Política
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¿Quién es quién en la pugna de RN? Apuestas y riesgos detrás del round que remece a La Moneda

Más allá de lo que ocurra en el Consejo Nacional de mañana, hay convicción de que el conflicto que tiene dividido al partido del Presidente puede provocar bajas ya sea en la mesa, la disidencia, los parlamentarios o incluso en el Gobierno.

por:  Mario Contreras y Sebastián Minay
viernes, 25 de noviembre de 2011
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Larraín: "El gobierno nunca ha estado activo en esta arremetida"

A una semana de haber criticado al gobierno, al que acusó de "debilidad de mando ante una maniobra de desestabilización" de la mesa de RN, Carlos Larraín se muestra agradecido de La Moneda e incluso sostiene que "he corregido esa impresión, porque veo que hay un ministro que quiere tomar las riendas suavemente y con inteligencia. De ese modo se van a ir ordenando las filas del gobierno para enfrentar unidos la embestida de la oposición".

-¿A qué ministro se refiere?

-Al ministro Andrés Chadwick. Además, en el gobierno hay otra indicación constructiva respecto de un tema que yo había levantado, y es que no se le va a renovar el contrato a Rubén Vásquez, actual jefe de la unidad de conflictos del Ministerio de Interior, quien venía de los tiempos de la Concertación.

-¿Por qué es tan importante eso para usted? ¿Lo considera un gesto de parte del Gobierno?

-El señor Velásquez es nada menos que el encargado de conflictividad social, y había ejercido como jefe de gabinete de al menos dos diputados socialistas. Creo que hay una falta de instalación importante. Una encuesta de la Universidad de Chile y de la Universidad Andrés Bello estableció que un 35% de los militantes activos de la Concertación trabajan en el sector público. En cambio, el 98% de RN están fuera de administración pública.

-Más allá de eso ¿qué le parece que el gobierno echara pie atrás en el instructivo para que sus funcionarios no participen de situaciones internas de los partidos?

-El gobierno nunca ha estado activo en esta arremetida. Hay algunas individualidades que están un poco desorientadas. Tengo derecho a pensar eso. Después de tantos años de buenos servicios del partido, habría sido una ingratitud muy grande. Hay que estar unidos sobre todo por el futuro político difícil que se avecina.

-¿Por qué tan pesimista?

-Porque la izquierda se astilló completa, parece esos parabrisas a los cuales les cae una piedra. Si llegan al gobierno van a estar supeditados a grupos extra sistema que niegan la legitimidad de las instituciones. Además, el sistema político ha sido desbordado por las individualidades, y eso es lo que voy a exponer mañana en el Consejo Nacional. Debido a eso estamos postulando el cambio de sistema a uno semipresidencial.

-¿ Qué le queda de la reunión que sostuvo el martes con Daniel Platovsky?

- Me quedó la sensación de que él está ayudando a que esta postura de un grupo de militantes se encauce por un camino sensato.

-Pero el miércoles en la noche decidieron no asistir al Consejo Nacional ni a la reunión del lunes con la directiva.

-Me queda un signo de interrogación. Quizás se debió a que desgraciadamente Daniel estaba ausente.

Zepeda: "Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo, en condiciones razonables"

Como uno de los líderes de la disidencia, el abogado y director de TVN Carlos Zepeda insiste en que "no es un triunfo nuestro" que La Moneda haya dado luz verde a sus autoridades RN a participar en el conflicto interno. "Es una decisión general, que va a influir hoy en lo que vive RN, pero mañana en lo que vive otro partido", dice.

-¿Por ejemplo, si Carlos Larraín empieza a reclutar a ministros o subsecretarios para que los apoyen?

-(Sonríe) Tiene todo el derecho del mundo.

-¿Están dispuestos a llegar a un acuerdo para una mesa de consenso o mejor competir?

-Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo, en condiciones razonables. Y estamos dispuestos a competir si ése es el escenario. No creo que el hecho de que haya acuerdo o no pase por una cosa u otra.

-¿Pasa porque Carlos Larraín no repostule?

-Estos no son temas personales.

-¿Puede haber una mesa de consenso con Carlos Larraín como presidente?

-Personificar a estas alturas tiene poco sentido, pero si uno logra una mesa de consenso, es porque ha logrado entendimientos tales, donde los nombres de las personas importan menos que los contenidos.

