Política
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El cerrado mundo de Bachelet: cómo opera y quiénes son hoy sus más cercanos

Escalona es el único que habla permanentemente con ella y sabe de sus planes. Andrade, que en febrero tuvo un encuentro privado con la ex Presidenta cuando vino de vacaciones a Chile, ya no goza de una relación privilegiada tras su fallido pacto presidencial con la DC. Su «tríada» operativa: Peñailillo, "Jupi" Alvarez y Paula Walker. En la Concertación estiman que la ex Mandataria podría dar en enero una "señal definitiva" sobre su candidatura.

por:  Claudia Andrea Sánchez
viernes, 27 de julio de 2012
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A más tardar enero.

En esa fecha se espera que terminen casi tres años de especulaciones sobre si Michelle Bachelet pretende o no volver a La Moneda.

Los resultados de la elección municipal van a estar digeridos, van a haber pasado las fiestas de fin de año y seguramente ya se conocerán los resultados de la encuesta CEP de diciembre, que marcará cómo viene la pista política. Escenario propicio, creen muchos en la Concertación, para que la actual directora ejecutiva de ONU-Mujeres dé una "señal definitiva" sobre su futuro.

En la oposición piensan que el único que podría tener alguna pista concreta es el senador PS Camilo Escalona, pues es de una de las escasas figuras que mantiene contacto habitual con la ex Mandataria. Con los presidentes de la DC, el PPD y el PR, no hay relación.

Y es que el carácter desconfiado de Bachelet le está generando a la dirigencia concertacionista las mismas interrogantes que en la campaña presidencial del 2005. Porque es un rasgo que no sólo marca su personalidad, sino su manera de aproximarse a la política, y termina excluyendo a quienes no son parte de su círculo más estrecho.

De hecho, hoy nadie se atreve a aventurar qué va a hacer Bachelet a partir del verano. Quienes revelan alguna información o la exponen políticamente suelen perder su confianza.

Escalona y la línea directa

En el conglomerado no existen hoy dos opiniones: es Camilo Escalona quien más cerca está de ella. Cuentan que tiene línea directa con la ex Mandataria, y que hablan casi a diario.

Su relación se remonta a comienzos de los 70, cuando él era dirigente secundario y ella le hacía clases de formación marxista en las Juventudes Socialistas, en una sede del PS de calle Arturo Prat. La confianza política y la amistad se acentuaron en Alemania Oriental, donde compartieron el exilio.

Ambos son herméticos, disciplinados y compartimentan la información. Pertenecen al mismo sector del PS, la Nueva Izquierda. Se entienden a la perfección y los años de amistad han sido prueba de esto.

Escalona fue el gran promotor de su carrera presidencial, cuando la directora de ONU-Mujeres empezó a ascender en las encuestas siendo ministra de Defensa de Lagos. El logró, de hecho, que ella ingresara a ese gabinete.

Ya con Bachelet de candidata, en 2005, el actual senador era secretario general del PS y promovió desde ese cargo que ella mantuviera una relación privilegiada con la DC que entonces dirigía Adolfo Zaldívar.

Eran buenos tiempos para Escalona. El llamado «factótum» de Bachelet logró en la parlamentaria de ese año ser electo senador por Los Lagos, su bancada se transformó en una de las más grandes del Congreso y más tarde llegó a la dirección del PS.

Cuando se armó el primer gabinete, su «sello» estuvo allí. Buena parte de los socialistas que integraron ese equipo eran de la Nueva Izquierda -Osvaldo Andrade, entre ellos- y ya comenzaron a generarse los primeros resquemores en otros sectores PS (ver recuadro) por lo que se consideraba excesiva influencia en el diseño bacheletista.

A fines del gobierno de Bachelet, sin embargo, Escalona era blanco de las críticas por su gestión en el PS, que comenzó a vivir un «desangramiento»: se fue Marco Enríquez-Ominami a intentar una aventura presidencial que apabulló las posibilidades de Eduardo Frei. Junto con él partió el ex senador Carlos Ominami. Se fueron también Jorge Arrate y Sergio Aguiló.

En medio del aluvión de críticas por los resultados de la primera vuelta y cuando la Concertación enfrentaba la segunda vuelta presidencial, sin embargo, Bachelet le hizo un "gesto" a su amigo. El 31 de diciembre del 2009, declaró a «La Segunda» que "él ha tenido una actitud que me deja con una deuda de gratitud para siempre"...

El presidente del Senado le da plenas garantías de reserva a Bachelet, lo mismo que su «mano derecha» en el PS y miembro también de la Nueva Izquierda, Mahmud Aleuy, quien también goza de una relación privilegiada con la ex Presidenta.

