A menos de seis meses de las municipales, la desclasificación de las imágenes de la ex Presidenta en la Onemi son para la Alianza una ocasión inmejorable para dañar sus aspiraciones... si no se la victimiza. La prueba de fuego será la encuesta CEP que se medirá en julio.
Poco antes de que comenzaran a retirarse los asistentes al comité político del lunes último en La Moneda, varios diputados subieron, uno a uno, las escaleras que llevan a las dependencias de la Secretaría General de Gobierno.
Entre ellos se vio al UDI Giovanni Calderón y a los RN Frank Sauerbaum y Pedro Pablo Browne , todos integrantes de la comisión investigadora del 27/F; a quienes se sumó el jefe de bancada de los gremialistas, Felipe Ward . Este último había estado presente en la cita con los ministros políticos, en el que los partidos acordaron emplazar a la ex Presidenta Michelle Bachelet luego de las formalizaciones por este caso, realizadas la semana pasada. El Gobierno, según se dijo ese día, se mostró de acuerdo, pero aclaró que la tarea quedaba en manos de la Coalición.
Unas cuatro horas después -a las 16.00- los miembros de la comisión presenciaban por primera vez, según han insistido en privado, el ahora célebre video "desclasificado" que contenía audios inéditos de Bachelet aquella madrugada en la Onemi.
La visita a la Segegob habría pasado inadvertida si no fuera porque al día siguiente ya estaba al rojo el conflicto entre gobiernistas y opositores en torno al rol de la ex Mandataria ante la catástrofe, con los primeros jugados por arrinconar a Bachelet y los segundos denunciando una maniobra digitada por Palacio. En una escena que tiene más de una versión, hay quienes afirman que ese lunes los diputados, en una sala contigua al despacho del vocero Andrés Chadwick (quien no estaba presente), abordaron el conflicto junto a dos funcionarios de gobierno: uno de los puntos que se discutieron fue si se corría o no el riesgo de victimizar a la ex Presidenta . Pero en el mismo grupo hay quienes niegan esta versión, otros que la relativizan, y terceros que afirman que Sauerbaum y Browne se encontraban en otra oficina de la Segegob, ocupados en otros asuntos.
Al día siguiente, a las pocas horas que un grupo de diputados -entre ellos Alberto Cardemil (RN) y Arturo Squella (UDI)- exhibieran las imágenes, y luego de revisar el video en Youtube y transcribirlo junto a un grupo de asesores -que él mismo llevó al Presidente-, Chadwick avalaba la ofensiva al sostener que "de ser efectivos", los antecedentes eran "graves" y que "confirma que las autoridades tuvieron claro que se producía una situación de tsunami". Esa misma tarde, los parlamentarios de la Concertación dispararon de vuelta acusando un "montaje" y una "operación política" de Palacio.
Que el vocero negara tajantemente lo anterior no quita que para una parte del gobierno, y por cierto para los partidos, el conflicto sea una oportunidad para abrir un flanco contra Bachelet . Los cálculos apuntan a que mantenerlo activo al menos por un par de meses permitiría incluso "morder" unos cuatro o cinco puntos del apoyo que la ex Presidenta registra en las encuestas... con un nuevo sondeo de la CEP ad portas.
Julio, mes clave
En Palacio se subraya que en esto no hubo una digitación, pero sobran las sacadas de cuenta. Aunque en las últimas horas el gobierno ha evitado nuevos cuestionamientos a Bachelet, en Presidencia se recalca que el repliegue obedece a la proximidad del 21 de mayo , ocasión en la que varios dan por hecho que la Concertación manifestará su molestia. De hecho, algunas versiones hablan de que el propio Chadwick aconsejó a los parlamentarios involucrados que no era oportuna la embestida, debido a la cercanía con el mensaje presidencial.
Por ello, se apuesta a que la próxima semana el despliegue seguirá activo después de la cuenta presidencial . Y aunque en La Moneda insisten en que el gobierno evitará involucrarse en público y dejará que sus parlamentarios mantengan la ofensiva, sí admiten que el cuadro es monitoreado de cerca por el Ejecutivo . De partida, afirman, los sondeos internos indican que en lo inmediato algunos atributos de Bachelet -como la capacidad de enfrentar conflictos- muestran una merma . Que ello se mantenga en el tiempo depende en buena parte de que la temperatura del conflicto no decaiga, lo que está sujeto en parte al derrotero que siga la comisión investigadora. Los plazos, eso sí, están en juego: del desenlace de la votación del próximo martes 22, en la sala de la Cámara, dependerá que el mandato de dicha instancia termine a fines de mayo, o bien que se extienda hasta fines de junio, prolongando los cuestionamientos.
El "premio mayor", aventuran algunos en Palacio, es lograr que el flanco contra Bachelet alcance a ser medido por la próxima encuesta CEP , cuyo trabajo de campo, se calcula, comenzará en julio. El sondeo es esperado con atención en el espectro político, ya que se apuesta que -como ha ocurrido en años anteriores- no sólo mida valoración, sino que intención de voto de los precandidatos presidenciales. Así, el mejor escenario para el oficialismo es que, más allá de sus propias encuestas, se pueda demostrar en público la tesis de que Bachelet no es "invulnerable" , y que el 51% de respaldo que arrojó la última CEP caiga al orden del 48% o, incluso, al 40%. Con todo, en el gobierno hacen notar que nadie espera un vuelco decisivo, sino que ello podría "ablandar" el apoyo que tiene la ex Presidenta y eventualmente ahuyentar a los indecisos, que llegaban al 20%.