-¿Les da lo mismo que Larraín presida RN?

-Tenemos una pelea de orden político, no de orden personal. No creo que por parte nuestra haya vetos hacia nadie, sino que hacia posturas, posiciones, formas de haber hecho las cosas hasta hoy. No me sentaría jamás a una mesa pensando que hay personas que me resulten inaceptables para llegar a un acuerdo. Ahora, hay personas que hacen que los acuerdos sean más fáciles o más difíciles, partiendo por uno mismo.

-¿Sería una derrota para ustedes si Larraín se reelige nuevamente frente a RN?

-Si competimos y el presidente futuro es Carlos Larraín, significa que nos derrotaron.

-Hay varios parlamentarios por renunciar a RN...

-Existe el riesgo de que algunos se vayan. Y ya se han ido algunos, como el senador Cantero y el diputado Delmastro. Con los parlamentarios que ya se fueron, más los que podrían marginarse, perdemos todos: la directiva, nosotros, el Gobierno y nuestro sector.

-¿No se siente responsable por eso?

-No somos responsables, porque no los hemos llevado a la postura de querer retirarse, todo lo contrario. Pero sí nos sentimos tan perdedores, como tendría que sentirse la directiva si eso ocurre.

-Platovsky se reunió esta semana con Larraín, quedaron en juntarse el lunes, y ahora eso no va a ocurrir... ¿hay diferencias entre ustedes?

-Nosotros tenemos visiones distintas sobre temas de contingencia y sobre cómo manejarnos respecto de la crisis del partido. Sí, las tenemos. Lo que pasa es que las discutimos y tratamos de buscar acuerdos.

El círculo del «larrainismo», sus lealtades y diferencias

Claudio Eguiluz, Baldo Prokurica y Mario Desbordes conforman el círculo de hierro alrededor del presidente de RN. En mayor y menor medida, todos han tomado parte por el senador en los últimos rounds con la disidencia. De bajo perfil público, Baldo Prokurica estuvo en el bando contrario de su aliado el año 2004 cuando encabezó la lista -que unificaba a los anti-Piñera- que compitió y perdió con Sergio Diez, donde Larraín fue tesorero. A pesar de haber sido mencionado como eventual sucesor suyo, no es algo que le entusiasme. Claudio Eguiluz , presidente regional RN de la VIII Región -famoso por sus enfrentamientos con Jacqueline van Rysselberghe-, es el "allamancista" del grupo y ha sido partidario de impulsarlo como candidato presidencial. Muy cercano a Piñera, se ha alejado del gobierno por sus problemas con la UDI de su zona. En tanto, Desbordes -que en 2008 apoyó a Pedro Sabat en la interna- es el brazo derecho de Larraín dentro de RN. Sin embargo, no se identifica con liberales ni conservadores y ha marcado diferencias con el senador al recibir en su oficina a Luis Larraín y al líder del Movilh, Rolando Jiménez. Aspira a ser diputado en la Región Metropolitana.

Pero quien ha concentrado las iras de La Moneda es el alcalde de Puente Alto, Manuel José Ossandón . Aspirante a senador por Santiago Oriente (aunque comparte la suerte política de la mesa, su potencial electoral es su seguro de vida), es un ferviente defensor de Larraín, pero sus actuaciones no siempre cuentan con el 100% del respaldo de la mesa. En el año y medio de Piñera en la Presidencia, ha realizado fuertes críticas al Gobierno, como cuando advirtió que no se sacará la foto con el Mandatario para la parlamentaria.

Francisco Chahuán , en tanto, recibió el apoyo del timonel para ganar a Joaquín Lavín la senatorial en la V Costa. Se le reconoce su capacidad de trabajo -proviene del alero del embajador Sergio Romero-, y aspira a convertirse en el sucesor del actual «mandamás» RN.

Allamand: El "Pacificador"

Como el único -al día de hoy- presidenciable RN, el ministro de Defensa, Andrés Allamand, ha tomado pública distancia de la pugna: mantiene una relación política cordial con Larraín -quien lo sucedió en su cupo senatorial- pero también con el ala crítica de la mesa. La semana pasada pidió "bajar los decibeles del conflicto". Sus cercanos están convencidos de que una postura neutral no se condice con algunos de los requisitos que debe cumplir para imponerse en una primaria oficialista: cumplir un rol de defensor de la gestión del Presidente para ganar el apoyo de la gente leal a Piñera, y ser la cara liberal de esas primarias.

