Si el 87,3% de los chilenos estima que la sociedad chilena es "discriminadora", la cifra baja al 77,9% entre los políticos. Diferencias se agudizan al ahondar en su causa: para parlamentarios, la principal es "la comuna donde se vive"; para el resto, "ser homosexual".
La anterior es una de las conclusiones del estudio «Elites políticas, discriminación y diversidad étnica» , elaborado por el Instituto de Investigación de Ciencias Sociales (ICSO) de la Universidad Diego Portales, y que busca comparar las percepciones de la élite política y de la sociedad chilena en relación a temas de discriminación y diversidad étnica. Para ello, se utilizaron los resultados de dos encuestas, realizadas cara a cara. Una se aplicó a todos los miembros del Congreso (120 diputados y 38 senadores) entre julio de 2011 y enero de 2012. La otra, corresponde a un sondeo realizado entre el 3 y el 27 de septiembre pasados a 1.302 personas, representativas del 74% de la población nacional y del 85% de la urbana.
A ambos grupos se les hicieron las mismas preguntas y las conclusiones resultan reveladoras, que se conocen cuando el caso Zamudio y el debate sobre la ley Antidiscriminación -que hoy se vota en la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados- han acaparado la atención pública.
En cuanto a los motivos de discriminación, hay percepciones disímiles entre el mundo político y el resto de las personas. En efecto, mientras que para la ciudadanía la homosexualidad aparece como la principal causal de discriminación (el 83% señala que alguien puede ser «discriminado» o «muy discriminado» por ese motivo), los parlamentarios ubican en ese primer lugar "la comuna en que se vive" (83,5% de los congresistas). Claro que al separar a los parlamentarios de la Alianza y los de la Concertación surgen nuevas diferencias: en el caso de la homosexualidad, mientras el 94,7% de los congresistas del bloque opositor cree que una persona puede ser discriminada por esa condición, la cifra baja a 58,3% entre sus pares oficialistas. Respecto de la comuna de residencia, las diferencias son menores, pero significativas: 90,4% de los opositores y 73,6% de los oficialistas creen que es posible causal de discriminación.
Pero la mayor diferencia de percepción entre la ciudadanía y el mundo político se da respecto de otro eventual motivo de discriminación: el color de piel . Mientras el 72% de los encuestados cree que una persona puede ser discriminada o muy discriminada por esa característica, sólo el 56,9% de los parlamentarios piensa igual : el 69,5% de los concertacionistas y el 38,9% de los aliancistas.
Menor, pero igualmente significativa, es la diferencia en el caso de las causales étnicas. Así, el 76,5% de los encuestados estima que «ser mapuche» puede ser motivo de discriminación, versus el 69,6% de los congresistas . Claro que aquí es aún mayor la brecha entre opositores y gobiernistas: 88,8% y 45,9%, respectivamente.
Clasismo, racismo e injusticia
¿Cómo perciben a la sociedad chilena los ciudadanos comunes y la élite política? En general, los primeros parecen más críticos que sus dirigentes. Así, al pedírseles ubicar en una escala de 1 a 10 el grado de «clasismo» en el país, el promedio entre las personas encuestadas es 7,2 , mientras que entre los políticos alcanza a 6,77 (5,92 entre los parlamentarios aliancistas y 7,43 entre los opositores). A su vez, el grado de «racismo» alcanza según la ciudadanía un 6,65, mientras que los congresistas estiman que llega sólo a 5,61 (4,99 en la Alianza y 6,1 en la Concertación). Las percepciones también son disímiles respecto de los grados de «injusticia» (6,48 según los encuestados y 5,45 según los políticos) y de «intolerancia» (6,63 versus 5,94) .
¿Un mapuche comandante en jefe?Si bien la élite política se muestra más optimista que el resto de la ciudadanía respecto de las posibilidades de un mapuche para alcanzar diversas posiciones en la sociedad, hay algunas en que los parlamentarios se muestran más escépticos que las demás personas. Un ejemplo, es el de comandante en jefe de alguna rama armada: si apenas el 21,9% de la ciudadanía cree probable que un mapuche ocupe ese cargo, la cifra cae al 13,3% entre los parlamentarios. Algo similar ocurre con la Presidencia de la República, donde el 24% a nivel nacional estima probable que ahí llegue un mapuche, versus el 17,7% de los políticos. La mayor diferencia se da para «líder empresarial»: el 50,5% de la ciudadanía cree posible que un mapuche alcance esa posición, lo que baja a 26,6% al preguntárseles a los políticos.