Política
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La apuesta de largo alcance de Allamand: controlar RN... y apuntar al 2017

El ex abanderado presidencial apuntaría no sólo a "redimirse" políticamente, sino que a pactar con Carlos Larraín la defensa de la mesa del partido el próximo año, ante la segura arremetida del piñerismo. Y con ello, quedar en una posición expectante para el 2017... a riesgo de encontrarse en el camino con el hoy Presidente. 

por:  Sebastián Minay C., La Segunda
martes, 09 de julio de 2013
Allamand

Foto Alejandro Balart

"Es una zona adversa, no es favorable, ahí nunca ha habido un senador de RN" fue uno de los puntos que más remarcó ayer al subrayar que "Santiago Poniente es la circunscripción más grande del país. Y ahí la Concertación nos cuadruplicó en la primaria. No es que estemos doblados, estamos cuadruplicados", y que "teniendo ese elemento a la vista, sí estoy dispuesto a asumir el desafío".

¿Por qué Andrés Allamand eligió competir para volver al Senado por una zona tan difícil como ésa, que asegura una lucha durísima, millonariamente cara y sin garantías de que le pueda ganar al UDI Pablo Zalaquett? Menos de 48 horas después, la sorpresiva jugada del ex ministro -quien inicialmente había descartado ese camino- ya despierta apuestas y pronósticos en la derecha respecto del alcance de sus planes.... que, todo indica, van mucho más allá del 2014 y más bien mirando al 2017.

El tema ha sido profusamente comentado puertas adentro en La Moneda, en RN y en la UDI, aunque dado el nuevo cariz electoral es improbable que algún personero exprese públicamente sus inquietudes.

La primera señal es la circunscripción que eligió. Más allá del reclamo UDI de que habría sido más valioso que se presentara por una zona en riesgo de doblaje -como las regiones II, VIII Costa o XII-, para Allamand competir por Santiago tiene un valor agregado que, al parecer, compensa el riesgo .

Si logra vencer a Zalaquett en la Poniente, observan en RN, logrará no sólo resarcirse de su reciente derrota en las primarias. También sería una suerte de "tapabocas" a la constante crítica de que "nunca ha ganado una elección", pero por sobre todo un histórico triunfo contra sus antiguos rivales de la UDI, quienes desde Jaime Guzmán jamás han sido desalojados de dicha circunscripción.

Como bonus track , se hace notar, lograría de alguna forma netear la dura derrota sufrida a manos de Carlos Bombal en la Oriente (1997). Una suerte de "redención" política.

Pero el premio mayor de volver al Senado es conquistar lo que Allamand espera sea una posición de poder en un cuatrienio para el cual la derecha -salvo un vuelco radical de aquí a noviembre- ya asume privadamente que volverá a laoposición , y que en el Congreso estará privada de protagonistas y articuladores como Andrés Chadwick, Pablo Longueira, Evelyn Matthei y otros contemporáneos (salvo el RN Alberto Espina).

Dicho vacío de poder Allamand pretende conquistarlo y aprovecharlo, apostando a mostrase tan capaz de construir acuerdos con la Concertación como de "mostrar los dientes", como lo hizo cuando levantó la tesis del desalojo.

Un detalle eso sí: al apostar Allamand por la Poniente, dicen en RN, dicha zona concentrará la mayor parte del gasto de campaña y aportes de privados, en desmedro de otras zonas. Ello habría provocado molestia, dicen, en algunos parlamentarios.

El pacto con Larraín en RN

El segundo objetivo es posicionarse como el articulador y el líder de una nueva alternativa para el sector , a la expectativa del impacto que un eventual gobierno de Michelle Bachelet tenga para el cuadro político. Si se cumplen las aprensiones del llamado vuelco a la izquierda, podría estar disponible un "mercado" de independientes, desencantados de la DC y de otros sectores , y especialmente una chance de disputar el nicho de Andrés Velasco.

Eso, recalca su gente, es poco probable de lograr como un senador de regiones: tiene que ser por Santiago.

Para eso parece indispensable, hacen notar en el oficialismo, que Allamand se fortifique en RN. Es decir, que se convierta en el próximo presidente del partido, cuyas elecciones internas son en abril próximo . Y ahí el comentario vox populi es que el ex ministro está forjando un férreo pacto con el actual timonel Carlos Larraín .

Este último está plenamente consciente de que lo primero que hará el piñerismo tras abandonar La Moneda (o incluso antes) será corregir el error histórico de haber abandonado el partido y hasta el Instituto Libertad para concentrarse en la presidencial del 2009. Y que por eso, los incondicionales del Mandatario intentarán -como confiesan en privado varios de ellos- recuperar la conducción de la tienda.... pensando en cuatro años más.

Allamand y Larraín han encontrado una coincidencia en su malestar hacia Piñera por los resultados de la primaria. Al Presidente -con quien el derrotado candidato no ha vuelto a hablar- y a Palacio ambos le adjudican un trato inequitativo a RN en los cargos de gobierno: dicha pugna está tan encendida que el propio Mandatario tiene a mano una lista que detalla cuántos intendentes y gobernadores tiene RN y la UDI , para rebatir las críticas. También lo culpan de las demoras para dar luz verde a la franja televisiva y hasta de la reprimenda presidencial a la vocera Cecilia Pérez tras decir que votaría por el candidato RN.

En Antonio Varas anticipan que será clave el tono que marque el próximo consejo general, en agosto , donde podrían propagarse las críticas a Piñera. Por lo mismo, también circula la versión de que el piñerismo podría cobrarle a Larraín la derrota en la primaria y pedir su salida .

¿Choque con Piñera el 2017?

Todo el cuadro anterior pone sobre la mesa lo que para algunos es el tema de fondo: que de concretarse la ruta descrita, Allamand podría terminar interponiéndose en los deseos de Sebastián Piñera -si es que los lleva a cabo- para intentar volver a La Moneda el 2017.

Entre los personeros de confianza del hoy gobernante, la jugada de Allamand anticipa el riesgo de un choque y ven con preocupación dicho escenario. Creen que las posibilidades de Piñera dependen no sólo de en qué pie salga del poder en marzo, sino de si después será tratado con "guante blanco" por su propio sector, o si se le criticará y se le intentará sacar del camino...

Allamand, se sostiene en su círculo, no desconoce que en adelante se abren varios escenarios, incluido éste, pero ha insistido en que no hay que anticiparse. No está en su ánimo, dicen, chocar por chocar con Piñera.

Pero sí ha recalcado que después del 2014 el cuadro político se rearticulará , y que dependiendo de lo que pase, en la Concertación Andrés Velasco puede tener una buena chance de reintentar la aventura presidencial, lo que activará mucho movimiento de independientes y, si se le dan las cosas, su propia opción de volver a intentarlo.

Claro que, observan todos, ello depende en gran medida si Allamand logra ganar en noviembre. Si Zalaquett lo derrota -como apuesta firmemente la UDI- quedará nuevamente a las puertas del desierto. Por lo mismo, dicen sus cercanos, no pierde nada con intentarlo.

 
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