Últimos sondeos de Palacio dan cuenta que aprobación del Ejecutivo y del Presidente se ubica en torno al 36%.
El Presidente volvería esta semana a La Moneda.
Ello, comentan en el Ejecutivo, representa un salto considerable en comparación con las que se tenían hace un año. La CEP de noviembre-diciembre de 2011 indicaba que un 62% rechazaba la gestión de gobierno, mientras que sólo un 23% la aplaudía. La última versión, de fines del 2012, arrojaba una mejora de los números: 51% versus 31%.
Aunque el gobierno no desea 'ventilar' en demasía este cambio en la tendencia (para no generar expectativas), éste sí forma parte de una estrategia que apunta, entre otros objetivos, a evitar el temido desmarque de los dos candidatos presidenciales y parlamentarios.
La tesis del Ejecutivo apunta a alcanzar la meta del 40% a contar de abril, o a más tardar al momento en que se efectúen las primarias que enfrentarán a Andrés Allamand y Laurence Golborne (30 de junio).
El mismo objetivo, en todo caso, se había fijado infructuosamente como meta para enfrentar las elecciones municipales del año pasado.
El rango del 40% es considerado el piso necesario para asegurar disciplina en el oficialismo, y así despejar el temor de que La Moneda enfrente un dramático epílogo ya no sólo con el "síndrome del pato cojo", sino que además con sus partidos tomando amplia distancia del Ejecutivo.
Ya con las actuales cifras del orden del 36% (que entre otras razones, se deberían a las cifras de empleo y el protagonismo de Piñera durante los alegatos de La Haya y la Cumbre CELAC-UE), se recalca, se contaría con un margen de maniobra menos estrecho que el de hace algunos meses, que podría permitir "alinear" a los parlamentarios.
Una de las explicaciones es que ese porcentaje es superior al piso de 33% que -se calcula históricamente, según las reglas del binominal- deben obtener como mínimo y en conjunto los dos candidatos oficialistas en cada distrito o circunscripción para evitar ser doblados.
En La Moneda reafirman sus argumentos señalando que el análisis interno de cara a las parlamentarias muestra que, cómo éstas serán más complejas para el bloque gobernante a causa del voto voluntario -y por la pérdida de alcaldías- una mayoría de las duplas RN-UDI estarán más cercanas al "mínimo" que a votaciones más holgadas .
Lo mismo se espera de Allamand y Golborne. Ambos salieron del gabinete en noviembre pasado en medio de una tensa relación con La Moneda y el propio Piñera, quien les preguntó específicamente si tenían reparos haca el gobierno, ya que ese era "el momento de hacerlo". En las semanas siguientes proliferaron críticas mutuas entre ambos y hacia Palacio.