Política
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Expertos internacionales Moisés Naím y Guy Sorman desmenuzan la elección chilena

"La Segunda" conversó con el analista y autor venezolano, y con el intelectual y escritor francés, ambos buenos conocedores de Chile, para saber cómo vieron a la distancia el resultado electoral del domingo.  

por:  Marcel Oppliger, La Segunda
martes, 17 de diciembre de 2013
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¿Concuerda con la idea de que se inicia un nuevo ciclo político y económico en Chile?

 

S: En período electoral siempre hay exageración sobre lo que los gobiernos pueden hacer, pero la economía y la sociedad obedecen a una historia larga. Lo que los gobiernos pueden hacer es destruir capacidades económicas, no crearlas. En política es igual: parece que todo depende de la voluntad de los hombres y los gobiernos, pero ellos solo heredan una historia larga. En Chile no va a pasar nada especialmente significativo en marzo.

N: Hay que recordar que las campañas electorales necesitan frases breves e impactantes para diferenciarse del rival. Entonces, no todo lo que se dice en la campaña podrá ser ejecutado. En el fondo, es una frase vacía hasta que no se sepa en qué consisten los detalles de ese nuevo ciclo. De lo que no hay duda es que va a haber una atención mayor por tratar de cerrar las brechas de desigualdad.

¿Cuáles cree usted que son los principales desafíos internacionales de la nueva Presidenta?

S:La gran oportunidad para Chile será la firma del tratado transpacífico. En lo económico, en el mercado mundial la oferta chilena no es lo bastante diversificada, y hay que saber si existen monopolios industriales que impiden la entrada de nuevos competidores.

Los verdaderos "vecinos" de Chile son Japón, Corea del Sur, China, etc. En cuanto a los vecinos geográficos, creo que en particular Argentina (que está en proceso de implosión) y Brasil (con una economía sin dinamismo) se enfrentan a problemas internos tan duros, que van a estar totalmente volcados a eso.

N:
Uno de los errores más importantes que puede cometer Bachelet sería abandonar o no consolidar los esfuerzos por concretar la alianza del Pacifico. Si ella le quita énfasis a eso porque lo percibe como una iniciativa de Piñera, le va a hacer un daño enorme a Chile y a la región. Sería un error histórico.

Además, va a tener que manejar con mucho cuidado la implosión económica de Argentina y el debilitamiento de Brasil. Por eso es tan importante la alianza del Pacífico.

 

¿Cuál ha sido su percepción a la distancia de esta elección presidencial?

 

S: Hay un deslazamiento del juego político, que si antes giraba en torno al crecimiento, ahora gira en torno a las desigualdades sociales. Eso no pasa solo en chile, sino en todas las democracias. La economía de mercado no es cuestionada, se le reconoce su eficacia, pero al mismo tiempo se ve que no es suficiente para reducir las brechas de ingreso o la desigualdad de oportunidades.

Hace algunas décadas pasaba que el crecimiento económico produjo una gran clase media, pero ahora tiende a aumentar las brechas entre categorías sociales. El político que entiende que esa es la principal preocupación dentro de la sociedad es el elegido, y el error de la candidata de derecha fue no comprender que los términos del debate político han cambiado profundamente y no proponer nada. Pero es el problema de la derecha en todo el mundo, no sólo en Chile.

N:
Hayun reflejo por hambre de luchar contra la desigualdad, ese tema está en la palestra en todas partes. Obama lo llamó "el asunto que va a definir nuestros tiempos", el Papa Francisco enfatizó lo mismo; si buscas en Internet vas a ver que el tema ha explotado y Bachelet lo encarnó. Ese apetito está en Chile, porque el país ha crecido, pero ha crecido la desigualdad; los chilenos están mejor, pero algunos están muchísimo mejor que otros.

Lo otro es lo que llamo la brecha de Huntington, que se resume en que cuando una sociedad progresa, la demanda de mejoras sociales aumenta a una velocidad mayor que la capacidad del gobierno para satisfacerlas.

 

¿Qué le parecen las comparaciones entre algunas ideas de Bachelet -como reforma constitucional o tributaria- y la experiencia bolivariana?

 

S: El resto de su discurso de izquierda se ajusta al desplazamiento hacia la desigualdad de la opinión pública que mencionaba. Pero creo que no ha reflexionado mucho sobre cómo realmente abordar las desigualdades y creo que pronto veremos que no tiene nada específico que proponer al respecto. Lo inquietante es la voluntad de modificar la Constitución, no tanto por el contenido del cambio, sino por el principio. América latina ha sufrido mucho por la manía de cambiar constituciones. Eso debilita la noción de Estado de derecho, que es una aventaja de Chile, y pone al país en la categoría de Argentina y Venezuela, eso es peligroso. No es el momento adecuado, me hace pensar en los Kirchner y es una señal mala para la sociedad.

N:
De ninguna manera. Ella ha visto mucho mundo, en su experiencia como Presidenta y en la ONU, como para no saber cuales son los errores que no hay q cometer. En el mundo bolivariano hay pasión por las ideas muertas, que fueron probadas y no sirvieron, y Bachelet conoce las consecuencias de esa necrofilia ideológica.

Sobre la Constitución, los países del eje bolivariano que la cambiaron lo hicieron sobre todo para disminuir restricciones sobre el Ejecutivo y perpetuarse en el poder, rodeando eso de una retórica de cambio social. Yo confío en que Chile ha demostrado en las últimas décadas que los extremos no son aceptados. Y segundo, quiero creer que Bachelet no quiere pasar a la historia como una Presidenta que subvirtió la democracia usando métodos democráticos.

 

¿Las altas expectativas generadas por la victoria de Bachelet en distitntos grupos pueden complicar a su gobierno?

 

S: Eso puede ser un problema. Ella creó esta sensación de alta expectativa que no puede satisfacer y lo hizo sobre malentendidos. Por ejemplo, la idea de que la educación superior es buena porque es gratis y pública es muy curiosa. En todo el mundo las buenas universidades son las que compiten entre ellas, más allá de si son gratis o publicas. Es como Mayo 68 en Francia, cuando los estudiantes pedían universidad gratis y sin selección, pero hoy sabemos que eso no lleva a la calidad, al contrario. Entonces, no veo cómo va a manejar algunas reivindicaciones absurdas.

N: En eso Chile es un país normal, con su activismo en la calle y sus nuevos actores políticos. Yo he llamado a eso "micropoderes", que son grupos que van adquiriendo la capacidad de limitar a los actores tradicionales: se ve en Chile, en Kiev o en Sao Paulo. Dicho esto, el peligro son las "vetocracias", concepto acuñado por Fukuyama, cuando proliferan grupos que no tienen la capacidad de imponer una agenda, pero sí de bloquear las agendas de otros.

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