"Queremos una sociedad más tolerante, que nos respetemos más los unos con los otros", dijo el Presidente.
Foto ALEJANDRO BALART
La conmemoración se efectuó con un oficio religioso en el patio de las Camelias de La Moneda, luego de lo cual el Jefe de Estado señaló que "celebramos un acontecimiento que cambió la vida no solamente de nuestro país, sino que de cada uno de los chilenos".
Junto con recordar que este lunes también se cumplían siete años de su muerte, tomó dos aspectos del mensaje que trajo el Papa en esa ocasión y los comparó con lo que ocurre en estos días.
El primero, dijo, es que Chile tiene vocación de entendimiento y no de enfrentamiento. "Hoy día ese mensaje está más vivo que nunca y especialmente con los acontecimientos de los últimos días, queremos una sociedad más tolerante, que nos queramos y nos respetemos más los unos con los otros. Y por eso es tan importante la ley de tolerancia que mañana estoy seguro se va a aprobar en el congreso", acotó.
Lo segundo es el mensaje en cuanto a que los pobres no pueden esperar, "pero han esperado ya 25 años, además de lo que habían esperado antes que llegara el Papa, y por eso el compromiso de la sociedad chilena de derrotar la pobreza es un compromiso que refleja el mensaje y la voluntad del Papa Juan Pablo II".
En la misma línea monseñor Ezzati, destacó el mensaje de Su Santidad y pidió "su intercesión para que en esta hora en la cual emergen signos preocupantes de odiosidad entre diferentes actores sociales, seamos permanentes agentes de diálogo, de paz y de auténtico desarrollo".
Luego de ello y sin pausa, añadió que "no es posible que la violencia se apodere de las mentes y de los corazones, y que las legítimas manifestaciones de la calle no se puedan realizar en paz y en respeto hacia todos; no es posible que dejemos de reconocernos como hermanos; no es posible que velemos por intereses particulares desconociendo el valor insustituible del bien común".
