Ideólogo y decidido impulsor de la tesis del "giro a la izquierda" del PPD y la Concertación, el senador Guido Girardi se siente políticamente fortalecido con los resultados de los comicios municipales recién pasados.

Aunque la alianza del PPD con comunistas y radicales fue superada por el eje DC-PS, el parlamentario por la Metropolitana Poniente asegura que la buena cosecha de alcaldes, concejales y votos que logró la oposición avalan la estrategia de unidad amplia que viene propiciando desde la derrota concertacionista de 2009. Asegura que los resultados del 28 de octubre han terminado por vencer la resistencia de la propia DC a dicho planteamiento.

"Yo creo que la Concertación ya dejó de existir y finalmente se ha impuesto el sentido común. Nosotros planteamos hace mucho tiempo que íbamos a caminar a la constitución de una coalición más amplia, que no se redujera a cuatro partidos sino que los superara y se ampliara a otros actores políticos, sobre todo a la ciudadanía y los movimientos sociales", dice.

-¿Los resultados de esta municipal prefiguran esa nueva coalición?

-No he escuchado a ninguno de los que afirmaban con fervor casi religioso la defensa a ultranza de la Concertación, sostener lo mismo hoy día. He valorado mucho que (el presidente del PS, Osvaldo) Andrade haya planteado la necesidad de construir una coalición más amplia.

-Según la DC y diversos analistas los resultados de la municipal significaron la derrota de aquellos sectores que postulan el frente de izquierda.

-La tesis del frente de izquierda es la tesis de la ruptura del verticalismo y de una visión elitista y aristocrática de la política. Aquí ganó la izquierda del siglo XXI, que lucha por la igualdad, la inclusión, el respeto a la diversidad y está contra las visiones autoritarias.

-Ignacio Walker (DC) subrayó que el resultado de la municipal fortalece la tesis de la coalición de centroizquierda.

-No sé si puede hablar tan tranquilamente de derrotados o de que aquí ganó la centroizquierda. Yo creo que ganó la tesis de los ciudadanos y la gran derrotada es la tesis de la política empoderada desde las élites. Los ciudadanos aspiran a una coalición más amplia; respaldaron espacios más integradores e inclusivos y no espacios de exclusión. Lo que viene para adelante es la profundización de esto, no la reedición de la Concertación tal y como es, sino que su ampliación y superación por una coalición opositora lo más amplia posible.

-Coalición que incorpore al Partido Comunista y haga suyas las demandas del movimiento social, o sea, un bloque con más identidad de izquierda...

-Desde el momento mismo de la derrota de la Concertación nosotros hicimos una autocrítica: dijimos que ella se había reducido a cuatro partidos, que se había alejado y desmovilizado al mundo social, que era su aliado y espacio natural, y más encima habíamos renunciado a nuestras banderas y contenidos de cambio. Por eso planteamos la necesidad de avanzar en una nueva coalición que supere a la anterior y construir un espacio más amplio, que vuelva a construir alianzas con el movimiento social y a hacer suyas las banderas de cambio que nunca debió haber transado.

-¿Y se ha avanzado en eso?

-Por supuesto, en todo. La propuesta de la oposición sobre educación no tiene nada que ver con las manitos en alto de la UDI con la Concertación; la propuesta opositora de reforma tributaria es un giro copernicano en un tema que no fuimos capaces de impulsar antes. Yo no quiero hablar de que aquí hubo derrotados y ganadores, pero claramente la visión que nosotros teníamos es la visión que hoy está totalmente puesta en escena y que comparten todos.

-Tras las elecciones se terminó el pacto "Por un Chile Justo".

-El pacto "Por un Chile justo" tiene que seguir siendo un instrumento para forzar la ampliación de la oposición. En ese sentido es un punto de partida y no de llegada.

-¿Ve a la directiva DC funcional a ese objetivo?

-La directiva DC, por la vía de los hechos, ha hecho cada vez más suya la necesidad de construir una oposición amplia. Yo vi a la DC muy feliz de que sus candidatos fueran votados por los comunistas y donde hubo candidatos del PC, como Recoleta y Pedro Aguirre Cerda, la DC lealmente votó por ellos. Ha habido una terapia que ha permitido sensibilizar los focos fóbicos que todavía había contra los comunistas, lo que es positivo. Hemos hecho un proceso de aprendizaje mutuo y crecimiento político.