La apuesta al todo o nada de la disidencia

En rigor, los tres principales rostros de la disidencia no arriesgan demasiado en este conflicto. Ni Carlos Zepeda , ni Alejandro Alvarez (cercanos desde que estudiaban en la Universidad de Chile), ni Daniel Platovsky (amigo personal del Presidente Piñera) tienen cargos públicos que cuidar ni reelecciones que defender. Pero sí algunos alcaldes y parlamentarios que los secundan: la mesa ya anunció que al alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara , le pondrá de competidora a su antecesora y otrora aliada, Marta Ehlers , y evalúan no repostular al de Conchalí, Rubén Malvoa (su esposa, la diputada Karla Rubilar , evalúa renunciar al partido).

Así, el conflicto tiene como telón de fondo la plantilla municipal, que la directiva debe zanjar a más tardar después de la elección interna de 2012, con lo que la disidencia está obligada a derrotar a Larraín o bien a negociar una mesa de consenso. Ese escenario es el que se abrió esta semana con el diálogo que sostuvo el timonel y Platovsky el martes, el que tomó por sorpresa a Zepeda y Álvarez, ya que se realizó sin la previa coordinación entre ellos, permitiendo que Larraín los forzara a no aceptar un encuentro para el próximo lunes.

A estas alturas, en RN se asume que cualquier desenlace que termine con Larraín encabezando un nuevo período será una derrota para la disidencia. Pero en dicho grupo insisten que ese es su techo, y que su piso es "nivelar la cancha" y lograr que la mesa se abra a debatir -y no que Larraín deseche en público- la reforma al binominal, el AVP y otros temas que el timonel rechaza. Junto con ello, esperan al menos instalar gente de confianza en el comité electoral, para influir en las municipales.

De no llegar a un acuerdo, se prevé una reñida lucha en la próxima interna, para lo cual algunos desean que el jefe de la bancada de diputados Cristián Monckeberg enfrente nuevamente a Larraín. Este ha dicho no sentirse identificado con el grupo de Zepeda y Alvarez, y se ha perfilado como un líder entre sus pares. Al margen de ello, la disidencia apunta a frenar las críticas de la mesa contra Piñera y el gobierno y evitar que los parlamentarios encabezados por Lily Pérez y Antonio Horvath renuncien, lo que dividiría al partido.

El peso del «factor» Carlos Larraín

Después de cumplir tres períodos al mando de RN, y de tener entre sus logros el que un militante del partido sea Presidente de la República, Carlos Larraín Peña se ha convertido en el factor clave para el futuro de RN. La incógnita de si va o no a la reelección es el nudo gordiano de la pugna entre la mesa y la disidencia, que apuesta a sucederlo con una directiva de consenso o bien a través de una competencia interna.

Irónicamente, si bien es visto como un crítico del actual gobierno, fue uno de los impulsores de la candidatura presidencial de Piñera en el Consejo General RN de 2005. Es reflejo de su personalidad, dicen sus cercanos, que añaden que "siempre actúa por convicciones" y que tiene la libertad de no depender de nadie para actuar en política. Su mano dura, dedicación completa y disponibilidad de recursos le han granjeado una fuerte popularidad interna, difícil de combatir.

Se cree que si no va a la reelección -escenario difícil que tendría sabor a derrota, pero que implicaría una fuerte negociación con la disidencia y el propio Gobierno que le anotaría varios puntos- ejercerá igual un liderazgo importante y será "una sombra" de la cabeza de RN. Su círculo de hierro lo forman Baldo Prokurica -a quien ha nombrado como eventual sucesor-, Claudio Eguiluz y Mario Desbordes.

La dura opción de los "separatistas" y su «Renovación Liberal»

En el partido se les dice los "separatistas". Se les suele confundir con la disidencia -aunque en esencia también lo son-, pero tienen al menos dos gruesas diferencias con el grupo de Zepeda, Alvarez y Platovsky. Los parlamentarios Lily Pérez , Antonio Horvath , Karla Rubilar , Pedro Pablo Browne y Gaspar Rivas no sólo comparten las críticas a la directiva, sino que van mucho más allá y ya han manifestado (más bien advertido) que renunciarán a RN y fundarán un nuevo partido si la situación interna se mantiene, aunque con matices entre ellos.

