Política
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Bachelet y Matthei, a 40 años: Cómo vivieron ambas el «Once»

por:  Paula Canales G.
viernes, 30 de agosto de 2013
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La larga jornada de la ex Presidenta en su facultad: Atendiendo heridos y ayudando a la juventud PS

Cuando amaneció en Santiago el 11 de septiembre de 1973, la familia del general de Aviación Alberto Bachelet ya había sido alertada de que había movimientos de tropas. Esa madrugada Ángela Jeria, la madre de Michelle Bachelet, contestó un llamado en que se les informaba que había desplazamientos de la Armada.

Sin embargo, el padre de la ex Presidenta no dio crédito a esas primeras versiones y la hoy candidata presidencial de la Nueva Mayoría se levantó como todos los días y partió a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, lugar donde la sorprendió el golpe militar y donde permanecería hasta el 13 de septiembre.

Bachelet estudiaba desde 1970 en esa universidad y ese día se fue directo a la sede de su facultad en Av. Independencia, una de las cuatro sedes de medicina.

Vestida de jeans y camisa verde olivo, que distinguía a la Juventud Socialista, se encontró con varios compañeros que a esa hora comentaban las informaciones sobre el desplazamiento de tanquetas hacia el centro.

"Nadie tenía mucha información de lo que pasaba y había mucho desconcierto sobre lo que podía venir", recuerda hoy el doctor y amigo de la abanderada, Pablo Rodríguez.

Rodríguez y varios otros compañeros de Bachelet, como el cardiólogo Marcos Arriagada, estaban vinculados a la política y eran frecuentes sus charlas sobre la situación que vivía el país.

Aunque la ex Presidenta ingresó a estudiar cuando tenía 18 años, sólo tres años más tarde se vinculó a la Juventud Socialista y a quien en ese momento era su máximo referente: Carlos Lorca, estudiante de Psiquiatría y quien contaba con amplias redes en el gobierno de Salvador Allende pues era reconocida su cercanía con el ex Mandatario.

Mediodía y el bombardeo

Cerca de las 12 del día, la mayoría de los estudiantes, funcionarios y académicos que se encontraban en el centro universitario subieron a la azotea de la Escuela de Medicina, situada a un costado del Hospital José Joaquín Aguirre. Desde ahí, Bachelet y sus compañeros pudieron ver como los cazas Hawker Hunter de la Fuerza Aérea lanzaron sus cohetes y envolvieron en llamas a La Moneda.

Rodríguez recuerda que después de presenciar el bombardeo al Palacio de gobierno, bajaron de la azotea y se reunieron en el Auditorio Emilio Croizet.

El cardiólogo Arriagada, quien en ese momento era miembro del consejo de estudiantes de la Facultad, cuenta que ese día se convocó a una asamblea a todos los grupos políticos, incluida la DC, para votar qué postura debían asumir. Ganó la propuesta de quedarse en la escuela y asistir a los médicos del hospital por los posibles heridos que podían llegar .

"Los compañeros del MIR decidieron irse del hospital para apoyar los cordones industriales, en vez de seguir la instrucción que era mantenerse en el lugar y colaborar en labores hospitalarias", afirma el doctor.

Arriagada recuerda que Eduardo Gutiérrez, estudiante de Odontología, asumió la vocería de la Juventud Socialista en la escuela y se convirtió en el nexo con Lorca, quien dictaba las instrucciones desde afuera de la Facultad. En esas labores fue asistido por Bachelet, quien no ejercía ningún rol político en la universidad.

Anochecer en el hospital

A la espera de las resoluciones que adoptaran los partidos, la hoy candidata y la mayoría de los estudiantes PS se quedaron en el hospital.

Frente al temor de que el Ejército allanara el recinto, se hicieron pasar por pacientes, auxiliares o estudiantes internos. Bachelet simuló ser la asistente de un doctor y permaneció allí hasta el 13 de septiembre .

"La acción más terrible era conseguir delantal blanco a los compañeros de otras escuelas que no tenían delantal, para que estuvieran en el hospital y así esperamos las decisiones que tomaban afuera", recuerda Arriagada.

Sin embargo, tras el golpe -y tras haber vuelto a su casa después de largos dos días en la escuela- Bachelet enfrentó una nueva situación en la Facultad: el 17 de septiembre acudió a clases sin pensar que durante esa jornada ella, sus compañeros y docentes, serían apuntados con un fusil y golpeados en un allanamientoque realizó el Ejército a la sede norte.

"El gran allanamiento fue el 17 de septiembre, fue el más violento, los milicos entraron corriendo balazos, ese día hubo gente que desapareció", asegura Arriagada.

Seis meses después, Bachelet seguía estudiando en la facultad, y mientras estaba en clases de cirugía su madre la fue a buscar para decirle que su padre había muerto en la cárcel pública tras una sesión de torturas.

La incertidumbre de los Matthei-Fornet en Londres... y los intentos por comunicarse con Chile

En Londres era cerca del mediodía y en Santiago las 7 de la mañana cuando Fernando Matthei Aubel, padre de la actual candidata presidencial de la Alianza, Evelyn Matthei, llamó por teléfono a su esposa, Elda Fornet, para transmitirle a la familia que se había producido un golpe de Estado en Chile.

