Que la Democracia Cristiana debe llevar un candidato a "primarias sí o sí" dice el diputado Aldo Cornejo, quien está lanzado a la campaña para ganar las elecciones de su partido en diciembre próximo. Y no tiene ningún problema en admitir que en ese tema cambió de opinión.

Al mismo tiempo, plantea que si se mantiene el actual escenario en que Michelle Bachelet supera ampliamente a las cartas presidenciales DC, es necesario evaluar la conveniencia de llegar a primarias.

-¿Le gusta que lo califiquen de DC bacheletista?

-Esa es una caricatura que no corresponde a la realidad. Un calificativo de esa naturaleza no me ofende, no me molesta. En la DC no hay bacheletistas, ni orreguistas ni rinconistas. Es casi una falta de respeto que a algunos parlamentarios se les trate de bacheletistas.

-Pero si hay parlamentarios que se autodenominan como tales...

-Ese ya no es mi problema, que vayan al médico.

-Orrego planteó que se la va a jugar por levantar una alternativa a su candidatura a presidente de la DC, porque Ud. no tiene la convicción ni la decisión de llevar un candidato a primarias como tampoco de que se realicen primarias.

-Un liderazgo emergente debe apuntar a construir condiciones de identidad y potenciar a la DC. Y, por sobre todo, preservar y velar por el bien común de la DC. Cualquier candidatura, por muy menor que sea, siempre debe estar supeditada al bien común del partido. Yo, a diferencia de Claudio, creo que mi obligación como militante y diputado es cuidar los liderazgos del partido y no perjudicarlo. No creo que mi rol sea hacerme cargo de declaraciones públicas que en nada contribuirán a su candidatura y al interés superior del partido.

-Algunos plantean que una forma de cuidar los liderazgos es garantizar que la DC tendrá un candidato en las primarias de la Concertación...

-Ha habido parlamentarios, que después de la encuesta CEP, señalaron que no había que tener candidatos. No comparto esa opinión. En la junta nacional dije que el tema de las primarias tiene dos dimensiones: una electoral y la otra es que es el único espacio que la DC tiene para expresar públicamente lo que piensa y propone. La junta nacional acordó realizar primarias internas y eso sigue vigente. Más aún, no es conveniente ni oportuno el que algunos estén planteando que ya habría que proclamar a otra candidata y suprimir las primarias nuestras. Una vez escuché al presidente del partido decir que la DC iba a llevar candidato a la primaria sí o sí. Voy a responder de la misma forma: primarias deben haber sí o sí, independientemente de lo que marquen las encuestas.

-¿Ud. garantiza que la DC tendrá un candidato en las primarias de la Concertación?

-Sería muy absurdo hacer una primaria interna para luego no llevar candidato. Pero uno no puede equivocarse, tenemos desafíos súper importantes para la DC, independientemente de lo presidencial. Tenemos que preocuparnos con anticipación del tema parlamentario. La única forma que tiene la DC de construir un debido poder político es teniendo una adecuada representación parlamentaria, no sólo teniendo candidatos en las primarias. Las primarias son algo circunstancial.

-Hay quienes en la DC no le creen su compromiso con las precandidaturas de su partido ni con las primarias. Ya en el 2010 se mostraba a favor de Bachelet.

-El 2010 no teníamos candidato ni precandidato.

-Pero se hablaba de las aspiraciones de Ignacio Walker y de Claudio Orrego.

-Hay muchos amigos míos que no comparten esto, pero no tengo ningún drama en admitir que en esta materia he tenido un cambio de opinión. En política no es un pecado cambiar de opinión.

-¿Su cambio de opinión se relaciona con que un discurso anticandidato DC no es conveniente para ganar la elección interna?

-No creo. Lo clave para la elección de la nueva mesa del partido van a ser los temas del futuro de la DC.

-Ud. cree que la mejor carta de la Concertación es Bachelet...

-Hoy es absurdo negarlo. Si uno lee todos los estudios de opinión, naturalmente que es la candidata mejor posicionada; no hay que ser bacheletista para eso. Si hasta la derecha y el gobierno hacen el mismo análisis. En política, y en la DC, uno tiene que cumplir dos obligaciones: dar testimonio y ser eficientes y eficaces. Eso significa tener el suficiente don de la ubicuidad para tomar decisiones funcionales al proyecto de la DC. No nos podemos quedar en el testimonio solamente, tenemos que ser, en esta materia, eficientes y realistas. Nadie tiene que sentirse ofendido por aquello. Me parece un poquitito patético el que la gente se sienta ofendida, agraviada, porque muchos no intentan tapar el sol con un dedo. Si le preguntas a Ximena o a Claudio, más allá del esfuerzo que ellos hacen, estoy cierto de que tendrían que contestar exactamente lo mismo. Ahora que ellos tengan o no la posibilidad de subir en las encuestas en los próximos cuatro, cinco o seis meses, es perfectamente posible. Pero objetivamente cualquier observador con sentido común y con sus facultades mentales ordenadas sabe que Bachelet es la mejor candidata.

-Si a la DC le va mal en las primarias, ¿cree que la capacidad negociadora de su partido se debilita?

-Si tuviéramos datos objetivos respecto de que los números no cambian, el peso de esa responsabilidad recae naturalmente en los propios candidatos, en quienes los apoyan y naturalmente en el partido. Y si ese escenario se mantuviese en el tiempo, no tengo ninguna duda de que la DC, como el propio Ignacio Walker dijo, tendrá que evaluarlo.

-¿En la junta nacional de noviembre?

-No me parece que sea ese el momento oportuno. Tengo dudas de la conveniencia de hacer una junta nacional después de una elección municipal. No soy partidario de tomar decisiones políticas que van a producir efectos sobrecaliente. La DC necesita serenidad para tomar decisiones.

-¿La decisión de llegar a primarias recae, en primer lugar, en los precandidatos?

-No. Esas decisiones son colectivas e individuales. No tengo ninguna duda de que ni la Ximena ni Claudio van a anteponer sus intereses personales a los intereses del partido. Y no me parece adecuado interpelar a los candidatos a bajarse en público o en privado como tampoco que lo haga una junta.