Política
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Golborne y su despliegue «campañero» por su viejo barrio de Maipú

Acompañando en campaña a Lavín Jr., Golborne saludó y se sacó fotos con todos y hasta hizo de guía turístico.

por:  Jacinta Molina I./La Segunda
lunes, 08 de octubre de 2012

Rondas interminables de saludos tuvo ayer Golborne.


Foto ALEJANDRO BALART

Ni el frío, ni las amenazas de lluvia, ni las advertencias de la Contraloría fueron suficientes para interrumpir lo que el ministro Laurence Golborne defiende como su "derecho ciudadano".

Por segundo fin de semana consecutivo, el presidenciable más popular del gabinete cambia el descanso dominical para sumarse a la campaña municipal. De jeans, bufanda y parka -negra, no roja como suele usar en la semana- llega hasta Maipú. "Mis tierras, acá yo me crié y eduqué", como dice a cuanto maipucino se le cruza en su paseo de más de dos horas por el centro de una de las comunas más grandes del país. Lo acompaña Joaquín Lavín León, el hijo de su colega en Desarrollo Social y candidato a alcalde independiente en cupo RN. El mismo que semanas atrás había declarado su apoyo al otro presidenciable del gabinete, Andrés Allamand.

Horas antes, uno de los asesores del titular del MOP se paseaba por la plaza coordinando los últimos detalles de la visita de su jefe, quien al final llega cerca del mediodía al Templo Votivo, donde el candidato, conocido como Lavín Jr. lo espera junto a su señora, Cathy Barriga y su perro "Esquish".

Allí, en las escalinatas del templo, parte la primera ronda de besos, abrazos, fotos y anécdotas de barrio de Golborne, "el maipucino". Cuenta que está ahí "apoyando a nuestros jóvenes, a Joaquín Lavín". La gente se le acerca, lo saludan y le piden inmortalizar el momento con una foto. Las más entusiastas: las mujeres. Incluso se da el tiempo para juguetear con los perros de quienes se acercan a hablarle: es el día de la bendición de mascotas en el templo.

Son pocos los minutos en los que Golborne no posa ante una cámara. Por eso mismo llama en más de una ocasión al candidato a alcalde, que a veces se le pierde, más atrás, para que se sume.

Desde el minuto uno el ministro saca su carta de local. Cuenta que estudió 1º y 2° básico en el Instituto O'Higginiano, que su padre era dueño de una ferretería y que antes, cuando vivía allí, "Maipú llegaba hasta Rinconada".

Del templo, la comitiva se dirige al mercado. Comitiva porque a Lavín Jr. ahora se suman candidatos a concejales, brigadistas y Joaquín Lavín ministro.

"Esto es lo que se conoce como Plaza de Maipú", le dice a Lavín padre, cual guía turístico.

En el recorrido, al ministro no le basta con saludar con un gesto. Se acerca a quienes lo miran con un "buenos días, ¿cómo está?" y continúa el diálogo con la historia de la ferretería. En más de una ocasión, aparece un amigo de infancia.

"Aquí estamos apoyando a Joaquín Lavín", dice. Aunque a veces cuesta distinguir eso. Lavín Jr. y su señora suelen quedarse atrás -regalando aros- mientras Golborne, a casi una cuadra de distancia, sigue la ronda de fotos y besos.

-"¿Tomándole el gustito a lo que se viene el 2014?", le preguntan.

-"¡Nooo!, estamos aquí ayudando a Joaquín", responde con la misma sonrisa que acompaña su silencio cuando mujeres le comentan que votarán por él.

Al grupo se suma la diputada UDI del distrito Mónica Zalaquett , hermana de Pablo, amigo del ministro. Más tarde lo hará Patricio Melero , el timonel UDI, defensor de la precandidatura de Golborne y quien suena como carta senatorial en Santiago Poniente.

Ya en el mercado, el ministro se reencuentra con un viejo amigo, "el Loncho", con quien recuerda más historias.

Sus asesores intentan apurar la marcha, pero no hay caso. Aquí se repite la ronda de saludos, fotos y más fotos.

"El futuro Presidente de Chile... es tan buenmozo además", le dice una señora que deja su carro con verduras para ir a fotografiarse con Golborne, pero que no sabe cómo hacer funcionar su celular. Patricio Melero le ofrece el suyo y luego enviarle el recuerdo. Ella feliz.

La última parada es calle Primera Transversal 2236. Allí está la antigua casa de los Golborne Riveros.

Todos sus actuales inquilinos esperan al ministro con calzones rotos y papas fritas. Es la tercera vez que reciben su visita. Y perciben que no será la última. "No me digái nada que cuando sea Presidente... vamos a tener que cobrar entrada", augura Felipe Núñez, uno de los actuales residentes del hogar.

Por mientras, Golborne le muestra a Melero la que era su pieza de estudios. Lejos del tour, en el living, los candidatos comen calzones rotos y regalan aros.

Ya de salida, el "Loncho" le juega una broma a su amigo y llama por teléfono a su primera polola. Golborne queda de juntarse con ella "la próxima vez que vuelva". Quizás en una próxima campaña, porque la diputada Zalaquett lo compromete al instante para hacer "el tour de las novias del ministro".

-"¿Tour de las novias?"- pregunta Melero quien no deja pasar la ocasión para recordar una característica del aludido- "Eso demuestra lo independiente que es... no me cuenta todo".

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