Política
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Dittborn: "No podemos tratar igual a quienes nos apoyan siempre y a aquellos que no"

Tras la discusión sobre la "lealtad" entre el Presidente y el oficialismo, el subsecretario de Hacienda asegura que "en el Gobierno debemos hacer un mea culpa en el sentido de hacer una diferencia" entre los parlamentarios. "Hay que hacerles ver que no corresponde que sus diferencias se hagan públicas", dice.

por:  Mario Contreras, La Segunda
lunes, 24 de octubre de 2011

Foto ALEJANDRO BALART

Con números en la mano, el subsecretario de Hacienda, Julio Dittborn, defiende el proyecto de presupuesto del Ejecutivo.

"Veníamos de un presupuesto de Bachelet muy expansivo, en que el gasto aumentó 10,3% anual como promedio en esos cuatro años, y con un crecimiento del país de sólo 2,8%... Ahora vamos a tener un crecimiento de 6,5% y vamos a reducir el déficit estructural de 3,2% que nos dejó el señor Velasco".

Pero sus dardos también van contra de los parlamentarios oficialistas que han cuestionado los montos presupuestarios. "Como Gobierno debemos hacer un mea culpa en el sentido de no tratar igual, hacer una diferencia entre los parlamentarios que nos apoyan siempre y aquellos que no nos apoyan siempre".

Sobre la reforma tributaria, señala que se puede discutir "después de zanjar el presupuesto", aunque sí mantiene su postura de rebajar el impuesto específico a los combustibles.

-¿Ha habido falta de lealtad de los parlamentarios oficialistas que piden más recursos para educación?

-Eso no hace bien al Gobierno porque debemos mostrar unidad, y esa se quiebra cuando parlamentarios, buscando agendas más bien propias, son críticos. Eso es falta de lealtad con el Gobierno. Aunque reconozco que puede haber opiniones diversas en algunos temas, pediría que hicieran saber sus puntos de vista en privado. Los canales están abiertos.

-Alberto Espina se ha opuesto a algunas partidas y el senador Hernán Larraín hizo saber al Presidente -en Cerro Castillo- su punto de vista en educación.

-A mí no me gusta eso, debilita públicamente al Gobierno y estamos en un momento que es muy importante cerrar filas. Nadie está pidiendo que haya uniformidad de criterios.

-El jefe de bancada UDI, José Antonio Kast, dijo que si le piden lealtad él pide coherencia al Gobierno.

-Todos en el Gobierno debemos hacer un mea culpa en el sentido de no tratar igual, hacer una diferencia entre los parlamentarios que nos apoyan siempre y aquellos que no nos apoyan siempre. Hay que hacerles ver a los que discrepan que no corresponde que estas diferencias se hagan públicas.

Mayores aportes basales, pero contra resultados

-¿Cree que el marco de este presupuesto puede ser la oportunidad para resolver los problemas políticos graves que hay en el país? Hay quienes han sostenido que es un presupuesto insatisfactorio en educación.

-Es el momento para empezar a solucionarlos. No podemos hacer en dos o tres años lo que la Concertación no hizo en 20 años, porque no cuadran los números. Por ejemplo en educación, uno ve que en el gobierno de Bachelet la gran mayoría de las becas se distribuyeron en las universidades del Cruch. ¿Cuándo habla la señorita Vallejo o el señor Jackson de los alumnos de las universidades privadas y de los institutos profesionales o centros de formación técnica, que es donde están los estudiantes más modestos del país? Intentaremos resolver eso, pero sí vamos a cambiar los énfasis.

-¿En qué sentido?

-Vamos a dar aportes basales mayores a las universidades estatales, pero contra resultados, las vamos a medir. Y vamos a empezar a dar becas y créditos a los alumnos que lo merecen en lo académico, pero que están en las universidades privadas y en los institutos profesionales.

-Algunos plantean que para financiar todo ello ha llegado el momento de una reforma tributaria.

-No es necesaria una reforma tributaria hoy día para financiar el presupuesto que hemos presentado. No tiene sentido discutirla antes o durante el presupuesto. Pero como los impuestos no son una materia doctrinaria, son instrumentales, el Gobierno ha dicho que no tiene ningún problema con hacer un diálogo después de la aprobación del presupuesto.

-¿Se materializará un cambio luego de aprobado el presupuesto?

-Va a depender de la discusión que se haga públicamente, de lo que opine el Congreso, pero siempre una estructura tributaria puede ser mejorada, no hay nada perfecto en la actual estructura.

"Yo tengo una posición y el Gobierno, otra"

-Mientras fue diputado usted defendió bajar el impuesto específico a los combustibles. ¿Mantiene su postura?

-Las cosas que uno ha creído y defendido, de alguna manera las mantiene. Nunca voy a desconocer mi pasado. Pero pertenezco a un Gobierno que en esto tiene una postura distinta a la mía, y obviamente no tengo el poder para hacer todo lo que quiero, sino que tengo que confrontar mis argumentos con los de otros, y a veces se gana y a veces se pierde.

-¿En este caso cree que se debe rebajar o eliminar el impuesto?

-Yo tengo una posición y el Gobierno tiene otra. No quiero ahondar diferencias mías con el Gobierno en esto, pero es claro que tengo una posición y que la he tenido toda mi vida y que no la he cambiado.

-¿Cómo subsecretario de Hacienda es usted un «puente» entre los ministros Larraín y Longueira?

-No, ninguno de los dos me lo ha pedido y soy muy amigo de ambos.

-¿Es Longueira el titular de Economía más fuerte que ha habido en los últimos tiempos?

-Pablo es una persona que tiene una sensibilidad política muy desarrollada; tiene mucho contacto con la gente y asimila muy bien lo que a la gente le preocupa. Tiene una gran capacidad de diagnóstico de la sociedad, de lo que a la gente le importa y quiere. Por lo tanto él siempre va a tener más que una perspectiva técnica frente a la solución de un problema, tiene más la perspectiva política en cuanto a darle prioridad a temas que para él son importantes. Y como es un tipo jugado y valiente, va con todo. Es un gallo muy fuerte y muy decidido.

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