Evitar que el asunto del "triángulo" o límite terrestre al norte de Arica quede dentro de un rango ambiguo de entendimiento entre Santiago y Lima -y que así se corra el riesgo de que a futuro se convierta en el nervio de una nueva demanda fronteriza por parte de Perú- es uno de los focos que Chile comenzará planteando a su vecino país como parte de la controvertida aplicación del dictamen emitido este lunes por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Y cuyo primer episodio será el encuentro que sostendrán este miércoles el Presidente Sebastián Piñera con Ollanta Humala y la Presidenta electa Michelle Bachelet.

Así se desprende de las numerosas conversaciones que se han sostenido después de conocido el fallo, cuyo texto recibió formalmente este martes el Mandatario en La Moneda, apenas aterrizó de regreso de La Haya el agente chileno Alberto Van Klaveren. A la cita se unió el Canciller Alfredo Moreno y el embajador Juan Martabit.

El fondo del asunto del límite terrestre no fue abordado por la CIJ en su sentencia, ya que optó por no pronunciarse debido a que estima que el asunto fue zanjado por el Tratado de 1929 que firmaron ambos países. Pero desde la óptica de Santiago, ello requiere de una postura firme y de un manejo especial, si es que se desea evitar que se convierta a futuro en un nuevo litigio.

Por lo mismo, zanjar el asunto es visto en el gobierno como el primer punto a aclarar con Perú, y que incluso de ello dependería parte importante del proceso de implementación.

Dicho asunto fue parte central de las conversaciones que Piñera sostuvo este lunes con Humala y Bachelet.

Para Chile, el límite terrestre termina en el Hito 1, a partir del cual el paralelo correspondiente traza la frontera mar adentro, línea recta que termina -ahora, después del dictamen- en las 80 millas marítimas. Para Perú, el punto se ubica algo más de 260 metros al suroeste, en el llamado "Punto 266" o Punto Concordia.

Dos señales ya fueron claras en ese sentido. La más importante, a juicio de muchos, es que en sus propias declaraciones oficiales -hechas por cadena de televisión y radio-, los dos presidentes ya marcaron sus diferencias en este punto.

"La decisión de la Corte establece que el límite marítimo comienza en el Hito 1 y se extiende a lo largo de ese paralelo", declaró Piñera. Y subrayó que "esta decisión reviste una importancia adicional, ya que si bien ambos países discrepaban respecto a dónde comenzaba la frontera marítima, Hito 1, según Chile, punto 266, según Perú, ambos países siempre coincidieron en que la frontera marítima comienza en el último punto de la frontera terrestre".

En base a ello, aseveró que "la confirmación por parte de la Corte, de que la frontera marítima comienza en el paralelo del Hito 1, ratifica el dominio chileno del triángulo terrestre respectivo".

Pero Humala discrepó de este punto, al sostener que el dictamen "no prejuzga, ni afecta, la intangibilidad de la frontera terrestre establecida en el Tratado del 29 y a los trabajos de la Comisión Mixta de Límites de 1929 y 1930, que fijan su inicio en el Punto Concordia".

Por lo mismo, destacó que la CIJ "no se ha pronunciado respecto a la frontera terrestre, pues la controversia sometida a su jurisdicción era sobre la delimitación marítima".

Y luego, la canciller Eda Rivas insistió en el que el dictamen no afecta la frontera terrestre, y fue más clara. "Vamos a tener unos 300 metros de costa seca. Si bien no es usual, hay 6 casos en el mundo, por diversas razones, donde hay costa seca", explicó. Pero aclaró: "(El triángulo terrestre) no está en controversia".

En los hechos, se observa, Chile basaría su argumento en que del fallo se desprende que el límite terrestre está más que zanjado. El mismo asunto fue abordado a fondo en la cita que el Canciller Moreno sostuvo con los senadores de la comisión de RR.EE., donde se planteó que el fallo debe aplicarse en forma completa, porque de lo contrario quedaría en entredicho el proceso.

"Perú debe entender que no puede desconocer el Hito N° 1 como punto fronterizo final e inicio del paralelo. Si Perú no reconoce que es el punto final de la frontera terrestre, no puede pedir el resto del acuerdo, que debe ser aceptado en su totalidad", aseveró el senador UDI Hernán Larraín.

Su par Eugenio Tuma (PPD), apoyó el punto: "El fallo marca el fin de las diferencias limítrofes con Perú. Si Perú objeta algún punto, no tiene sentido implementar el resto del fallo. Es todo o nada".

De cualquier modo, en el gobierno sostienen que lo que se desea evitar es que se genere una ambigüedad. Si Lima no accede a que se cierre formalmente el fin de las diferencias limítrofes, la idea de la administración Piñera es que entonces se sincere que hay una diferencia respecto de la frontera terrestre en señalado caso, y tratarlo por separado.

Si ambos países no llegan a un acuerdo, el Tratado del '29 es claro en dejar las desavenencias en manos del arbitraje de Estados Unidos. Pero en La Moneda aseguran que en todas las ocasiones en que se ha tratado el asunto informalmente con Washington, sus autoridades han sido claras en que no están disponibles para cumplir ese rol.

En tanto, desde Lima comenzaron a endurecer posturas: según el diario La República de Lima, el presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, señaló que se estaba alistando el envío del buque oceanográfico Humboldt de la Armada peruana a la zona concedida a ese país por la corte. Agregó que Perú ya inició trabajos con miras a la nueva cartografía. "Hay que hacer cotejos y coordinaciones con ellos (Chile), pero no negociaciones, ni formación de comisiones. Ya la implementación (del fallo) empezó por parte de nosotros y vamos a seguir", indicó.