No asistió al encuentro del sábado entre Andrés Allamand y la dirigencia de base de RN en la Región Metropolitana, porque se encontraba en la estancia "Cameron" en Tierra del Fuego, lugar en el que celebró el domingo sus 70 años en compañía de su esposa y donde recibió el saludo telefónico de Laurence Golborne. No obstante eso, el timonel de RN, Carlos Larraín, ha seguido de cerca los últimos acontecimientos.

Mientras en su entorno aún se comenta que fue uno de los pocos en acertar que la Alianza iba a perder en la municipal, y que por ello fue duramente criticado por gente del sector, Larraín ahora vuelve a entrar en la contingencia de la Coalición. Dice que no se extraña de que el gremialismo haya aceptado las posturas valóricas liberales de Golborne, porque "la UDI es de un pragmatismo acerado. Eso lo tengo por axioma hace mucho tiempo". Y poniéndose en escenarios futuros, advierte que "se me hace muy difícil apoyar a alguien que no tenga una postura nítida de rechazo a toda forma de aborto".

-¿Qué evaluación hace de las primeras semanas de la competencia entre Andrés Allamand y Laurence Golborne?

-Se está probando la eficacia de tener una discusión política.

-¿Ha habido guante blanco?

-Ha habido bastante respeto aunque he escuchado algunas frasecitas que habría preferido que se omitieran.

-¿Está entre quienes creen que Allamand ha marcado las diferencias de manera más notoria?

-Estimo que Andrés ha puesto el dedo en la llaga al atizar el tema de la energía, porque ahí tenemos un gran cuello de botella para el desarrollo del país. Desde la izquierda se quieren chingar los proyectos de hidroelectricidad, mientras la energía cuesta el doble aquí que en el promedio de países sudamericanos.

-¿Cómo ve que el Presidente Piñera haya tenido que pedir a los abanderados desde Turquía que "tienen que entender que una candidatura no es para enfrentarse el uno con el otro"?

-Tiene toda la razón... ha habido unos refregones chicos que hay que procurar que no pasen a ser grandes y el Presidente hace bien en tirarles un balde de agua fría en el inicio del primer round.

- Lo natural en una campaña es que la tensión vaya subiendo... ¿Ve ese riesgo aquí en la primaria?

-Claro, se van poniendo las posiciones más duras y eso es lo que hay que tratar de precluir.

Comer empanadas y producir ideas

-Usted ha dicho que sabe perfectamente quién es Allamand. ¿Qué tipo de candidato es Golborne? ¿Cómo lo ha visto en sus primeras "subidas a la romana", como dice usted?

-Creo que ha salido para atrás, tanto en el tema de la energía, como en lo del aborto. Pero estamos en el comienzo de los primeros encuentros. Aunque no soy aficionado a la dialéctica, tengo la secreta esperanza que de esta discusión, y otras más, surja una muy potente doctrina de la centroderecha chilena, que cale hondo en nuestra sociedad. Si somos capaces de conducirlas, las primarias serán un gran esfuerzo pedagógico.

-¿Piensa, como dijo la vocera de Allamand, que en la campaña hay que tener algo más que bailes, empanadas y guitarreo?

-Pienso que hay que comer mucha empanada y al mismo tiempo ser capaz de producir ideas, antes de caer bajo los efectos del «pino caldúo». Para ser candidato hay que tener habilidades múltiples.

-¿Es compensable con algo la falta de experiencia política? ¿Y al revés, la menor empatía?

-Los candidatos son una paleta de colores, entonces quizá la falta de experiencia se pueda compensar con energía, con actividad, a la inversa quizá la postura republicana que muestra don Andrés Allamand pueda también acoplarse a un enunciado de mucho fondo sobre lo que es el programa del futuro gobierno nuestro, o sea todo resulta así mezclado en la vida política.

-Antes de que saliera del gabinete, usted se reunió en varias ocasiones con Golborne, ¿ se ha vuelto a reunir con él desde que es candidato?