-Hace un balance satisfactorio de la municipal para la oposición.

-Hasta hace unos meses se hablaba de la unidad de la Concertación. Hoy ya no escucho hablar de eso. Nadie defiende la vigencia de la Concertación tal y como era. Todos hablan de la unidad amplia de la oposición y escucho cada vez más que hay que dialogar con el movimiento social. Por lo tanto, yo me doy por satisfecho.

"Este inicio de campaña oficialista va a ser un «picnic»"

-La campaña presidencial ya comenzó con la salida de Golborne y Allamand del gabinete, y Bachelet todavía no se pronuncia.

-Este inicio de campaña va a ser un "picnic" porque la derecha tiene confrontaciones agresivas, brutales.

-Pero, ¿no debería también salir Michelle Bachelet?

-Yo quiero ver la disputa de la derecha. El país sabe lo que fue y lo que piensa Bachelet. Ella no puede ser la candidata de un quinto gobierno de la Concertación sino que el inicio de un nuevo proceso que tiene que ver con el siglo XXI y una nueva ciudadanía que emerge.

-¿La oposición sólo tiene que limitarse a tomar palco?

-No. El mundo progresista tiene un liderazgo claro que se llama Michelle Bachelet y tenemos que generar un proceso democrático para proclamarla, ojalá una primaria porque es bueno que ella sea ungida no por los partidos sino por los ciudadanos: por eso es bueno que en ella participe la DC con sus candidatos, el senador (radical José Antonio) Gómez, en fin, distintos actores porque finalmente Bachelet es parte de un proceso agregativo de identidades distintas.

-¿Y cómo se hace eso mientras Bachelet sigue en Nueva York?

-Bachelet tiene que volver en marzo, para la primaria, ¿para qué antes? Allamand y Golborne debían salir del Gobierno porque estaban distrayendo energías. Creo que con lo poco innovador e inclusivo de las políticas de derecha en general, y de este gobierno en particular, se va a seguir acrecentando la diferencia entre Bachelet y sus candidatos, especialmente con ella ausente.

-¿Mientras no llegue Bachelet los partidos opositores sólo deben dedicarse a preparar la primaria?

-Los partidos tienen que trabajar para unir a la oposición todo lo que se pueda en una actitud generosa, amplia, inclusiva y diversa. Segundo, tienen que trabajar en contenidos nuevos.

-¿Construir una propuesta programática con los movimientos sociales?

-No solamente con los movimientos sociales. La ciencia es importante y tenemos premios nacionales de ciencia que son de nivel top en el mundo, hay que incorporarlos a la definición de las políticas. Yo creé la Comisión de Futuro en el Senado para recoger su aporte y son los más regulares y cumplidores porque no los escucha nadie. Es una pérdida de talento, capital y riqueza. Entonces, se trata de construir un programa escuchando a los científicos, al mundo de la cultura, a los ciudadanos, las regiones, etc.

 "Soy partidario de revisar el voto voluntario"

-¿Qué revela a su juicio este inesperado resultado de las elecciones municipales?

-Creo que tenemos un nuevo escenario político donde el electorado va a requerir fidelización. Ahora para que la gente vaya a votar hay que generar confianza y afecto, y por tanto un trabajo de cercanía y una ética de proximidad.

-Ha inquietado la enorme abstención registrada, lo que ha llevado a algunos a proponer el retorno al voto obligatorio.

-La democracia es un bien público de responsabilidad de todos y existe el riesgo de transformar al elector-ciudadano en elector-consumidor. A mi juicio el "mercado electoral" no puede determinar por dónde va a caminar el proyecto país, por lo tanto, de continuar esto, yo soy partidario de revisar esta situación.

-¿Ud. votó a favor del voto voluntario?

-En la primera discusión voté en contra pero terminé votándolo a favor porque la otra alternativa era quedarse con el arcaico sistema anterior, sin inscripción automática, que para mí era peor porque enajenaba a cinco millones de personas de la posibilidad de participar. Voté por el mal menor.