Andrade y el riesgo de «sostener la estantería»

Pero así como Escalona es de los escasos que tiene contacto con Bachelet, otro de los miembros de la «Nueva Izquierda», el timonel PS Osvaldo Andrade , no goza hoy de la relación privilegiada que tuvo por años con ella.

"La rucia". Así le decía Andrade a la ex Mandataria antes de que asumiera en La Moneda. Ambos se conocieron a principios de los 90, en una reunión socialista, y la empatía fue inmediata.

De la mano de Bachelet, el dirigente dejó de ser un operador más de su partido para pasar a ser ministro del Trabajo. Desde ese cargo, Andrade se convirtió en un buen interlocutor del Gobierno con el Congreso e incluso en su propio partido lo tentaron para que dejara el Ejecutivo y asumiera la presidencia de la tienda, porque se le consideraba menos autoritario que Escalona. Andrade se impuso otros ritmos. Renunció a su cargo de ministro únicamente para competir por una diputación en Puente Alto, que después ganó, y luego de eso, hace dos años, compitió por el timón del PS.

Desde el momento en que asumió, Andrade se impuso como una tarea irrenunciable "sostener la estantería de la Concertación". Con la seguridad de que Bachelet es la única carta opositora que puede triunfar en las presidenciales, su objetivo es evitar el quiebre de la coalición a toda costa.

En febrero de este año -en pleno debate por las inminentes formalizaciones de sus ex asesores en el caso 27/F-, Bachelet vino a pasar unas breves vacaciones en Chile. En esos días, sostuvo un reservado encuentro con Andrade: el timonel PS le planteó que haría todos los esfuerzos para que ella fuese la candidata única de la Concertación y le aseguró que estaría en la papeleta presidencial. Quienes conocen el diálogo, aseguran que ella guardó silencio.

Tanto él como Escalona están convencidos que la victoria de la ex Presidenta pasa por el entendimiento entre el centro y la izquierda y para garantizarlo, Andrade ha estado dispuesto a hacer una serie de gestos en favor del partido que dirige Ignacio Walker, en circunstancias que muchos piensan que la alianza natural del PS es con el PPD.

Pero si bien Bachelet comparte la importancia de la relación con el centro, se ha irritado con las últimas actuaciones del «cabezón», como llaman al timonel socialista en su partido. Dicen que aunque "el cariño sigue intacto", no le agradó la forma cómo se hizo el acuerdo DC-PS, que además de un pacto municipal y parlamentario, establecía que ambos partidos se comprometían a presentar un candidato común en las primarias de la Concertación. En ninguna parte de esa declaración se planteó de qué forma se elegiría al abanderado común de los dos partidos. Esto fue interpretado como una señal de que la DC renunciaba a sus aspiraciones de levantar una carta presidencial. Si bien el entendimiento le sirvió a Andrade para mostrar un triunfo en el comité central de su partido -alterado por el subpacto PPD, PR y PC para las elecciones de concejales- a poco andar se convirtió en algo que nadie comprendía y todos criticaban. A tal punto, que con Walker llegaron a la conclusión de que no había piso político para su implementación.

Pero la decisión ya había provocado fuerte controversia en la Concertación y la imagen que el PS quería impedir la competencia con Bachelet.

Entre los otros jefes de partido -como José Antonio Gómez (PR) y Jaime Quintana (PPD)- la insistencia del timonel PS en ordenar el bloque apelando a la figura de la ex Presidenta ha provocado molestia. "Estoy hasta la coronilla", dijo hace unos días el propio Gómez a este diario.

Los asesores y la preocupación que se instala

Hay otro círculo de confianza, compuesto por las personas que trabajan con la ex Presidenta.

Son su ex jefe de gabinete, Rodrigo Peñailillo; su actual jefa de prensa, Paula Walker y, desde Dialoga, su ex jefa de Programación, María Angélica «Jupi» Alvarez.

El «Peña», como lo conocen informalmente, era gobernador de Lebu durante el gobierno de Lagos cuando lo "descubrió" el ex vocero Francisco Vidal, quien lo llevó a trabajar junto a Bachelet en la campaña del 2005. Siempre de bajo perfil, el dirigente PPD llegó a ser su jefe de gabinete en La Moneda y creó vínculos de confianza con la ex Mandataria que se mantienen hasta hoy, y que en buena parte se cimentaron por la reserva con que suele manejarse.

