Política
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Las definiciones de Cecilia Morel: campaña presidencial, Cencosud, Piñera 2017

Primera Dama entra a fondo en el complejo momento político. "La gente en la calle me ha dicho: «Es usted quien tiene que ser candidata», pero de verdad no es lo mío".

por:  Mariajosé Soto P./La Segunda
viernes, 26 de abril de 2013
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A horas de partir rumbo a Lima para reunirse con la Primera Dama peruana, Nadine Heredia -con quien encabezará la presentación de orquestas juveniles de ambos países- Cecilia Morel se da un tiempo para entregar su mirada sobre el revuelto escenario político...

Cuando en la Alianza aún acusan el golpe que les significó la destitución del ministro Harald Beyer, el jueves se abrió un nuevo frente de conflicto entre los abanderados del sector, Laurence Golborne y Andrés Allamand, por el caso Cencosud.

Morel, pese a todas estas turbulencias, apuesta a que -después de inscritos los presidenciables para la primaria legal-se empezarán a desplegar las propuestas reales de cada uno. Y recalca que no ve espacio en este minuto para un «tercer candidato», aunque también hace ver que la carrera de acá al 30 de junio hay que hacerla "sin zancadillas".

-En la polémica por el caso Cencosud, ¿comparte el llamado de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, respecto a que "un candidato tiene que dar la cara" por sus actuaciones del pasado? ¿Debe Laurence Golborne dar explicaciones?

-Cada candidato sabe que tiene que responder sobre su trayectoria, sobre sus propuestas, cómo y con quién las va a desarrollar...y entiendo que (Golborne) lo está haciendo.

-Todavía no comienza formalmente la campaña por las elecciones de noviembre y el debate ha sido bastante duro entre los abanderados oficialistas. ¿Podría empeorar la tensión entre ambos antes de las primarias del 30 de junio?

-Cualquier primaria implica una competencia interna. Cuando los amigos están corriendo juntos, cada uno trata de ganar y la idea es hacerlo sin zancadillas.

-Hay quienes consideran que las rencillas entre ambos responden a que, a 60 días de las primarias, ni Golborne ni Allamand despegan en las encuestas. ¿Cómo evalúa que se siga hablando de un tercer candidato del oficialismo? Algunos todavía mencionan a Evelyn Matthei...

- Evelyn Matthei dijo «todos saben que yo no quiero». Y además no creo en esas tesis, porque los partidos ya están desplegados. Pienso que los candidatos se desplegarán cuando empiece la campaña definitiva; además la gente tampoco está escuchando con mucha atención los programas de cada uno. No ha habido mucho debate. Veo muy remotamente difícil y no se me pasa por la mente un tercer candidato. Ni se me ocurre.

"Los candidatos tienen que mostrar liderazgo y ofertas"

-Hay un reclamo que viene desde los partidos oficialistas, donde se cuestiona el poco trabajo de los funcionarios públicos en las campañas, fuera de los horarios laborales...

-Mientras no haya primarias no podemos. ¿Por cuál de los dos hacemos campaña? Eso produciría tensiones internas y no es positivo para el sector, ni para el país, ni para nuestros objetivos.

- Respecto al rol del Presidente Piñera en la campaña presidencial, ¿qué le parece que dirigentes como el presidente de RN, Carlos Larraín, reclamen que Golborne y Allamand no han podido desplegarse porque el gobierno sigue robándose la agenda mediática?

-Este país decidió (un sistema de) 4 años sin reelección. La reelección implicaría que un Presidente estaría en campaña casi los dos últimos años. Al ser sólo 4 años, siempre hay que gobernar hasta el último día y nosotros nos pusimos metas muy ambiciosas. Además, eso viene con la personalidad de Sebastián. Tenemos metas altas y también los ministros están muy comprometidos. Hay que jugársela por cumplir las metas para los chilenos.

-Por tanto, ¿se va a mantener una política legislativa contundente a riesgo de que absorba la agenda mediática de los candidatos?

-Tenemos pendiente una gran agenda. Hay muchas cosas por terminar. Hay muchos proyectos que están en el Senado, faltan otras iniciativas, tenemos que terminar la reconstrucción y las grandes obras. No podemos pensar que porque nos quedan 11 meses, nos sentemos de brazos caídos. Lo que tienen que mostrar los candidatos es su liderazgo, sus ofertas y programas. Lo importante es el cómo lo harán, cómo se manejarán.

-¿Y estaría dispuesta a ayudar a los candidatos si así lo solicitan?

-No antes de las primarias.

-¿Y después del 30 de junio, cuando exista un candidato único de la oposición?

-Yo también tengo muchos proyectos por delante. Nos quedan muchas cosas. Todos hemos comenzado proyectos y con esos proyectos tenemos que llegar a la meta. Hay un compromiso con los chilenos. Uno quisiera hacer tantas nuevas acciones, pero está limitada por los recursos, las leyes y las competencias.

-Entonces no habrá mucho tiempo para apoyar candidatos...

-Claro. Y porque siento que tengo un rol muy importante. Quiero llegar a más personas. Llego a vertientes diferentes con temas como «Elige Vivir Sano» y pequeñas ofertas que a la gente les produce un bienestar inmediato.

Después de las primarias, en la medida de mis prioridades y siempre respetando el marco de la ley (aunque no soy funcionaria pública) aportaría después de los horarios de trabajo.