Así se lo notificaron a algunos integrantes de la disidencia antes de la asamblea en Valparaíso: la partida tendría como fecha fines de diciembre , y ya barajan nombres como "Renovación Liberal Nacional" . Además, algunos de ellos tampoco se han cuadrado a fondo con la contraparte de la mesa: Horvath sostuvo ayer que "la disidencia no está en esta idea de generar un nexo claro con el movimiento ciudadano".

De producirse esta salida -cuadro que cada cierto tiempo se teme en RN pero nunca se concreta- no sólo sería una derrota política para Larraín: también una gruesa complicación para La Moneda (que perdería el control del partido) y para la misma disidencia. De hecho, en este grupo se sostiene que los hechos les han impuesto como prioridad ser un muro de contención para evitar el éxodo. Sobre todo porque los congresistas se unirían a los ya ex RN Carlos Cantero y Roberto Delmastro, además de Carlos Bianchi y el ex DC Pedro Velásquez. "Es más de un tercio de los parlamentarios de RN", advierten en la disidencia y en La Moneda.

Factor extra es la agenda propia que algunos de estos parlamentarios ven en Lily Pérez, en cuyo horizonte siempre ha estado una eventual pre candidatura presidencial. En el encuentro de la disidencia en Valparaíso hubo quienes gritaron consignas en esa línea y se declararon "lilistas".

La Moneda: Observadora comprometida

Más que una espectadora, La Moneda ha estado involucrada hasta los tuétanos en el conflicto interno, convirtiéndose en un flanco que el larrainismo aprovechó de explotar. Tras la participación de dos asesores directos del Presidente , María Luisa Brahm y José Miguel Izquierdo , en el lanzamiento de la disidencia en Huechuraba, el timonel RN pidió explicaciones al Gobierno, aunque evitó responsabilizar directamente al Jefe de Estado. A los pocos días, los asesores decidieron no volver a asistir, y el propio Sebastián Piñera así se los pidió. Con ello se buscaba evitar que el Jefe de Estado quedara en medio del conflicto. Dicha restricción no se aplicó a los ministros RN, que se han marginado en público. Eso no evitó que Larraín vinculara al titular de Interior, Rodrigo Hinzpeter , a la disidencia, uno de cuyos líderes es su amigo y ex socio Alejandro Alvarez.

El frente se complicó más con la decidida participación del subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla , en las dos asambleas públicas de la disidencia. Los reclamos de Larraín, que lo llevaron a marginarse del comité político de los lunes, forzaron una decisión que estuvo a punto de provocar drásticas consecuencias. La participación de autoridades y funcionarios en el conflicto, afirman en Palacio, fue autorizada por el Presidente en el comité político de ministros del lunes último, lo que le dio a Ubilla -quien había consultado el punto- la tranquilidad necesaria. Por eso, cuando el miércoles leyó que La Moneda decidía lo contrario, preguntó si se había cambiado de opinión. En el Ejecutivo se asegura que en tal caso el subsecretario estaba decidido a renunciar a su cargo: no estaba dispuesto a ser desautorizado ni menos a concederle un triunfo a Larraín.

El punto que provocó fricción fue que el vocero de gobierno, Andrés Chadwick , señaló la tarde del día anterior que La Moneda no quería "inmiscuirse" en una "situación interna de los partidos", a lo que se suman versiones -que la Segegob desmiente- de que el ministro había socializado dicha decisión. El episodio se cerró el miércoles luego que Chadwick hiciera un contundente desmentido tras reunirse con Piñera y Hinzpeter. Por lo demás, se reconoce, La Moneda no tenía más opción que autorizar las actividades políticas fuera de horario de trabajo teniendo a la vista la campaña municipal.

El Presidente -que ha pedido "paciencia" a Larraín- no es ajeno al desarrollo del conflicto. El cuadro "monocolor" que la disidencia acusaba en RN amenazaba con disminuir su base de apoyo, y dejaba al partido como el bastión de las críticas contra La Moneda (en comparación con una UDI que ha bajado el tono tras el último cambio de gabinete). Quiéralo o no, si Larraín sale victorioso, se leerá como una derrota para el Mandatario.

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