En noviembre pasado regresó a Chile, tras cursar un magíster en Análisis Político en la Universidad Complutense de Madrid. Pero reasumió un rol más político cuando, tras irrumpir la investigación judicial por el caso 27/F, se transformó en el principal «operador» del bacheletismo. En el verano, se encargó de coordinar a ex funcionarios de Bachelet -como Patricio Rosende, Edmundo Pérez Yoma, Francisco Vidal y Carmen Fernández- ante la inminencia de formalizaciones judiciales. En esa época mantenía informada al detalle a la ex Mandataria, redactando minutas y anticipando escenarios.

Hoy trabaja en la Fundación Dialoga y desde allí mantiene sus vínculos con los jefes de partidos y dirigentes como Escalona, Aleuy, Felipe Harboe, Guido Girardi, Jorge Pizarro, Ricardo Solari y Sergio Bitar.

En Dialoga, su otro nexo "clave" es «Jupi» Álvarez. Ambas se conocen desde 1994, cuando fueron asesoras en el ministerio de Salud y se hicieron íntimas amigas. En una visita de Bachelet a Brasil, en medio de una Cumbre de Presidentes, ambas fueron fotografiadas bañándose en una playa de Costa do Sauípe, muy temprano en la mañana.

La asesora la mantiene informada del acontecer nacional y de las actividades de Dialoga. Es recelosa de los políticos: periodista y ex militante del MIR, siempre se recuerda que fue ella quien, en 2002, le propuso al CEP que incluyera a la entonces ministra de Defensa.

La fundación la dirige ella en la práctica, pues Bachelet no mantiene contacto con los directores de Dialoga, salvo con Carolina Tohá y ocasionalmente con Ernesto Ottone. En algunas ocasiones le ha transmitido ideas a Carmen Andrade, hermana del timonel PS y quien lleva el programa mujeres.

Y en Nueva York la acompaña como asesora su periodista, Paula Walker, quien más la conoce en lo cotidiano.

Walker llegó a trabajar a La Moneda con Juan Carvajal, en 2006. En julio del 2007, y ante la renuncia de la entonces jefa de prensa Marta Hansen, asumió la jefatura de Comunicaciones y logró desde ese cargo la plena confianza de Bachelet. Tanto así, que a comienzos de este año se la llevó a Nueva York convirtiéndose en su brazo derecho.

Pero justamente por cómo se estructuró este Segundo Piso en su gobierno, en círculos de la Concertación ya han comenzado a surgir temores de cómo sería un «segundo tiempo».

Varias figuras del conglomerado creen que, de ganar el próximo año, Bachelet no podría seguir teniendo de asesores sólo a sus "amigos", pues le garantizan lealtad pero no tienen el peso político suficiente. De hecho, se plantea que esta vez habría que integrar a gente con experiencia y que tenga línea directa con los partidos. Ahí se menciona a dirigentes como el ex embajador, Luis Maira. En este propósito está gente como Aleuy, Pepe Auth y Jorge Pizarro.

Sus vínculos DC: Pérez Yoma, Pizarro, Cornejo

Entre sus ex ministros no socialistas uno de sus más cercanos es Edmundo Pérez Yoma , quien si bien llegó impuesto por Escalona y la DC de Soledad Alvear -lo que hizo que en un comienzo la relación fuera difícil-, supo ganarse la confianza de la ex Mandataria. De hecho, con él logró entenderse mucho mejor que con sus antecesores DC, Andrés Zaldívar y Belisario Velasco.

Aunque él dice que no conversa con ella desde hace mucho tiempo, cercanos a Bachelet aseguran que lo ha llamado un par de veces por teléfono. Y aunque Pérez Yoma apoya a Claudio Orrego como presidenciable DC, no es un misterio que su candidata real es Bachelet.

En el mundo DC, relación privilegiada tienen también con ella el senador Jorge Pizarro , uno de los más acérrimos «bacheletistas», quien además mantiene un vínculo personal con ella, pues su hijo Jorge y la esposa de éste, Paula Pacheco, estudian en Nueva York y han hecho buenas migas con la ex Mandataria.

Y con el diputado Aldo Cornejo -con quien estrechó lazos cuando él era alcalde de Valparaíso y solían reunirse en Cerro Castillo- también mantiene línea directa.

PPD: Bitar, Vidal y el desafío de Girardi

En marzo de este año, el entonces presidente del Senado, el PPD Guido Girardi invitó a cenar en Vitacura a su casa a Rodrigo Peñailillo, para analizar un eventual regreso de Bachelet a La Moneda. El hecho fue narrado por el propio Girardi, quien se adelantó en respaldar a Bachelet.

La ex Presidenta no tiene una relación cercana con el influyente mandamás del PPD, pero le preocupa la división del mundo de la izquierda y por eso sabe que Girardi -el principal impulsor de un frente de izquierda- es un interlocutor imprescindible.