-¿Va a votar en estas primarias? ¿Tiene definido a su candidato?

-Por supuesto que voy a votar y llamo a la gente a votar en estas primarias. Las elecciones son una fiesta ciudadana. Y tengo muy definido a mi candidato, pero apoyaré al que gane.

"En mi rol, es más fácil ser querida"

-Usted sigue siendo mucho más popular que el Presidente Piñera. ¿A qué cree que se debe?

-Es mucho más querible el rol que hace la señora del Presidente, porque es más cercano. Y una no es la líder que toma las decisiones difíciles. Si me tocara gobernar, sería mucho más fuerte, con discusiones mucho más álgidas con quienes piensen distinto a mí. En mi rol, es más fácil ser querida.

-¿No ha pensado la alternativa de entrar en la política? ¿Se lo han ofrecido alguna vez?

-Me lo han planteado, pero no oficialmente. La gente en la calle me ha dicho: «Es usted quien tiene que ser candidata», pero de verdad, no es lo mío. Hay que tener muchas capacidades. A veces la gente propone nombres de candidatos y no saben lo que significa gobernar y las capacidades, manejo y experiencia que se necesita.

No es que no tenga interés, es que no lo veo en mi camino, ni en mi proyección. Yo apoyaría a mis hijos, pero ninguno quiere tampoco. Cada uno tiene su vocación.

-El Presidente Piñera ha dicho que, una vez terminado su gobierno, no le gustaría volver a sus empresas, sino al trabajo en fundaciones. ¿Lo vislumbra en ese mundo a contar del 2014?

-Es un tema que he hablado con Sebastián, porque yo tengo distintos rumbos para los próximos 4 años. Cuando lo hablamos, él me dice «yo los tendré muy tranquilos». Y me cuenta que se quiere dedicar a la Fundación Futuro, a Tantauco, a crear nuevas fundaciones. Además, tiene ofrecimientos académicos, que es su fuerte y lo hace muy bien. Nunca le ha faltado proyecto en la vida, porque su personalidad es ser creativo.

-¿Lo ve de vuelta en 2017? ¿Le gustaría?

-No me gustaría nada, nada, nada... (se ríe). Siento que uno cumple una misión en un determinado momento.

No es que cierre las puertas, pero uno quiere volver a sus propios proyectos. Uno no puede hacer una vida 100% normal en este cargo. Se dejan de lado amistades, incluso estudiar y muchas otras cosas. No es que sea un sacrificio, pero sí es una situación extraordinaria que, por muy motivadora y gratificante que sea, te saca desde el punto de vista humano y familiar.

 Destitución de Beyer: Bachelet "pudo haber hecho gestos"

-Como pocas veces, Ud. intervino públicamente para exponer su molestia por la destitución de Harald Beyer. ¿Por qué optó por opinar en ese conflicto?

-Porque siento que en ese caso hubo un problema humano, ético y de injusticia. Nosotros hemos sido el primer gobierno en fiscalizar... A pesar de todas las dificultades, Harald Beyer fue el único en cerrar colegios y universidades que no cumplieron con la calidad para sus alumnos. Es un problema que va más allá de la política.

- Algunos plantean que la autocrítica que debe hacerse el oficialismo es haber pensado que podía contar con mayorías marginales en el Congreso, en vez de buscar grandes acuerdos...

-No es que no se buscaran acuerdos, sino que no encontró la disposición para llegar a ellos. Había una intencionalidad política que todos reconocimos.

Algunos senadores estaban presionados por la próxima elección, por los movimientos estudiantiles. Eso lo dijo un senador muy claramente, cuando advirtió que el riesgo de quedar sin cupo parlamentario influyó en que se votara de esa manera.

-¿Qué postura tiene sobre la responsabilidad de la candidata Michelle Bachelet en el conflicto? ¿Cree como Matthei que la ex Presidenta podría haber cambiado el voto de la Concertación ?

-En la vida uno aprende de los pecados de acción y omisión. Ella pudo haber hecho gestos, pero no la puedo responsabilizar de la votación ni mucho menos. Aquí hubo personas adultas, elegidas democráticamente, que tuvieron la posibilidad de estudiar y también de escuchar los argumentos. Pero sí, creo que en la vida uno puede hacer omisiones o gestos. No sólo se trata de acciones, son pequeños gestos los que ayudan.

-Hace unos meses, cuando desde el oficialismo se cuestionaba el rol de Bachelet en el 27F, Ud. dijo que no estaba de acuerdo con que las demandas fueran en su contra...

-Yo en ese momento no conocía todos los antecedentes. Aquí nadie actuó con mala intención. Hay un juicio que está ahí. Hay distintos niveles de responsabilidad y eso está averiguando la justicia. Ahora, insisto, en la vida hay pecados de acción y omisión.

-Tanto en la UDI como en RN plantean que si gana un gobierno de la Concertación y tienen mayoría parlamentaria, podría haber cambios constitucionales que generen un retroceso. ¿Piensa igual?

-Creo profundamente en la alternancia en el poder y no me gustan los sectarismos.

Y no se trata de que gane la Concertación; se trata de las propuestas que están haciendo. A veces siento que todo esto es como una locura. Decir «estamos pésimo, hay que cambiar todo», es no valorar lo que hemos logrado.

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