-Comimos una vez en Concepción, invitados por un tercero. Hablamos mucho rato y de todo, con toda libertad. Por ejemplo, de cuál es la fórmula ganadora, que es convencer a un 30% del electorado que no se deje llevar por imágenes nostálgicas.

-¿Qué tan encasillado está él con la UDI? ¿Eso le suma o le resta votos?

-A él lo pone en una cierta dificultad, pero transitoria porque he visto que la UDI lo respalda con mucha energía y le va a proporcionar lo que damos los partidos políticos que es un chasis operativo.

-¿Le incomoda que los dos precandidatos de centroderecha sean de derecha liberal o, como dice usted de la "derecha boutique"?

-No creo que pertenezcan a la derecha boutique. Los dos son de la corriente principal de la centroderecha chilena que afirma que la libertad tiene que desarrollarse en un marco de orden, que defienden lo central de la Constitución Política, que valoran el mercado, pero que también quieren que el mercado beneficie a todos. Ambos son patriotas.

En cambio, la derecha boutique, cuya sede está en la calle Alonso de Córdova, es una flor exótica, una postura que quiere deslastrarse o desabotonarse, seguramente para convencer a los que votan por el PPD, esperanza completamente vana.

-¿A qué se refiere con "desabotonarse"?

-A dejar caer alguna institución probada como la estructura familiar, o repudiar la economía de mercado.

-¿Cómo es su relación con Allamand, ahora que lo tiene de cohabitante en la sede de RN? ¿Qué complicidad tienen?

-La relación con Andrés está dictada por el respeto y conocimiento recíproco de muchos decenios. Nos conocemos lo que tenemos de bueno y de malo y nos aceptamos tal cual somos, sin exigirle al otro lo que no puede dar. Esa es la base de la buena convivencia: el respeto, no es la tolerancia como dicen algunos por ahí.

"La UDI es de un pragmatismo acerado"

-En la discusión valórica que ha habido, ¿ha visto a una UDI demasiado pragmática en lo del AVP o el aborto?

-La UDI es de un pragmatismo acerado. Eso lo tengo por un axioma desde hace mucho tiempo...

Yo no creo en la política sin una referencia a un patrón de ideas centrales. Pienso que Andrés Allamand se anotó un «porotazo» con su posición tan nítida contra cualquier tipo de aborto. El sabe que ante una duda se abre una esquinita del sobre y se desparrama esa plaga infernal.

-¿Usted respaldaría a un candidato presidencial que esté de acuerdo y favorezca el aborto?

-Se me hace muy difícil apoyar a alguien que no tenga una postura nítida de rechazo a toda forma de aborto. Pero confío en que estas cosas se precisen, porque cuando Laurence Golborne habla de un ser «inviable» le doy el beneficio de la duda, y supongo que se refiere a un feto muerto, caso en el cual ocurre un aborto espontáneo y no provocado. Pero por favor no recurramos a la «inviabilidad» para justificar políticas eugenésicas y totalitarias.

-¿Cree que en esta etapa le va a durar ese pragmatismo a la UDI?

-El precandidato de la UDI puede ir precisando sus conceptos (AVP y aborto). Estas ideas maduran y se pueden perfilar mejor, precisamente en el curso de una buena discusión ciudadana.

"Me parece bien que Longueira diga que quiere salir"

-¿Comparte la doctrina de prescindencia de los ministros que ha planteado el Gobierno?

-Eso es doctrina conocida en Chile y debe mantenerse. Los ministros deben observar prescindencia, porque son la primera fila del Gobierno. Pero de ahí hacia abajo me parece difícil pedirles a los militantes o simpatizantes que estén en el limbo hasta que no venga la presidencial.

-¿Qué opina de que Pablo Longueira haya dicho que si es útil para el triunfo de Golborne, renunciaría?

-Me parece bien que diga que quiere salir, porque eso supone que tiene el coraje de sostener sus opiniones, cosa que celebro mucho, ya que en Chile tenemos muchas gallinas.