Presidente de Adimark advierte contra intentos "afiebrados" por "cambiar las reglas del juego": La opinión pública los castigaría, asegura. Rol del Gobierno en la presidencial: "Nunca puede ser prescindente". ¿Cómo enfrentar a Bachelet? "Tiendo a pensar que sería más correcta la estrategia de Allamand".
Mientras el Gobierno vive un verdadero segundo aire, tras los últimos indicadores que hablan de una recuperación en su popularidad, el presidente de Adimark-GFK, Roberto Méndez, apuesta a que el alza no sólo será un fenómeno puntual, sino que puede marcar tendencia. El más conocido de los especialistas chilenos en opinión pública sabe de lo que habla: tras meses de voluntaria suspensión y de revisión de metodologías, su tradicional encuesta de evaluación política reapareció en marzo detectando un alza en la aprobación presidencial de seis puntos en cuatro meses.
Y aunque los números siguen siendo discretos (38% de respaldo al Mandatario), Méndez los vincula a la serie de resultados positivos que ha conseguido La Moneda en economía, relaciones internacionales, reconstrucción y, ahora, delincuencia. Su análisis es que, si estas materias se imponen en la agenda 2013, el alza, definitivamente, continuará.
-En ese panorama, ¿cuáles podrían ser los factores de riesgo para el Gobierno?
-Hay uno que es el principal: educación, y los conflictos sociales asociados a ella. Tengo la impresión de que la oposición tiene más o menos esta misma visión, y la acusación constitucional contra el ministro Beyer sería un intento de poner en la agenda este tema.
-Entonces, desde el punto de vista de la oposición, ¿es una buena apuesta la acusación constitucional?
-Es muy riesgosa por dos razones: porque hay un "tejado de vidrio" en la Concertación, pues los ministros de Educación de la época jamás hicieron mención alguna de este hecho; y segundo, porque la acusación da la impresión que fue mal planteada, en el sentido de que hay mucha división interna. Y en vísperas de la llegada de la precandidata Bachelet, es muy inoportuna, muy peligrosa. Creo que de verdad es una jugada mal implementada y extremadamente riesgosa si sale mal.
-U d. dice que si el Gobierno es capaz de poner sus temas en el resto del año, va a tener éxito. ¿Descarta que haya un "pato cojo"?
-Ya en noviembre o diciembre se planteaba esta hipótesis del pato cojo, y hasta el momento no ha sido el caso. El Presidente se ve activo, con un gobierno que tiene propuesta, que está teniendo resultados. Sale la encuesta ENUSC con que bajó la delincuencia y lo que él hace inmediatamente es subir la meta. Un Presidente que está poniendo nuevas metas no es un pato cojo.
-¿Y puede transformarse en un actor gravitante en la elección presidencial?
-Por supuesto. El Gobierno nunca puede ser prescindente de una elección. No lo fueron los gobiernos de la Concertación, y ahora el destino de los candidatos de la Alianza pasa necesariamente por que al Gobierno le vaya bien. Si estuviera, como estuvo en algún momento, con un 20% de aprobación, no hay ninguna posibilidad, pero si está cerca o sobre el 40%, por lo menos hay una opción para alguno de sus candidatos.
-¿Y a qué margen de popularidad podría apostar La Moneda?
-Dado que el mes pasado obtuvo 38%, apostaría a que en marzo va a estar sobre 40. Si se da el conjunto positivo, no sería imposible pensar que termine su mandato con 50% de aprobación, el nivel con que fue elegido.
"El pesimismo sobre la lista parlamentaria de la Alianza es injustificado"
-No ha habido pato cojo, pero ¿los candidatos sí han cojeado?
-Las candidaturas no se han desplegado en toda su intensidad, y no sólo las de la Alianza: ni Orrego, ni Velasco, ni Gómez han logrado crear esa efervescencia que caracteriza las candidaturas presidenciales, porque la opinión pública todavía no está en un ánimo electoral. La ex presidenta Bachelet logró imponer un compás de espera: "mientras yo no vuelva, la carrera no empieza". Pero cuando se produzca el aterrizaje, vamos a ver quién es quién en la cancha.
-¿Fue entonces un error haber sacado del gabinete en noviembre a Allamand y Golborne?
-Mirado ex post, quizás fue un poco prematuro. Pero quizás en ese momento era la decisión correcta, de aprovechar esta oportunidad con Bachelet fuera. Así es la política...
-¿No existe el riesgo de que pase con ellos lo de Bachelet con Frei: un divorcio entre una Presidenta que le estaba yendo excelente y un candidato que nunca logró prender?
-Frei era algo muy distinto en todo sentido a la Presidenta Bachelet. Pero yo no veo eso en este caso, en que Golborne y Allamand han sido parte muy importante del Gobierno, y casi del grupo más cercano del Presidente Piñera. Hay una identificación mucho mayor de la que pudo existir entre Bachelet y Frei.
-¿Ve posible el surgimiento de otra carta en el sector, un tapado?
-No. La Alianza tiene que ser muy respetuosa de la opinión pública. Todas estas ideas de no hacer primarias o que de repente a algún afiebrado se le ocurriese que lo mejor es bajarlos a los dos y sacar un tapado, se leerían como una movida política o una falta de respeto al sector y al electorado. En este país las directivas políticas deben darse cuenta de que perdieron el poder. Cualquier cosa que pretendiera desconocer el derecho que tienen los electores a participar de las decisiones sería un despropósito total, que sería castigado.
