En el Congreso dicen que lo que más le gusta es negociar y llegar a acuerdos. Tal vez por eso, en los últimos días el senador DC Andrés Zaldívar se ve tan molesto con el gobierno. Dice que no entiende la negativa a dialogar de La Moneda. Pero tampoco comprende la decisión de la nueva mesa del PPD de oponerse a las tratativas con el Ejecutivo.

Y está convencido de que una vez que la Concertación defina su candidato presidencial, las diferencias disminuirán.

-La Concertación protagonizó una nueva polémica en los últimos días. Discutió sobre la necesidad de dialogar y cuando acordó conversar con el Gobierno, éste rechazo la idea.

-Es bastante difícil poder entender lo que pasó. En un país en el que se quiere vivir una democracia en un sentido profundo, el diálogo nunca puede estar ausente. El propio Presidente cuando viene el 21 de Mayo, plantea una agenda y además abre una expectativa de buscar una nueva relación entre oposición y Gobierno. Eso es recogido por el presidente del Senado, que estaba expectante, recién elegido, con nuevos ánimos como "escoba nueva". Y, por su propia iniciativa, le ofrece al Gobierno conversar la agenda país y buscar entendimientos.

-Pero eso no prosperó...

-Hubo un malentendido en nuestra coalición. Comprendo que Camilo Escalona le diga al Gobierno: "Mire, sentémonos a conversar esto", pero algunos creyeron que Escalona iba a ir al Gobierno a entregarse, que íbamos a ceder a todo lo que el Gobierno quería y no a plantear lo que a nosotros nos interesa. Y ahí se da la estrategia de una persona que recién asume la conducción de un partido (Jaime Quintana), que trata de identificarse, de marcar su propia agenda. Se equivoca en los términos y nos provoca una situación interna de convulsión, porque dice «yo no quiero diálogo, nosotros no estamos por la Concertación, ojalá que la Concertación se termine luego, estamos por crear un polo hacia la izquierda». Hay un discurso muy negativo que provoca esta situación en que Escalona termina siendo desautorizado.

-¿Eso es sólo responsabilidad del presidente del PPD, Jaime Quintana? Algunos dicen que el error fue que el presidente del Senado no hizo partícipe a todos los parlamentarios en estas gestiones.

-Es que no hubo ninguna gestión. El planteamiento de Escalona salió desde la posición de una persona que ocupa un cargo de Estado, tratando de interpretar el querer del país. Eso no estaba considerado, posiblemente, entre quienes asumían la nueva dirección del PPD, que están en una visión contradictoria con lo que nosotros queríamos.

-Pero algunos plantean que la decisión del presidente del Senado de poner fin al diálogo por su molestia con el PPD no fue una decisión acertada.

-Eso fue un poco inoportuno. Pero lo entendí porque él había llamado al diálogo y luego un partido dijo que no quería diálogo.

-Durante días la Concertación estuvo sumida en una nueva polémica a raíz de la propuesta de diálogo.

-De esto no se excusa nadie.

-Hace tiempo que la Concertación se está enfrascando en conflictos con demasiada facilidad. ¿A qué se debe?

-Cuando hay dos estrategias muy diferentes, lo normal es que se produzcan choques. La reunión del lunes sirvió para encauzarnos.

-Pero no hubo definiciones claras respecto de la política de alianzas.

-Hay una tensión que después de la elección municipal va a tender a aplacarse, debido a que se acerca la presidencial.

-En este escenario de conflictividad, muchos creen que si la Concertación gana las próximas elecciones podría enfrentar serios problemas de gobernabilidad, incluso si el próximo Presidente es tan popular como Michelle Bachelet.

-Mire, eso se va a solucionar cuando definamos el liderazgo de quién va a conducir el próximo período. Y los partidos políticos, las directivas de los partidos tenemos que encauzar hacia dónde queremos ir.

Y no quiero ser pesimista. Cuando hay un temporal, luego aparece el sol. Creo que la Concertación puede salir adelante.

Aquí se necesita una estructura de alianza de centroizquierda y no porque la DC sea centro, sino porque debe ser transversalmente, desde el centro a la izquierda, que sea capaz de darle al país la sensación de gobernabilidad que le dimos durante 20 años. Muchos dirán que no hicimos todo y precisamente porque no hicimos todo en 20 años necesitamos volver a hacer lo que nos falta.