, dicen en círculos diplomáticos, es obtener garantías más explícitas por parte de Lima de que se modificarán preceptos legales de ese país como "dominio marítimo", que establece soberanía exclusiva en el mar limeño, lo que choca con los derechos de libre tránsito chileno que la corte ordenó resguardar, de acuerdo a la Convención del Mar de 1982.
La discusión sobre el nivel de conflictividad que puede haber en este gobierno que comienza, tanto a nivel social, como político, también fue graficado en el estudio.
"Los movimientos sociales incrementarán sus protestas en las calles" en opinión de un 64% de los entrevistados. 29% dijo pensar lo contrario y un 7% no sabe o no contesta.
Alianza: diálogo con el gobierno
Asimismo, respondieron sobre la relación que tendrá "la oposición de derecha" con la administración Bachelet. El resultado fue que el 57% cree que se traducirá en "buscar más diálogo y consensos que dar batallas". Sin embargo, 30% opina que este sector va a "obstruir la mayoría de las iniciativas". El 13% no contesta o no sabe.
"Permanente" problema DC-PC
Y en cuanto al nuevo oficialismo, se propuso a los encuestados elegir una frase que graficara la relación que se dará en estos años entre los partidos políticos que conforman la Nueva Mayoría. Aunque hubo opiniones divididas, se impuso por un bajo margen de diferencia con otras opciones la idea de que "la relación entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista será de permanente problema", con un 31%. En tanto, un 26% de los encuestados opinó que "los actuales integrantes de la Nueva Mayoría no serán los mismos" al final del gobierno y un 21% estimó que "más allá de algunas diferencias puntuales, podrán coordinarse". Un 22% no contestó o dijo no saber qué ocurrirá.
"¿A qué ministros de Bachelet conoce usted y cuál es su impresión'", es la pregunta que se hizo a los encuestados. Sobre la primera parte -el nivel de conocimiento de los nuevos secretarios de Estado- las cifras son bajas: Rodrigo Peñailillo (Interior) tiene 16% de conocimiento; Ximena Rincón (Segpres) obtiene 14%; el canciller Heraldo Muñoz, un 3%; el jefe de Hacienda, Alberto Arenas, logra el 2% y el ministro de Defensa, el ex diputado DC Jorge Burgos, un 1%.
Quien escapa a esas cifras es el nuevo encargado de la cartera de Educación, Nicolás Eyzaguirre. El ex ministro de Hacienda del gobierno de Ricardo Lagos tiene un 62% de conocimiento. Y dentro de ese porcentaje, un 85% de evaluación positiva, versus un 8% de evaluación negativa y 7% de neutra.
Eyzaguirre deberá enfrentar una de las tareas más complejas del gabinete: aprobar la ambiciosa reforma educacional impulsada por Bachelet, que incluye el fin del lucro y gratuidad hasta el 70% al fin de este mandato, alcanzando el 100% en los próximos seis años.
Hasta ahora, el ministro ha sido recibido con desconfianza por los estudiantes, quienes han pedido precisar los alcances y contenidos de los anuncios en materia educacional. En ese contexto, el secretario de Estado ya inició una ronda de reuniones con organizaciones como el Colegio de Profesores, ante quienes se comprometió a evaluar el retiro de un proyecto de ley enviado por el gobierno de Piñera sobre la carrera docente. Así, Eyzaguirre ha dicho que conversará con todos los actores sociales relacionados con la reforma.
De todas maneras, las cifras con las que Eyzaguirre inicia su trabajo son de las más altas, comparadas con las de algunos de sus colegas del nuevo gabinete: Peñailillo tiene 60% de evaluación positiva, Ximena Rincón obtiene 75% y Heraldo Muñoz alcanza 63%.
HidroAysén: 47% cree que será aprobadoPese a ser uno de los proyectos medioambientales más polémicos ya que Bachelet ha dicho que, así como está, no es viable, el 47% cree que "por la crisis energética, el gobierno terminará aprobando el proyecto HidroAysén". El 40% cree lo contrario.
Un nivel de aprobación del 51% alcanza el Presidente Sebastián Piñera como "evaluación global de los 4 años" de su gobierno, de acuerdo a la encuesta La Segunda-UDD.
Los entrevistados fueron consultados sobre si aprueban o rechazan su gestión. Y, en este contexto, un 35% de los encuestados manifestó que desaprueba su mandato, mientras que el 14% señaló que no sabe, o bien no contestó la pregunta.
En tanto, también un 39% piensa que el Presidente Piñera "será un comentarista permanente de lo que haga el gobierno de Bachelet", y un 55% cree que "se abstendrá de opinar". Mientras que el 6% no sabe o no contesta.
En los últimos días, tanto los ministros del gobierno saliente, como el ex Presidente Piñera, han resaltado el respaldo con el que terminó su administración. Esto, dado que la última encuesta GfK Adimark dio a conocer en días recientes que el ex Mandatario culminó su periodo con un 50% de aprobación en su medición de febrero.
Las polémicas renuncias de subsecretarios que golpearon al nuevo gobierno antes de asumir, también fueron abordadas.
Consultados acerca de responsabilidad política, hubo opiniones divididas: la misma cantidad de menciones, un 30%, recibió tanto la opción "del futuro ministro Peñailillo y sus asesores", como la idea de que el peso recae en "los partidos que los propusieron". Un 17% consideró que la responsabilidad es de Bachelet y un 23% no sabe o no contesta.
El sábado pasado, tras críticas de agrupaciones de DD.HH. y también de figuras de la Nueva Mayoría, Carolina Echeverría (PPD) protagonizó la última de las dimisiones a la subsecretaría de Fuerzas Armadas, frente a los cuestionamientos de los que fue objeto por su padre. Su salida, al igual que en el caso de Claudia Peirano -la primera en alejarse de su nombramiento en Educación-, ocurrió tras recibir el respaldo de la Presidenta.
Distinta fue la situación del DC Hugo Lara, designado en Agricultura, y Miguel Moreno (PR), en Bienes Nacionales -sobreseído en una acusación por "tocaciones" a una pasajera del metro- quienes no habían recibido el respaldo presidencial.