Dado lo anterior, altas fuentes de La Moneda no descartan que una vez concluida la comisión investigadora, en la fecha que sea, los partidos opten por reforzar el frente judicial , aunque el Ejecutivo no se haría parte. La imagen del video que muestra a la ex Presidenta siendo aconsejada por su entonces Jefa de Programación y brazo derecho, María Angélica "Jupi" Alvarez, es para algunos personeros de gobierno un hito clave en ese sentido. La esperanza del oficialismo es que sean las familias de las víctimas las que tomen la iniciativa , con lo que se podría -apuestan- configurar un escenario "emocional" en el que se tome partido por estas últimas.
Impacto en carrera presidencial
En Palacio, eso sí, se reconoce que el conflicto traerá "cero beneficio" para el gobierno y la figura presidencial. Y algunos advierten que existe el riesgo de que la ofensiva contra Bachelet termine siendo un "boomerang", lo que obliga a medir al centímetro y evitar "sobrepasarse" en las críticas. En el frente interno la prioridad inmediata es cerrar filas y evitar que parlamentarios oficialistas sigan planteando sus aprensiones a la ofensiva , como lo hizo el senador RN Francisco Chahuán. En La Moneda celebraron el durísimo emplazamiento hecho por los jefes de bancada de ambos partidos, a quienes mandataron para contestar los ataques opositores.
No es el único riesgo ni el único costo. En el oficialismo se da por hecho que las hostilidades con la Concertación terminen encendiendo aún más la carrera presidencial, justo cuando Piñera intentaba frenar a toda costa la pugna entre los ministros Laurence Golborne y Andrés Allamand... con el handicap extra de marcar 26% de adhesión. Eso fue precisamente lo que pasó a comienzos de marzo, cuando fueron formalizados el ex subsecretario Patricio Rosende y a la ex jefa de la Onemi, Carmen Fernández. Entonces el gobierno rompió los fuegos de inmediato y el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter -quien esta vez se ha mantenido completamente al margen en público-, advertía que el rol de Bachelet en el 27 "va a ser un tema en la campaña presidencial", y los presidenciables de gobierno entraron de lleno en la polémica.
Con todo, en La Moneda hay quienes están convencidos de que ésta es "la" ocasión de hacer frente a Bachelet, y ante las aprensiones y temores en el oficialismo insisten en que la ofensiva desplegada contra Ricardo Lagos después de su gobierno (que pasó de centrarse en el Caso MOP-Gate al Transantiago) hizo mella en sus posibilidades de regresar. "Si entonces se pudo, ahora también se puede" se ha dicho.
Pero ello no parece haber terminado de convencer a todo el oficialismo. Entre sus diputados (incluso algunos miembros de la comisión) se rechaza lo anterior, argumentando que "una receta contra Lagos no tiene por qué funcionar contra Bachelet. El es un político clásico, ella no" .
En lo que sí están de acuerdo en la derecha es que sería políticamente imperdonable dejar pasar la ocasión. Incluso no falta el que recuerda -entre molesto y frustrado- que con ocasión de la primera comisión investigadora, hace un año y medio, se le planteó infructuosamente al Ejecutivo acusar constitucionalmente a la ex Mandataria.
La "prueba" para los partidos
Las contradicciones y divergencias ante la disyuntiva de criticar duramente a Bachelet o "contenerse" por miedo a victimizarla, por otro lado, son una prueba pendiente para RN y la UDI. Especialmente luego del sorpresivo alineamiento de la oposición, que rara vez ha actuado coordinada y cohesionadamente durante este gobierno.
Que en el mismo oficialismo hayan surgido voces divergentes a la dureza con que inicialmente se apuntó a la ex Mandataria reveló -según dicen algunos dirigentes- una serie de descoordinaciones.
Algunos sectores tenían una mala evaluación de la primera comisión investigadora, donde el informe que evacuó dicha instancia fue rechazado en la Sala de la Cámara. En ese contexto, también hay quienes en privado cuestionan el rol del diputado Jorge Ulloa (UDI), quien presidió la comisión, y que esta semana criticó los emplazamientos a Bachelet desde EE.UU.
Esa instancia, dicen fuentes oficialistas, no hizo todo lo necesario y dejó un camino pendiente a seguir, y la discusión de reabrir la comisión investigadora circulaba en los pasillos del Congreso desde enero. En esa fecha aún no existía un consenso en el oficialismo sobre los pasos a seguir, y recién en marzo se echó a andar el plan para retomar el trabajo de la instancia fiscalizadora. Con todo, en el oficialismo destacan que a la larga hubo un giro en el trabajo de la comisión, pasando de una tesis inicial que apuntaba a la falta de liderazgos e incapacidad de gestión, al terreno derechamente de las responsabilidades políticas. Los meses venideros, con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, dirán si gobierno y oficialismo sacarán algo en limpio.