El ex ministro del Trabajo no duda de que Michelle Bachelet se impondrá en un escenario electoral; sin embargo, advierte la existencia de un contexto "desafiante" para la Concertación, por el "optimismo" que observa a raíz del mayor crecimiento económico. Para Solari la tesis de la "carrera corrida" quedó atrás en la oposición y hoy hay conciencia de que el sector debe realizar "una muy buena primaria" presidencial el 30 de junio y "tener una fuerte capacidad argumental".
Un llamado "a la reflexión" sobre el nuevo escenario país que enfrentará Michelle Bachelet a su regreso, en una segunda incursión a La Moneda, hace en su sector el ex ministro socialista Ricardo Solari, quien fue clave en la primera vuelta de 2005.
"Hay dos características sumamente notorias: ciudadanos más exigentes y un escenario de crecimiento económico y de prosperidad muy importante. De aquí surgen demandas, reclamos, pero también una dosis significativa de optimismo de los chilenos respecto del país en que viven", advierte.
-¿Cómo califica ese escenario para la oposición?
-Todos los datos sobre expansión de los salarios, empleo, consumo tienen sus complejidades y esconden desigualdad, pero son parte de un cierto dinamismo que hace más desafiante lo que viene. Y a ello se suma la decisión del Gobierno de introducir la caja fiscal, a través de bonos. Todo esto genera en los próximos seis meses un desafío bien grande desde el punto de vista de los mensajes que hay que elaborar y articular, el modo de ser oposición al actual gobierno.
-En 2010 la Concertación perdió el gobierno en medio de un panorama económico desfavorable.
-El escenario económico actual es el más favorable de todos los escenarios posibles para el gobierno y mucho más teniendo a un Presidente como Piñera, que tiene tradición de ser un apostador fuerte, que es evidente que no se va a quedar de brazos cruzados viendo cómo pierde el gobierno. Va a jugar el doble en potenciar un escenario económico y agregarle intervencionismo fiscal.
-...pero de intervencionismo también fue acusada la Concertación.
-Ayer abominaban de los bonos y denunciaban al gobierno que aplicó estas políticas en un escenario económico desfavorable, donde tienen justificación social importante.
El escenario es desafiante por la tradición electoral del país, de definiciones presidenciales súper competitivas y ahora está el voto voluntario, la gente no es cautiva y va a tomar su decisión en el contexto de estos 200 días que restan.
Hubo un momento en el que la tesis de la "carrera corrida" dominaba el ambiente, pero tengo la sensación de que hoy esa no es la situación y que la gente entiende que hay un desafío, que hay que hacer una muy buena primaria. Tenemos que tener una fuerte capacidad argumental.
-¿ Cómo va argumentar la Concertación que podría gobernar mejor?
-Podría hacerse mejor cargo de esta combinación de un país que es capaz de progresar, pero también de acoger más significativamente: inclusión social.
Que las personas tengan claro cuáles son los dilemas que se abren, defender las cosas que se han hecho (en la Concertación), sin omitir las circunstancias en que gobernamos 20 años y asumir los temas pendientes con claridad y una dosis de autocrítica que también es necesaria.
La sociedad chilena aprecia que hay un progreso innegable, pero que hay serios problemas en el reparto de ese progreso, una sociedad que continúa siendo una de privilegios donde el mérito no encuentra la recompensa que debería, y yo creo que se percibe que en el contexto de un gobierno de centroderecha eso no va a cambiar. Diría que es una demanda muy fuerte pensando en la candidatura específica de Michelle Bachelet.
Tenemos que construir un nuevo pacto tributario que permita efectivamente saldar un conjunto de pendientes sociales.
-En las encuestas el Gobierno está repuntando. ¿Cómo impacta eso?
-Está repuntando al nivel del piso histórico de adhesión de la centroderecha, no estamos en presencia de un fenómeno, y seamos claros, esto no ocurre como un premio a la gestión. Se ha hecho sobre la base de tener una participación activísima en el funeral del comandante Chávez, de hacerse cargo del estado emotivo de la ciudadanía. Tampoco lo estoy cuestionando por eso, en el contexto actual de Chile en América Latina, que no es demasiado favorable, que el Presidente se sume al sentimiento generalizado de tristeza me parece muy razonable y que esto provoque réditos, porque se hace cargo de una idea que es buena para el país, no es algo para desdeñar. Un país donde hay una mayoría de la población católica, que concurra al inicio del papado del primer Papa latinoamericano tampoco me parece una cosa (equivocada).
Pero se están premiando conductas que ponen al Presidente en algo que le ha costado tanto, que es ser Jefe de Estado, Presidente de todos los chilenos.
Por ejemplo, si se quiere hacer una campaña presidencial sustentándose en una reducción significativa de la inseguridad, están equivocando el camino, porque las percepciones ciudadanas no tienen que ver con las cifras, sino cómo sus propios entornos viven estas realidades.
-Piñera en alza en las encuestas, ¿puede cambiar el escenario del oficialismo?
-No creo. La derecha ha sido inclemente en descalificar a sus propios candidatos. Eso pavimenta la derrota de ellos, independientemente de los esfuerzos que pueda hacer el Presidente.
Vamos a hacer las primarias el mismo día y nosotros estamos convencidos de que la nuestra va a ser más masiva que la de la Alianza y eso va a generar un efecto. Y es muy probable que si Michelle Bachelet acepta su candidatura, ella sea en esa jornada la más votada.
-La encuesta CEP ha mostrado que ella gana en primera vuelta. El senador Lagos Weber (PPD) advierte que habrá segunda vuelta. ¿Cuál es su pronóstico?
-Es un error político partir de la base de que vamos a ganar en primera vuelta, cuando ni siquiera sabemos quiénes van a ser al final los candidatos inscritos. Segundo, nuestro sistema institucional tiene dos vueltas y eso no cambia el gobierno que realizas. Sí es crucial la cantidad de parlamentarios que se logre elegir.
-¿Eso le preocupa?
-Por supuesto que nos preocupa ver el modo que tenemos una fuerza parlamentaria suficiente para poder respaldar al Gobierno.
-En cuanto al nuevo escenario de Bachelet, ¿qué pasará con su agenda valórica tras su paso por ONU Mujeres?
-No se trata de hacer una imposición relativista moral o una imposición liberal, sino que de hacer los debates, que la sociedad crezca y se haga adulta en estos debates: aborto terapéutico, hay una discusión mundial del matrimonio igualitario, el derecho de los homosexuales y la adopción. No hay que esquivar el bulto y la coalición tendrá que procesar esas discrepancias y diferencias, no ocultarlas.