-¿No hay espacio para la tesis de Longueira?
-No hay espacio, sería un error. Corresponde a una manera de hacer política de hace 20 años, cuando eran las cúpulas las que decidían quiénes eran los candidatos. El público de todos los sectores entendió que la decisión iba a ser tomada en primarias y eso no lo puede cambiar una directiva por sí y ante sí.
-¿Ni siquiera hay espacio para que los candidatos lleguen a primera vuelta, donde también hay voto directo de los ciudadanos?
-Hay voto directo pero ya hay un compromiso, y sería como cambiar las reglas del juego en la mitad del partido.
-Lo que habría tras la tesis de Longueira es preocupación por la lista parlamentaria de la Alianza. Hay varios pesimistas...
-El pesimismo que se ha implantado sobre la lista parlamentaria de la Alianza es injustificado. Lo que vemos son dificultades enormes para armar la lista parlamentaria de la oposición, con discusiones sobre el PC, el rol de los diferentes partidos, si va a haber primarias, el rol de Bachelet: un escenario muy complejo. Dada la actual correlación, sobre todo si el Gobierno tiene más de un 40% de aprobación, veo poco riesgo de un doblaje. No sacrificaría la opción presidencial por este miedo de un resultado adverso en la parlamentaria.
"La estrategia del silencio de Bachelet llegó a su límite"
-¿Qué nota le pondría a la estrategia seguida por Bachelet: jugar al suspenso, evitar las definiciones y llegar a «escuchar a los chilenos» antes de formular propuestas?
-La estrategia del silencio le ha rendido dividendos a ella pero ha sido costosísima para la institucionalidad de la Concertación: le ha provocado una parálisis que ha causado mucho daño a su marca y proyecto. Si esta estrategia continúa con ella en Chile va a seguir siendo costosa para la Concertación porque la demanda por definiciones es muy grande. Creo que la estrategia del silencio llegó a su límite, y probablemente ya está sobrepasándolo.
-¿Y al momento de hablar se le va a generar desgaste o seguirá incombustible?
-Ella va a tener que hablar y eso, necesariamente, va a generar algún desgaste. La estrategia de desembarco de la ex Presidenta es muy compleja, tiene muchos riesgos.
-¿De qué tipo?
-Hay un riesgo del silencio, pero también está el de tomar demasiada posición en algunos temas y herir susceptibilidades, crear más división. El riesgo de enfrentamiento, de desintegración que tiene la oposición es muy claro: hay que ver lo que está pasando con la acusación constitucional contra Beyer. Y eso, ante cualquier propuesta de Bachelet, va a aflorar y salir con mucha fuerza.
-En cuanto a los candidatos del Gobierno, ¿qué puede ser más efectivo para enfrentarla? ¿La estrategia de Allamand de emplazarla, o la de Golborne que alude a la propia Concertación y no a la ex Presidenta?
-Creo que a Bachelet hay que enfrentarla con temas, con proyectos que por su sola presencia la obliguen a tomar posición. Si la presidencial termina siendo una carrera de simpatías o carismas, que es lo que ella quisiera, la tiene ganada. Pero si se logra llevar la carrera presidencial a una competencia de proyectos, programas económicos, antidelincuencia, en materia de energía, es más probable que su candidatura presente flancos débiles. Tiendo a pensar que sería más correcta la estrategia de Allamand.
-Pero los intentos de confrontarla no han funcionado. La ofensiva por el 27/F no le hizo mella...
-La estrategia de intentar acusarla y encararla por el pasado no va a funcionar nunca porque ella terminó con el 80% y aún después del terremoto seguía teniendo el 80%. Es sobre el proyecto del futuro por lo que tienen que emplazarla y eso no ha funcionado hasta ahora sencillamente porque ella no está...
-¿Le corresponde al Gobierno tener un rol ahí, ser su contradictor, como a menudo ha tendido a serlo?
-No, el Gobierno tiene que hacer bien su tarea, completar los proyectos como lo está haciendo, pero no puede ser un actor en el sentido de atacar, favorecer o intervenir.
-O sea no puede aspirar a ser el gran elector...
-No puede, porque los gobiernos no lo son. Bachelet no lo fue y Piñera tampoco lo va a ser. Su obligación es terminar su gobierno en la mejor forma posible y en ese sentido está haciendo su tarea correctamente.
-¿De qué modo puede Bachelet administrar la diversidad de su coalición: desde los Escalona a Girardi o Camila? ¿Decirle a todos que sí?
-Quizás esa es la gran pregunta que ella tiene que responder y de la cual no se va a poder correr.
Ha quedado en evidencia que existen dos visiones dentro de la oposición. Una visión más extrema y más radical que postula la Asamblea Constituyente, una especie de borrón y cuenta en términos institucionales, versus una visión más de continuidad, de mejorar este modelo que la Concertación construyó estos últimos 20 años. Esa división es muy tajante, y no veo manera en que ella pudiera obviar la pregunta. Si pretende hacerlo, creo que va a ser castigada.