Este domingo, los aspirantes a la presidencia DC se jugarán la conducción de la colectividad en dos años clave: la campaña por recuperar La Moneda y, de tener éxito, un eventual primer año de gobierno, donde la colectividad pedirá su lugar, y donde ambos candidatos ponen sobre la mesa el factor "gobernabilidad".
Al comienzo fueron algo reacios, pero finalmente el senador Ignacio Walker y el diputado Aldo Cornejo accedieron a la propuesta de La Segunda de contrastar frente a frente sus planteamientos de cara a la elección de este domingo de una nueva directiva de la Democracia Cristiana.
Reunidos en el comité de diputados DC en Valparaíso, el actual timonel del partido, quien aspira a conducirlo por dos años más, y su principal retador -aunque hay una tercera lista en competencia-, debatieron sobre la gestión de la mesa saliente, el estilo de conducción, la futura relación con Michelle Bachelet y sus previsiones electorales, pero no lograron sellar un compromiso de resolver la contienda en primera vuelta.
-¿Qué logros puede exhibir su conducción, senador Walker, para pedir a los militantes DC que le renueven su confianza?
-Ignacio Walker: Conseguimos revertir la tendencia electoral declinante del partido, perfilar con fuerza y sin complejos la identidad DC, consolidarnos como fuerza de oposición, pero con vocación de gobierno, y encabezar una conducción "con todos y para todos".
-Aldo Cornejo: No pongo en duda los logros, pero hay que cambiar la forma de conducción. En el partido los grandes lineamientos políticos eran decisiones de orden colectivo y en el último tiempo se han planteado públicamente opiniones de carácter personal como la posición oficial DC. Hay que recuperar el sentido de comunidad de la DC.
-Aldo Cornejo ha planteado que temas como la inclusión del PC en un futuro gobierno no se han debatido en el partido como corresponde.
-I.W.: Yo he dicho que es distinto un acuerdo electoral por omisión entre fuerzas de oposición, a una coalición de gobierno, y no existe precedente respecto a una coalición entre la DC y el PC. Nunca me he negado a esa posibilidad, pero tengo dudas. Hay una discusión interna que resolver democráticamente.
-A.C.: Durante mucho tiempo se ha mantenido en el debate público el tema del PC, para algunos más fácil de digerir y, para otros, más difícil, pero, salvo opiniones de algunos personeros del partido, no hemos discutido nunca en las instancias de la DC sobre una eventual alianza de gobierno con el PC.
-Las conversaciones con RN sobre la reforma al binominal, ¿fueron debatidas dentro del partido?
-I.W.: Ese fue un acuerdo unánime de la mesa nacional, refrendado por el consejo nacional. Obviamente antes hubo una conversación reservada, porque nuestro adversario político real es el sistema electoral. Quisimos dar una señal con RN de acuerdo sobre un nuevo régimen político, descentralización, flexibilización del presidencialismo y fin del sistema binominal. Casi todas las fuerzas de oposición nos aplaudieron, yo no recuerdo prácticamente críticas.
-A.C.: En esto discrepo, Ignacio. Yo soy diputado y en la mayor parte de la bancada nos enteramos por la prensa de las conversaciones con RN. No discuto que haya que buscar todas las alianzas posibles para terminar con el binominal, pero ésta es una materia extraordinariamente delicada porque nuestro domicilio político no es precisamente un acuerdo con RN. Ese tipo de señales y definiciones requieren una discusión colectiva previa en el partido.
-Si ninguna lista obtiene mayoría absoluta, ¿por qué no se reconoce al ganador y se evita una segunda vuelta que retrase aún más la campaña de Claudio Orrego?
-I.W.: Aspiramos a ganar en primera vuelta, pero aquí le digo a mi amigo y camarada Aldo Cornejo: si él saca un voto más, yo lo apoyo.
-A.C.: Esa no es una decisión personal. Lo resolveremos el domingo en la noche con el resto de los miembros de la lista. No estoy en condiciones de comprometer la opinión de ellos.
