Está sorprendido por el triunfo de Carolina Tohá, que conquistó su ex municipio, ahí donde él estuvo durante 11 años.

-Para mí fue sorprendente, después de lo que indicaban las encuestas, pese a que se veía reñido. Carolina tuvo la ventaja de que, si bien hubo candidatos por fuera, no eran importantes.

Es la primera vez que Jaime Ravinet de la Fuente sigue una elección en el país desde el living de su casa, a través de la televisión. "Antes estaba en los comandos, donde se ganaba y se perdía", comenta.

Alejado de las lides partidistas desde que renunció a su partido de siempre, la Democracia Cristiana, hoy "soy un huérfano de la política. Ciertamente me identifica mucho la Concertación y mi intento de aportar al gobierno de Piñera fue abrirlo, pero no resultó", reconoce al recordar el costo que tuvo para su carrera militante el aceptar el cargo de ministro de Defensa que le ofreció el Presidente Sebastián Piñera y que ejerció brevemente, entre el 11 de marzo de 2010 y el 13 de enero de 2011.

Ya había asumido esa tarea durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos (2004-2006), mismo que lo nombró antes a cargo de la cartera de Vivienda y Bienes Nacionales.

Ahora que está dedicado a su empresa privada de exploraciones mineras, y a gozar a sus nietos, habla con la libertad que le concede su actual posición, donde cada mañana sale a correr no en busca de votos, sino de mantener un buen estado físico. Y con el conocimiento de causa que tiene al haber sido el alcalde que más tiempo estuvo a la cabeza de la Municipalidad de Santiago.

-¿Cree que a Pablo Zalaquett le jugó en contra anticiparse al tema de la celebración en el balcón?

-El balcón de la Municipalidad nunca se usó para ese fin. Sólo cuando Raúl Alcaíno le ganó a Jorge Schaulsohn inauguró el balcón.

-¿Usted no lo usó?

-Yo no tenía derecho. Soy el primer alcalde electo en Santiago. En 1992 se hizo la primera elección bajo la República. Antes de eso, el alcalde era designado por el Presidente.

De hecho, el Presidente Patricio Aylwin lo designó a él como jefe de la alcaldía al asumir el gobierno, en 1990. Dos años después hubo elecciones.

-Yo tuve que dejar el cargo para participar, de modo que no tenía derecho a usar el balcón. Y después, cuando fui reelecto en 1996, ocurrió lo mismo. Cuando ganó Joaquín Lavín no celebró en el balcón.

Lavín estuvo en la alcaldía Metropolitana entre 200 y 2004. Al sucederlo Raúl Alcaíno, ambos aparecieron en el famoso balcón.

Junto con destacar la corrección de Zalaquett por la forma en que reconoció anoche el triunfo de su contendora, comenta que "las encuestas indicaban que iba a ser una comuna que quedaría en la centroderecha".

-A su juicio, ¿Santiago es una comuna de derecha?

-Fue siempre conservadora. Ahí ganó el Sí. Salvo el Presidente Aylwin, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet perdieron en Santiago. Era de centro derecha, conservadora, pero con el programa de repoblamiento que hubo y que comenzamos tímidamente en los años 90, hay un electorado que uno no sabe para dónde va. En la parte inmobiliaria, el mejor negocio ha sido la comuna de Santiago. Hay gente vieja, jóvenes, separados...

-¿Pero usted alcanzó a percibir ese cambio?

-Mi experiencia, cuando volví a postular el 2008, es que iba a los edificios, empezaba a hablar con la gente y no votaba nadie en Santiago.

-¿Cómo interpreta el triunfo de la socialista Carolina Tohá?

-La gente votó distinto, por un cambio.

-¿Le gusta o le disgusta?

-Sin duda, me gusta. Puede ser una gran alcaldesa.

-Durante su campaña, Tohá llamó a los vecinos "a tomarse la comuna". ¿Cree que su discurso necesariamente deberá cambiar cuando asuma la alcaldía, o que deberá cumplir su compromiso empoderando a los vecinos?

-Pienso que lo va a cumplir, porque una de las características que tuvimos, y ella participó, eran los cabildos vecinales, una forma de expresión de la comunidad. Y ahora, ciertamente su gestión va a tener un carácter más participativo. A eso imagino que se refiere con "tomarse la comuna"; a fortalecer la participación.

-¿Cómo la imagina enfrentando las tomas estudiantiles de los colegios de Santiago?

-Yo me imagino que si quiere preservar la calidad de los colegios, y el que no sigan abandonando la matrícula, va a tener que proceder en forma participativa, pero a la vez con firmeza.

-Aunque a usted no le gusta dar consejos, ¿en qué le sugiere que ponga ojo?

-Yo creo que su gran desafío es combinar la eficiencia y las realizaciones con la participación vecinal. Hay que buscar un equilibrio, porque en Chile se ha ido imponiendo la cultura NIMBY: Not in my back yard . Y ella va a tener que lidiar con eso: Nadie quiere en su comuna cementerios, basurales, colegios, edificios de altura... pero la gente necesita vivir.

-¿Y qué le parece lo ocurrido en Providencia, con el triunfo de Josefa Errázuriz sobre Labbé?

-Ese se veía venir. Se anticipaba que iba a ser así. Yo creo que, salvo excepciones, los liderazgos necesitan renovarse. Y lo digo por mi experiencia, porque yo, después de 8 años de no estar en la comuna de Santiago, me encontré con otro tipo de gente, que quiere otra cosa.

Sobre el "derrotado" de Providencia, dice:

-Si tengo que juzgar, creo que Labbé hizo muy buena gestión, pero en el mensaje provocó polarización. Uno tiende a pensar, en cuanto a él, en una persona bastante autoritaria.

-¿Cree que su autoritarismo influyó decisivamente? ¿La gente ya no quiere líderes autoritarios?

-Parece que sí. Ni Lagos ni yo servimos. Por eso estamos retirados -termina semiserio.