En el PPD, quien fuera uno de sus más fieles «escuderos», Francisco Vidal, hoy tiene poco contacto con la ex Mandataria, aunque en su círculo apuestan a que ello es transitorio.

Con Sergio Bitar , otro de sus ex ministros, tuvo un desencuentro cuando éste contó públicamente la breve conversación que sostuvo con ella en Nueva York, en noviembre del año pasado. Aunque ahora la relación ha mejorado, y fue Bitar quien gestionó directamente la carta de saludo que llegó desde Nueva York al Consejo Nacional del PPD hace tres semanas.

Y entre los radicales, uno de los pocos que tienen un vínculo más directo es el ex ministro Isidro Solís, quien de hecho asumió como abogado suyo y de su madre, Angela Jeria, en el procesamiento de oficiales FACh por la muerte del general Alberto Bachelet.

 La preocupación de los otros socialistas

Que el único interlocutor con Michelle Bachelet sea el actual presidente del Senado preocupa a las más importantes figuras del PS que no se alinean con Camilo Escalona. Varios tienen en la memoria que la llegada de la ex Presidenta a La Moneda significó no sólo que dirigentes socialistas ocuparan importantes puestos de gobierno, sino también que la «Nueva Izquierda», la tendencia de Escalona y Bachelet, fuera la más favorecida en la repartición de cargos.

La posibilidad de que esto se repita inquieta a los que se identifican con el «tercerismo» de Ricardo Solari, los «renovados» de Ricardo Núñez y Marcelo Schilling y «Las Grandes Alamedas» de Isabel Allende, por nombrar algunos.

El análisis de dirigentes de estos sectores es que si quieren tener alguna influencia no sólo en la campaña de Bachelet, en el caso que se decida a competir, y en un eventual segundo gobierno, si es que logra imponerse en las elecciones, necesariamente tienen que estar al mando del PS. La apuesta es que pese a la estrecha relación de Escalona con la ex Mandataria, ella debería entenderse institucionalmente con la mesa del PS.

Ahora, la única oportunidad de derrotar a la «Nueva Izquierda» es a través de una alianza de todos los sectores que no se identifican con la conducción de Osvaldo Andrade. Si no es así, esa tendencia podría encabezar la cuarta mesa consecutiva de la tienda.

Ya se han comenzado a dar los primeros pasos. La intención del diputado PS Marcelo Díaz de renunciar a la tienda fue aprovechada para dejar en claro el difícil momento que atraviesa el PS. Y uno de los nombres que se menciona para encabezar una alternativa es el de Ricardo Solari. El ex ministro de Lagos, que tuvo un rol relevante en la primera etapa de la campaña de Bachelet el 2005, terminó distanciado de la ex Presidenta. No fue su asesor ni tampoco integró su gabinete. Dicen que su gran decepción fue que nombraran a Francisco Vidal como presidente de TVN, un cargo que le interesaba. Sin embargo, mantiene contacto con Rodrigo Peñailillo.

La relación con sus ex voceros

Carolina Tohá y Ricardo Lagos Weber fueron voceros de Bachelet. Las dos figuras PPD mantenían una relación privilegiada con ella, y hasta se les llegó a considerar «delfines» suyos. Hoy, la relación de ambos con la ex Mandataria transcurre por cauces distintos.

En abril, el día que Tohá ganó las primarias de la Concertación en Santiago, Bachelet la llamó para felicitarla. Y también le hizo un «gesto» en el Consejo PPD de julio, al mencionarla en la carta que envió.

Desde Nueva York, confirman que la relación Bachelet-Tohá "es de las mejores". En 2010 -tras declaraciones de la ex vocera por el tema indígena- Bachelet se había molestado, pero se "abuenaron" el año pasado en El Cairo.

Con Ricardo Lagos Weber, si bien el entorno de la ex Mandataria destaca que ella confía en él y lo encuentra un político valioso, este año no ha existido la fluidez de antaño. Y relatan un episodio hasta ahora desconocido. En septiembre de 2011, durante la 66a. Asamblea de la ONU, el senador PPD viajó a Nueva York junto a su padre, el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar.

Aprovechando su visita, Lagos Weber pidió un encuentro con la ex Mandataria. Desde el despacho de Bachelet le señalaron que no podría recibirlo el mismo día debido a su recargada agenda. La reunión no se produjo y para algunos esto originó un "desencuentro" entre ambos.

En el PPD, en todo caso, se asegura que cuando Lagos Weber decidió hace poco no ser candidato, se lo hizo saber a la Mandataria, quien lo habría llamado por teléfono.


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