Receptivo se mostró el Ministro de Defensa, Rodrigo Hizpeter, a recoger algunas de las observaciones críticas que han planteado los senadores ante la propuesta de Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa que el Gobierno sometió a consulta del Senado.

El documento fue presentado a la Cámara Alta en agosto del año pasado para requerirle un dictamen -que no es vinculante-, pero sólo en los últimos meses el tema se reactivó en las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Defensa, donde se produjo una activa discusión, con el concurso del titular de Defensa y asesores especializados de los parlamentarios.

El ministro Hinzpeter detalló a La Segunda las expectativas del Ejecutivo frente a las observaciones críticas que han surgido en el Senado sobre el texto.

-¿Cuál es la expectativa del Gobierno frente al pronunciamiento que prepara el Senado?

-El Ministerio de Defensa adquirió un compromiso con las Comisiones Unidas de RR.EE. y Defensa para que el pronunciamiento que voluntariamente le solicitó el Presidente de la República se lleve a la sala del Senado la primera semana de enero. Con eso podríamos recibir formalmente las observaciones que esa instancia le hace a la ENSYD e incorporar aquellas que nos parezcan acertadas. Vamos a hacer un proceso muy abierto y muy abierto a enriquecer el texto y de ese modo la estrategia quedaría en condiciones de ser publicada dentro del mes de enero.

-¿Hay molestia en el Gobierno por la demora?

-Efectivamente ha habido un retraso, especialmente tratándose de un tema tan importante que quizás pudo haberse evitado, pero eso ya es parte del pasado. Las Comisiones Unidas tuvieron varias sesiones, yo participé en ellas, hubo un debate importante y en todas ellas se agradeció sinceramente que el Presidente, de modo voluntario y tratándose de una política de estado, haya incorporado al Senado a esta discusión. Este es un documento muy importante que muchas naciones desarrolladas tienen y que van perfeccionando en el tiempo. No es un documento que necesariamente vaya a quedar fijo o inmodificable para los próximos años, todos los gobiernos van a poder ir haciéndole las correcciones y las precisiones que los cambios en el tiempo siempre sugieren, para tener una Estrategia de Seguridad y Defensa que mire estos temas desde una perspectiva multisectorial. Es un primer paso para establecer una nueva institucionalidad en este aspecto.

-¿Qué observaciones están dispuestos a recoger?

-Hay varios puntos que son importantes: todo lo que tiene que ver con la descripción de la composición de la sociedad chilena, sus grados de cohesión social, las dificultades para una estrategia global que puede significar algunos déficits de conectividad en nuestro país son puntos que me parecen que van en una línea correcta. Además, precisar que el concepto de seguridad ampliada es un concepto de seguridad multidimensional que aborda aspectos de seguridad humana también, son puntos que enriquecen el texto

-¿Respecto a la propuesta de crear un consejero de seguridad nacional?

-Hay muchos países que tienen la institución del consejero de seguridad nacional. Al inicio de la elaboración de la Estrategia esta fue una opción que se consideró pero en nuestro país hoy día existe un Ministerio de Defensa nuevo, que se creó con una ley de hace muy pocos años, y también el Estado Mayor Conjunto, ambos cumplen hoy día ese rol de ser consejeros en materia de seguridad del Presidente. Sin perjuicio de eso, si hacia adelante pudiera advertirse con mayor profundidad que existe la necesidad de un consejero especializado, además del Estado Mayor Conjunto y el Ministerio de Defensa, es algo que pudiera naturalmente considerarse. Sin embargo, creo que en este momento lo mejor es echar a andar la institucionalidad que el nuevo Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto tienen y luego hacer esa evaluación.

-¿Tiene sentido promulgar este cambio cuando el Gobierno está en las últimas semanas de mandato?

-Yo considero que es una pésima práctica democrática que los gobiernos tengan que bajar los brazos en los últimos meses de su mandato porque desde esa perspectiva estamos procurando inhabilitar a los gobiernos antes de que terminen su periodo constitucional que por votación popular se les entrega. Esta Estrategia de Seguridad y Defensa considera en su articulado que debe ser revisada y actualizada a lo menos una vez en cada periodo presidencial, de modo tal que cualquier aspecto que en el próximo gobierno y así sucesivamente considere que debe incorporarse va a poder hacerlo sin ninguna cortapisa. Por lo tanto procurar inhabilitar al gobierno de seguir trabajando hasta el último día de su mandato constitucional no me parece un razonamiento democrático correcto.