-¿Qué piensan de la imagen de que ésta es una competencia entre una lista orreguista y otra bacheletista?
-I.W.: Eso es fantasía en do menor. Aquí no hay orreguistas versus bacheletistas; somos todos DC y en las tres listas estamos genuinamente comprometidos para llegar a las primarias con la candidatura de Claudio Orrego, no como un saludo a la bandera, sino en términos reales.
-A.C.: No tenemos ningún otro candidato. Aquí no estamos compitiendo quién es más o menos bacheletista, porque si yo sacara la cuenta, parece que hay más bacheletistas en la lista de Ignacio que en la mía. Además, Orrego tiene el deber de representar los intereses, ideas y propuestas de la DC para que éstas sean recogidas en el programa de gobierno.
-¿Qué ventaja ofrece cada uno en caso de que Michelle Bachelet llegue a ser finalmente la candidata de la oposición?
-I.W.: Esta no es una competencia por quien es más o menos amigo de Michelle Bachelet. La directiva que aspiro a presidir va a dar las mayores garantías de que, cualquiera sea el candidato o candidata presidencial, va a ser una relación muy fluida e institucional, como han sido todo este tiempo entre la DC y el PS.
- AC : Coincido en eso con Ignacio. Creo, además, que si la ex Presidenta fuera candidata y eventualmente gane, es obligación de ambas partes hacer todo el esfuerzo posible para tener la mejor relación y que ésta sea fluida, porque hay experiencias anteriores, como en el gobierno del Presidente Lagos, donde esas relaciones no fueron buenas y eso repercutió negativamente en el partido.
-¿Qué rol debe tener la DC en un eventual gobierno bacheletista?
I.W .: Primero, esperemos que Michelle Bachelet explicite su candidatura, porque hasta ahora no ha ocurrido. Segundo, yo estoy apoyando a Claudio Orrego como candidato presidencial. Tercero, si ella es nuestra candidata electa en la primaria, nos vamos a jugar con todo con su gobierno, que va a ser nuestro gobierno. Nuestra contribución a un futuro gobierno de la oposición es estibar la nave, porque en la medida en que seamos firmes en nuestro perfil e identidad, vamos a recuperar el voto de centro, moderado, independiente y de sectores medios que fuimos perdiendo en veinte años.
Son tan grandes las expectativas que se han generado, que tenemos que hacer como democratacristianos un esfuerzo en aquello donde hemos probado tener credibilidad, que es asegurar condiciones de gobernabilidad en Chile.
A.C .: La DC debe tomar la vanguardia en los temas que le preocupan a la clase media, como la salud, la educación y el sistema previsional. Además, tiene que ser un factor de articulación de la alianza política que sostendrá al próximo gobierno y garante del respeto irrestricto del programa, porque no estamos dispuestos a aceptar doble estándar en esta materia. No sólo debemos ser un factor de gobernabilidad, sino también hacer cumplir el compromiso que vamos a adquirir.
-Al hablar de doble estándar, ¿se refiere al PC que quiere estar "en el gobierno y en la calle"?
-A.C.: Del que sea. Porque estas experiencias no sólo tienen que ver con el PC. A finales del gobierno de la Presidenta Bachelet, se produjo todo este fenómeno de los díscolos. Me estoy refiriendo que a todos, socialistas, PPD, incluido nosotros, suscribamos un programa común que hayamos construido en común, tenemos la obligación de respetarlo.
La DC tiene que ser un factor no solamente de gobernabilidad, sino también de hacer cumplir un compromiso que vamos a adquirir. Porque si no hay programa común, para decirlo con claridad, no tiene sentido tener una lista parlamentaria común. Aquí hay tres cosas indisolubles: lista, programa y candidatura.
-I.W.: La gobernabilidad es el eje para todas las fuerzas políticas que vayamos a formar parte de un gobierno. Esto no tiene nombre y apellido en términos del PC, más bien díscolos ha habido en otros partidos y en el nuestro, y eso está claro. Así que pacto de gobernabilidad para empezar a hablar y que rige para todos, y en el que la DC está llamada a jugar un rol articulador muy importante.