El ex ministro sueña con una primaria que enfrente a Velasco y Bachelet: "Tengo particular interés emocional e intelectual de ver cómo va a argumentar contra su jefa. Es la expresión del cría cuervos ... es un gustito que me voy a dar en la primaria".
Foto César Silva
El ex ministro de Lagos y Bachelet, e importante referente dentro del PPD, Francisco Vidal, participó la noche del domingo en una cita clave en la residencia de Guido Girardi, en la que se buscó rearticular la mayoría que llevó a la presidencia al senador Jaime Quintana.
El ex vocero, quien se recupera de una neumonitis en su casa, en Las Condes, plantea que la conducción del PPD está tensionada por la misma discusión que sacude a las otras fuerzas de oposición: definir si Bachelet será candidata con un programa de reformas profundas o uno de mera continuidad con los gobiernos de la Concertación.
"La opción por un gobierno de nueva coalición, que incluya al movimiento social y el Partido Comunista, y que lleve adelante reformas profundas, tiene en el PPD una hegemonía abrumadora. Yo no recuerdo una conducción que haya tenido tan amplio respaldo interno como esta: ganó con el 60% de los votos y tiene el 100% de los presidentes regionales, 9 de los 12 integrantes de la comisión política y 66 de los 100 integrantes de la directiva nacional. Eso es inédito en el PPD".
-¿Entonces, a qué se deben este desorden y desencuentros que se observan en la directiva del PPD?
-Es producto del afiatamiento de la nueva dirección con un presidente de la nueva camada de liderazgo político como Quintana. Jaime requiere mayor autonomía, porque en la opinión pública es visto como un lugarteniente de Guido Girardi, y él tiene personalidad suficiente para no ser eso.
Pero, además, en el PPD existe la tensión que cruza a toda la oposición y tiene que ver con qué tipo de propuesta le haremos al país en la eventualidad de un gobierno de Bachelet el 2014.
-¿Dónde radica el factor de tensión en ese sentido?
-En que el futuro gobierno tiene que tomar una opción: o somos el quinto gobierno de la Concertación o el primer gobierno de una nueva coalición. De esa definición dependerá el ritmo y la profundidad en las reformas que hay que hacer. El primer camino significa mantenerse en el gradualismo conservador, y el segundo se orienta a una reforma profunda que satisfaga las demandas ciudadanas. La abrumadora mayoría del PPD está por un gobierno de nueva coalición, que incluya al movimiento social y el Partido Comunista.
-¿Esa política puede verse afectada por las pugnas en el girardismo?
-Sin duda esas picanterías distraen de poner el foco en los grandes temas.
-¿Qué grado de autonomía podría tener Quintana, dado el enorme ascendiente de Girardi en el PPD?
-Ese es un problema de conducción política que requiere la voluntad de todas las fuerzas que llevamos a Quintana a la presidencia, que no es sólo el girardismo. Esa mayoría, incluyendo a Girardi, se da cuenta de que el liderazgo emergente de Quintana tiene que tener un despliegue autónomo.
-¿Quintana tiene las condiciones políticas y de liderazgo para ello?
-Las tiene. Lo que pasa es que en un sistema capturado por los mismos de siempre, entre los que me incluyo, es muy difícil que surjan liderazgos nuevos. Jaime fue diputado, es senador por la Región de La Araucanía, hombre de provincia, de Lautaro, a quien hay que darle a conocer las ocho manzanas de Santiago con un guía turístico. Pero la gente realmente demanda rostros nuevos.
-¿Por qué rechazaron la propuesta de Girardi, de converger en una tendencia ampliada donde se diluyeran las identidades?
-Nuestra tesis es mantener las identidades, tener más debate político y básicamente no perderse en las tendencias, sino que fortalecer la institucionalidad del partido.
-Pero a la luz de lo sucedido con el alejamiento del diputado Pepe Auth, en el PPD se aprecia una conducción errática...
-Son diferencias tácticas, no estratégicas, porque, más allá de aprobar o no la idea de legislar de la reforma tributaria, nadie discute en el PPD que hay que aumentar el impuesto a las empresas y rechazar las rebajas a los más ricos y el crédito tributario a la educación particular subvencionada.
"Quiero ver cómo Velasco va a argumentar contra su jefa"
-¿Qué tan receptiva puede ser Bachelet y su círculo más cercano a un programa más de izquierda como el que plantea el PPD?
-Nuestro planteamiento de reforma profunda tiene adversarios en la Concertación, porque hay gente que sigue siendo partidaria del gradualismo conservador y cree que esto atenta contra la gobernabilidad. En la oposición hay que sincerarse.
-¿Qué piensa de la propuesta de una asamblea constituyente?
-Creo que es un instrumento legítimo de debate y presión política. El sistema político es una jaula que tenía tres candados y sólo hemos eliminado uno, los senadores designados, nos quedan el sistema binominal y los altos quórums. Cuando la llave de la jaula la tiene la UDI, me parece que el llamado a la asamblea constituyente es un elemento más de presión para abrir la jaula.
-¿Pero le ve viabilidad?
-La veo muy difícil, porque precisamente el sistema se cuidó de que el candado no se abra. Pero es una lucha política y comunicacional relevante.
-¿A estas alturas, le resulta inimaginable que Bachelet no sea la candidata presidencial de la oposición?
-Inimaginable. Ella tuvo la opción legítima de decir que no, pero ese momento ya pasó, en consecuencia, al no haber dicho que no en el momento oportuno, mi impresión, porque no he hablado con ella, es que tomó la decisión de competir.
-¿Con la abrumadora ventaja que lleva en las encuestas, tiene sentido que se realicen primarias?
-De todas maneras, aunque parezca un poquito ridículo. Va a ser un buen ejercicio, y porque algunos de sus contendores no van a aflojar, como Velasco y Gómez. En la DC, Orrego y Rincón quieren llegar hasta el final, pero he visto cierto relativismo en (Ignacio) Walker, realismo político y pragmatismo en (Jorge) Pizarro y en (Aldo) Cornejo.
Para Velasco se ha transformado en una obsesión la competencia, así que tengo particular interés emocional e intelectual de ver cómo va a argumentar contra su jefa. Es la expresión del cría cuervos ... es un gustito que me voy a dar en la primaria.