Política
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Bitácora de la derrota: falta de financiamiento, disputas internas y la "soledad" de Evelyn

Los problemas al interior de la Alianza, con el gobierno y en el propio comando marcaron la cuesta arriba campaña de la ex ministra.  

por:  Mariajosé Soto y Phillip Durán, La Segunda
lunes, 16 de diciembre de 2013

Foto FERNANDO HERRERA

"Mi hija no ha estado sola, ha estado enteramente sola. De los propios candidatos a senadores y diputados ninguno la apoyó porque, como tenía un rating tan bajo, creían que iban a perjudicar sus propias campañas, y plata tampoco tuvo", fue el crudo resumen que hizo ayer el general (R) Fernando Matthei, sobre la campaña de su hija.

"Es verdad", decían horas más tarde en el Hotel Intercontinental algunos integrantes del comando. Más que resignación, lo que había en ese momento era frustración por no haber podido llegar al 40%, barrera que el comando se había autoimpuesto como meta entre el 35% de la Alianza en los comicios parlamentarios y el 43% de La Moneda en las encuestas.

Esa meta se había fijado hace un mes, la misma noche de la primera vuelta. El camino, en todo caso, se sabía duro: varios admitían que no había casi nada planeado para enfrentar el balotaje.

A eso se sumó un problema tanto o más delicado: la caja del comando -manejada por el hermano de la candidata, Fernando- tenía cerca de $600 millones, muy por lejos de los $1.500 millones proyectados para la segunda vuelta. "Habrá que arreglárselas", decían algunos. "Por ningún motivo, para eso vamos al comando de Bachelet a decir que nos bajamos", sostenían otros.

La discusión fue dura pero finalmente se impuso la idea de salir a "pasar el sombrero" y de que la propia Matthei ayudara en la recaudación.

El tema de las platas era delicado, pero no nuevo. Matthei reconoció el 19 de noviembre en "La Segunda" que "el dinero y las adhesiones" se habían "detenido" después de la encuesta CEP de agosto, en que apareció con un 12% y Bachelet con 44%. "Eso fue brutal", dijo.

Ante la falta de recaudación en el mundo privado, dicen en el comando, uno de los principales aportes debió llegar de más cerca: el Presidente Sebastián Piñera hizo una donación importante durante agosto.

"Sin fluidez"


A finales de ese mes, además, comenzaron otros problemas: progresivas tensiones al interior del equipo. Desde La Moneda cuestionaban el poco control del generalísimo, Joaquín Lavín, y la fuerte influencia de una asesora de la ex ministra, su antigua amiga Anita Holuigue.

La economista y directora del Grupo Dial -que controla las radios Duna, Zero, Carolina, Beethoven, Paula y Disney- había pedido permiso sin goce de sueldo para integrarse al comando y trabajar en la estrategia de márketing de la candidatura.

"No hay fluidez entre el área política y la de márketing", comentaban en La Moneda, donde optaron por no intervenir.

Matthei resintió las tensiones. A fines de agosto, la ex ministra asistió a un desayuno en Antofagasta con candidatos y dirigentes locales. Ahí, dicen testigos, se enteró de que uno de los presentes era el ex gobernador de la ciudad, quien respaldaba la candidatura a senador de Carlos Cantero, por fuera de la Alianza. La candidata hizo ver con energía su molestia, tensionando la reunión.

Días después, en una visita al Congreso, reclamó a los diputados UDI que preferían aparecer sin ella en la gráfica de campaña.

Septiembre y el gobierno


Pero sin duda el momento de mayor tensión fue el llamado "septiembre negro", cuando el Presidente Sebastián Piñera copó todos los espacios asegurando que hay "cómplices pasivos" de las violaciones a los DD.HH. durante el régimen de Augusto Pinochet. El Mandatario también dijo que había sido un "error" que Matthei votara por el "Sí" en el plebiscito de 1988.

La abanderada conversó telefónicamente con Piñera. Le hizo ver su molestia y el gobernante hizo una autocrítica por la forma de sus opiniones.

La intervención del Mandatario no sólo opacó el despliegue de Matthei, sino que instaló una fuerte tensión en la Alianza y gatilló la furia de las directivas partidarias, donde interpretaron que Piñera privilegió fortalecer su perfil propio con miras al 2017 que apoyar a la abanderada. El Presidente debió realizar fuertes gestos en las semanas siguientes para cerrar el flanco, pero ya había quedado instalado el germen de "los cuchillos largos", como él mismo llamó a la etapa post-elección de cobrar cuentas.

En medio de la polémica con La Moneda, el comando enfrentó otras tensiones paralelas. A fines de septiembre, el equipo organizó un desayuno en la comuna de Cerro Navia y se invitó al alcalde Luis Plaza (RN). Pero este último exigió que, a menos que Matthei fuera al municipio a hablar con él, no apoyaría la actividad. La candidata debió realizar gestiones personales para destrabar la pauta en terreno.

Sin embargo, de septiembre en adelante lo que se instaló como tema fue el rol del Gobierno en la campaña. Tras la segunda vuelta, el rol de los ministros en fue asunto de debate por varios días, hasta que Lavín hizo gestiones ante La Moneda para cerrar el flanco, sumando a algunos secretarios de Estado al terreno.

Al final, la ex ministra -dicen en su equipo- sólo recuperó algo del ánimo con su buena performance en el debate televisivo de la semana pasada y al ver que el nuevo equipo de jóvenes que había sumado al comando funcionaba con muchos menos conflictos internos que en la primera vuelta. Lavín y Saint-Jean, dicen en el comando, se transformaron al final de la competencia en los pocos presoneros que compartieron con ella reflexiones más íntimas y sus numerosos descargos, que -hasta ahora- ha evitado entregar en público.

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