Como una derrota para el gobierno fue interpretada en la oposición la votación final mediante la cual la Corte Suprema eligió a Domingo Hernández Emparanza como nuevo integrante del Tribunal Constitucional, en reemplazo de Enrique Navarro.

Lo anterior, pues con la nueva conformación y el ingreso de Hernández -a quien se señala como cercano a la DC-, se rompe el empate que hasta el momento existía entre ministros vinculados más a la Concertación y a la centroderecha, y donde el presidente del organismo tiene la atribución de dirimir. En adelante, el TC quedaría 6 a 4: en el primer grupo estarían Hernán Vodanovic, Carlos Carmona, Francisco Fernández, José Antonio Viera-Gallo, Gonzalo García y Hernández; en el segundo, Raúl Bertelsen, titular del TC, Marcelo Venegas, Marisol Peña e Iván Aróstica.

Esto sí con la salvedad, remarcan, de que ha habido fallos en que sectores más "progresistas" han votado a favor del gobierno, como en el emblemático caso de los e-mails del subsecretario Rodrigo Ubilla, donde el pronunciamiento fue 7 a 3.

Aún cuando la carta del gobierno era Emilio Pfeffer , ex abogado integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago -quien quedó en segundo lugar en las dos votaciones-, fuentes del Ejecutivo indicaron que la llegada de Navarro es vista con tranquilidad, ya que no prosperó la postulación de Nelson Pozo , el candidato favorito de la oposición y más vinculado a la izquierda. Puntualizaron sobre Hernández Emparanza que tiene un perfil similar al ex ministro del TC y ex ministro de Defensa Mario Fernández (DC), por lo que se estima que en los grandes temas doctrinarios y valóricos sustentará una posición moderada.

Sobre la elección, cuentan que Hernández en la práctica fue la gran sorpresa y que surgió como nombre de transacción entre los sectores más progresistas y los más de centro en la Suprema. Y que Pozo, quien en principio corría como favorito, no pudo pasar a la «segunda vuelta» de votaciones (que se definió entre Hernández y Pfeffer) lo que se atribuye a otro resultado sorpresivo: los 3 votos que en la primera ronda logró el abogado y cientista político Ricardo Israel.

Desde la Concertación, en tanto, se hace notar otro punto que habría quedado en evidencia en esta nominación: cómo en la Corte Suprema las posturas más cercanas a la oposición estarían siendo mayoría.

En cuanto a las implicancias de la nueva conformación del TC, se trata de un asunto de alta trascendencia considerando las atribuciones de este organismo, que ya no se limitan sólo al control de constitucionalidad de los proyectos de ley y decretos, sino también a la revisión, vía recurso de inaplicabilidad, de leyes vigentes. De hecho, ha jugado un rol central en temas como la píldora del día después, el financiamiento del Transantiago o los reajustes de planes en las isapres.