Política
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Lagos Weber y la renuncia de Longueira: "No vamos a cambiar nuestra estrategia de campaña"

"(Bachelet) ratificó su compromiso con reformas estructurales y fue muy clara frente a los fácticos tanto de la derecha como de la Nueva Mayoría que pensaban que al incorporarse el resto de las nuevas fuerzas políticas a su comando tenía que rebarajarse el programa", advierte el senador del PPD y uno de los responsables programáticos del comando opositor.

por:  Claudio Salinas M.
viernes, 19 de julio de 2013

Foto RICARDO ABARCA

Cuando se enteró de la renuncia de Longueira a su candidatura le envió un mensaje por WhatsApp y asegura que también su padre, el Presidente Ricardo Lagos, intentó sin éxito comunicarse telefónicamente desde el extranjero con el ex abanderado aliancista.

Impactado por el súbito cuadro depresivo que afecta a su ex colega en el Senado, Ricardo Lagos Weber, parlamentario del PPD y uno de los encargados programáticos del comando de Michelle Bachelet, hace un reconocimiento a las cualidades políticas de Longueira y aboga porque quien lo reemplace en el oficialismo compita en base a ideas y no descalificaciones. De paso, advierte que Bachelet se jugará por reformas estructurales y que ello no cambiará con la incorporación de figuras moderadas de la DC a su comando.

-¿Qué impresión le produjo el inesperado retiro de Pablo Longueira?

-Es fuerte en lo personal ver que a alguien que lleva años en política y con quien uno trabajó tan cerca aquí en el Senado le pasa algo que no es infrecuente y que te hace sentir con los pies bien en la tierra.

-¿Qué juicio tiene de Longueira y su trayectoria?

-Él tuvo una evolución. El Longueira que aparece en Youtube bloqueándole el camino y tirándole piedras a Ted Kennedy el año 86 no es el mismo que uno ha visto en los últimos diez años. Se generó una imagen de una persona muy de derecha, regalón de Pinochet y con alto rechazo en las encuestas pero uno ve a alguien con una mirada larga de la política, que no hace cálculos inmediatos y dispuesto a acuerdos de largo plazo beneficiosos para el país, no sólo en el caso MOP-GATE. Yo he tenido una buena relación con él, es una persona que honra sus compromisos, que está dispuesto a comprarse pleitos con los propios para hacer las cosas que cree que hay que hacer y eso en política se valora.

-¿El ex Presidente Lagos también tiene una buena opinión de él?

-Más allá de sus profundas diferencias, Lagos y Longueira han tenido siempre la capacidad de entenderse, una relación de mucha franqueza y yo diría mutua admiración en la mirada de largo plazo de los temas.

-¿El abandono de la competencia por parte de Longueira obliga a hacer ajustes en la estrategia de campaña de Bachelet?

-El escenario no cambia mucho para nosotros. La campaña de Michelle Bachelet va a seguir focalizada en propuestas y contenidos, sin descalificaciones, ataques ni chimuchina, a pesar de las provocaciones que ha tenido, desde el Presidente de la República, pasando por los ministros políticos y hasta el ministro de Hacienda. La noche de su triunfo en las primarias Bachelet ratificó su compromiso con reformas estructurales: una nueva Constitución, reforma educacional y reforma tributaria. En ese sentido fue muy clara frente a los fácticos tanto de la derecha como de la Nueva Mayoría que pensaban que al incorporarse el resto de las nuevas fuerzas políticas a su comando tenía que rebarajarse el programa o que lo suyo eran cantos de sirena con fines electorales.

-¿Cómo visualiza la competencia en caso de que Evelyn Matthei sea la nueva abanderada de la Alianza?

-No me corresponde opinar sobre cuál es el adversario mejor o peor que pueda enfrentar nuestra candidata. Sólo pediría que el o la candidata que venga esté en condiciones de repetir lo que dijo Pablo Longueira: que esta sea una contienda de propuestas, de fuertes ideas programáticas pero sin descalificaciones ni discursos destemplados.

-¿Y si el candidato es Andrés Allamand?

-No sé, todo depende del predicamento que la Alianza quiera darle a su candidatura. Nuestra candidata va a seguir recorriendo el país, escuchando a la ciudadanía y hablando de contenidos y propuestas. No tenemos prejuicios si Pablo Longueira va a ser reemplazado por fulano o zutana y por tanto no vamos a cambiar la estrategia de campaña.

-El Gobierno puede ser un importante factor en la campaña.

-Este es un gobierno a la deriva. Se involucró en la campaña sacando seis ministros (Allamand, Golborne, Longueira, Cruz-Coke, Lavín y Parot), metió toda la carne a la parrilla y sacó un magro 18%. Es un gobierno que hasta en los descuentos siguió con los conflictos de interés, como en Impuestos Internos. Un gobierno que socavó institucionalidad que nos costó tanto crear: la Casen, el INE, SII, el Injuv, van a ser una pesada herencia para el próximo gobierno. No se trata sólo de una baja del ciclo económico y en el precio del cobre, con cuentas fiscales que no son las mejores, sino una herencia de falta de credibilidad en las instituciones públicas como nunca habíamos visto. No recuerdo otro gobierno que haya hecho más daño a la institucionalidad chilena y a nuestra imagen internacional.

-¿La incorporación de la DC y la gente de Orrego al comando va a llevar a un suavizamiento en la radicalidad de las reformas estructurales que promete Bachelet?

-Nuestro comando expresa hoy mayor diversidad con un Camilo Ballesteros y Patricio Palma, del Partido Comunista. Puede haber opiniones divergentes en algunas áreas y temas específicos, como ha ocurrido en anteriores campañas, pero tenemos un piso claro. La noche de las primarias Bachelet reafirmó que habrá nueva constitución, reforma educacional y reforma tributaria, además de prioridades en salud, laboral y descentralización. De ese paquete no nos vamos a mover.

-Teillier espera que el programa no se cambie "ni un ápice".

-El programa se va a enriquecer. -Habrá temas en los que René Cortázar y Patricio Palma no llegarán a estar de acuerdo...

-Las diferencias se liman al interior del comando pero la última palabra siempre la va a tener la candidata. No vamos a llegar a ninguna crisis porque todos sabemos lo que hay que hacer en Chile.

-Usted votó contra la nominación de la ministra Chevesich a la Suprema y muchos relacionan eso con el caso MOP-GATE.

-Lo que uno elige en el Senado es qué tipo de ministros quiere que lleguen a la Suprema en función de la mirada que tienen de la sociedad chilena y ciertos valores. Hubo quienes sostuvieron que era bueno que llegara Chevesich porque combatía la corrupción, y eso es legítimo. Otros pensamos que deben llegar a la Suprema aquellos que creen que el "Mamo" Contreras no puede tener irreprochable conducta anterior.

-Chevesich fue quien obtuvo las mejores calificaciones y la más alta votación de la quina.

-¿Si tengo que votar en base a si llegó a la hora o está bien calificada entonces para qué le preguntan al Senado, que es un órgano eminentemente político que expresa la soberanía popular? ¿Yo tengo que votar en función de qué? Porque aquí se generó la imagen de que quien votaba en contra de Chevesich lo hacía por el caso MOP-GATE, pero yo me congratulo de lo siguiente: una minoría de los senadores de oposición se juntó con la derecha para darle el voto a Chevesich: de los 20 sólo 8 la apoyaron y no creo que hayan sido influenciados por Lagos. O sea, la gran mayoría prefirió poner en la Suprema a alguien que tuviera una cierta mirada sobre los derechos humanos.

 
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