Evelyn tenía 20 años y vivía en la ciudad inglesa junto a sus padres y tres de sus hermanos -Robert, Hady y Víctor- en una casa en el barrio Golders Green. Ahí realizaba estudios de piano que se prolongarían por 3 añosbajo la tutela de la profesora australiana Ruth Nye, amiga del chileno Claudio Arrau . Su papá se desempeñaba como agregado aeronáutico desde el año 1971 en las embajadas de Chile en Gran Bretaña y Suecia, con sede en la ciudad inglesa.

"Me enteré del golpe, y la verdad es que me vino una depresión terrible. Fue como un desgarro", relata la ex ministra. "No entendía nada. Pedía que me contaran y no lograba entender. El problema fue que no viví todo el deterioro que hubo antes del golpe, porque me fui de Chile a principios del '72. No estaba totalmente informada de la forma brutal en la que fue dañándose la convivencia en Chile. Menos estaba compenetrada del clima espantoso".

Eso sí, recuerda que "cuando me visitaban chilenos en Londres, yo sentía que estaban cada vez más locos. Me contaban sobre los cordones industriales, me decían que había quienes se estaban armando, que no había comida, y yo solo decía «salí de Chile hace poco y nada de eso pasaba »".

"Intenté subirme el ánimo"

En esos años, Matthei estaba completamente dedicada a la vida musical. Ensayaba en el piano 12 horas diarias, y salvo por su familia, no tenía contacto con chilenos. "Todos mis amigos eran extranjeros ligados a la música y el arte. Para ellos, Chile era una cosa muy desconocida, y por lo tanto, no hablaba de mi país con ellos. Con ese mundo, todos los temas eran sobre arte y cosas similares. Tampoco tenía tiempo para más vida social. Estaba solo dedicada a aprender piano".

A pesar de la impresión que asegura haber sentido el 11 de septiembre de 1973, Matthei dice que intentó continuar con su rutina normal. "Ese día tenía programado tomar clases con el pianista Rafael de Silva, quien trabajaba con Claudio Arrau. Él se encontraba en Londres para hacer un curso por dos semanas".

"A pesar de todo, no quise suspender mis clases e intenté subirme el ánimo. Sentía que era muy terrible que en nuestro país hubiera un golpe militar. En esa época había muchos otros golpes en Latinoamérica, y siempre me sentí muy orgullosa porque en Chile no nos había pasado".

Al llegar de sus clases, Matthei reconoce que uno de los principales problemas para la familia fue comunicarse con el único de sus hermanos que había regresado a Santiago hace unos meses: Fernando , ex compañero de curso de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, cuando ambos vivían en Antofagasta.

El mayor de los hijos del matrimonio Matthei-Fornet -actual administrador electoral del comando de la abanderada- recibió cientos de llamadas telefónicas desde Londres. " Estábamos bastante preocupados. Muy tarde en la noche logramos hablar con él. Intentamos todo el día comunicarnos y no pudimos. En esa época tampoco era fácil, no entraban las llamadas y no existían los celulares. Afortunadamente, al final del día nos pudimos enterar de que toda nuestra familia estaba bien", describe la ex secretaria de Estado.

La larga conversación nocturna

Esa noche, la familia completa analizó lo sucedido hasta altas horas de la noche. "El tema lo hablamos mucho con mi padre. Conversamos sobre del fracaso de la política. Siempre habíamos dicho en mi casa que la guerra era el fracaso del diálogo. En este caso, el golpe era el fracaso del diálogo en la política ".

Desde la noche del 11 de septiembre hasta varios días después, Matthei relata que "empezó un ajetreo fuerte para la familia completa. Muchos de nuestros amigos se tuvieron que ir de la embajada. Éramos amigos de Álvaro Bunster -embajador en la época- y de un día para otro el vínculo se destruyó. Fueron momentos difíciles, porque queríamos mucho a esa familia. Varios otros salieron de la embajada de un día para otro y pasaron años hasta que volvimos a vernos".

En enero de 1974, la familia Matthei decide volver a Chile porque su padre es nombrado director de la Academia de Guerra Aérea. Pero Evelyn prefirió quedarse un año más en Londres. "Me fui a vivir sola con una amiga inglesa. Jamás pensé en volver a Chile, porque estaba muy concentrada en iniciar una carrera de piano . Si partía, no volvería a Europa, porque en esa época los pasajes eran imposibles de comprar y mi familia no era precisamente rica".

Finalmente, Matthei volvió a Chile el 12 de septiembre de 1974, para iniciar sus estudios de Ingeniería Comercial en la Universidad Católica.

"Cuando llegué a Santiago sentí, por primera vez, toda esa odiosidad de la que tanto escuché hablar . No podía asumir lo que había en mi propio país. No entendía cómo en 3 años en que estuve fuera, habían cambiado el país tan de sopetón . Sentía que había una odiosidad brutal que la siento hasta el día de hoy. Por eso me duele tanto que haya gente que se dedique a sembrar ese rencor".

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