"No tiene sentido seguir articulando algo, cuando uno de los actores no tiene interés en participar", dice el jefe del Senado, en alusión al Ejecutivo.
Encabezó la idea de crear una mesa de diálogo "con todos los actores", y luego de escuchar la última propuesta de La Moneda, el presidente del Senado, Guido Girardi (PPD), dio un giro de 180 grados y advirtió que "no están las condiciones" para entablar esa conversación.
Ahora, acusa de "una sordera profunda" a las autoridades y argumenta que "yo no he desahuciado la mesa". En su opinión, "el que la está desahuciando, el responsable de esto es el gobierno, porque no está dando las condiciones ni garantías para integrar a los estudiantes con una agenda amplia, que incluya el fin del lucro".
Más aún, hoy -junto al vicepresidente, Juan Pablo Letelier- presentó un proyecto de ley para impulsar un plebiscito y una reforma constitucional para "establecer el derecho a educación de calidad".
-En el marco de su postura ¿Qué le diría a los niños de sectores modestos que prefieren escuelas subvencionadas, debido a que las municipales no les dan una formación de calidad?
-Les diría que si el Estado invirtiera el total de los recursos en ellos y éstos no se fueran a los bolsillos de esos empresarios, su educación sería mejor aún.
-El Estado ha sido mal administrador y la mayoría de los establecimientos fiscales no son los mejores...
-No hay una diferencia significativa entre ambos. Lo que sucede es que el sistema permite a los colegios subvencionados discriminar y los peores alumnos llegan obligadamente a los municipales. Así es evidente que tendrán mejor rendimiento.
-¿Ud. tiene a sus hijos en colegios municipales?
-No. Yo puedo pagar.
-Ahí está la diferencia. En los particulares subvencionados los padres pagan poco y reciben mejor educación que la municipal...
-Me parece razonable que si una familia puede pagar la educación de sus hijos lo haga. Pero si ese colegio tiene fines de lucro, debe ser privado, sin aportes públicos. También pueden existir los colegios privados sin fines de lucro, en que el Estado aporte, pero que las ganancias se inviertan en mejorar la educación y no vayan al bolsillo del empresario.
-¿Por qué dice que el gobierno está "tirando por la borda" la mesa de diálogo? ¿No es poner obstáculos exigir el 100% en la negociación?
-El fin al lucro es sólo un punto que me preocupa. Un aspecto fundamental es el financiamiento suficiente para la educación superior, becas suficientes, desmunicipalizar, restablecer el derecho a la educación, y que sea de calidad. La última propuesta del gobierno es una migaja. Propone un fondo único de US$ 4.000 millones para siete años. Eso es absolutamente insuficiente para resolver la verdadera magnitud del problema.
-Entonces, ¿cuál es la solución?
-Un grupo de Economía de la Universidad de Chile, que dirige Andrés Gómez Lobos y donde participa el ex director de presupuestos Alberto Arenas, hizo un estudio que determinó que la cifra que se requiere es superior a los US$ 4.000 millones al año, en recursos adicionales. Ello para la educación preescolar, escolar, básica, media y superior.
-¿Es un problema de montos?
-No sólo eso, porque hay un cierto grado de irresponsabilidad en este gobierno. Con su anuncio está generando un gasto que no tiene financiamiento estable y a lo que aparentemente está apostando, dado que no está disponible a una reforma tributaria, es a un déficit. Así puede echar por la borda uno de los activos más importantes que sí tuvo la Concertación, que es la responsabilidad fiscal. Y traspasará el déficit al futuro gobierno.
-¿En qué queda ahora el rol de mediador del Congreso? Ud. le está quitando el piso al gobierno, cuando era sabido que el Ejecutivo iba a enviar proyectos al Parlamento...
-Es que no puede ser así. Lo que nosotros hemos planteado muy responsablemente con el presidente de la Cámara de Diputados, Patricio Melero, con apoyo de Hernán Larraín y Juan Pablo Letelier, es convocar a una mesa de diálogo.
-Ud. desahució esa mesa. Ahora es letra muerta...
-No, yo no la he desahuciado. El que la está desahuciando, el responsable de esto es el Gobierno, porque no está dando las condiciones ni garantías para integrar a los estudiantes con una agenda amplia, que incluya el fin del lucro. Así, no tiene sentido seguir articulando algo cuando uno de los actores no tiene interés en participar.
-¿Se resiente el trabajo conjunto con la Cámara?
-El martes en la noche el diputado Melero y yo, de manera muy respetuosa, abordamos al Presidente en la cena que se le dio al Presidente Santos, y le reiteramos la necesidad que el gobierno no enviara los proyectos y que primero consensuara una agenda con los distintos actores en el Congreso, porque lo que nos interesa es poder terminar con este conflicto.
Los estudiantes no están haciendo la pega del Congreso
-¿Por qué no pueden funcionar las instituciones democráticas, con un Presidente elegido por cuatro años que tiene por misión enviar proyectos de ley y que ustedes los tramiten?
-Es que estamos viviendo una crisis en la sociedad contemporánea en que el Parlamento, que es una institución muy importante, requiere también a veces de un diálogo en que los actores de manera directa puedan participar.
-¿Dónde queda la democracia?
-La democracia es también que los ciudadanos organizados expresen una voluntad mayoritaria y sean partícipes.
-¿Por qué la mayoría se tiene que someter a la minoría? Sólo el 11,4% está sin clases.
-Estamos frente a temas fundamentales como mejorar la calidad de la educación, terminar con el lucro y dar un salto histórico. Y hay un 70% de la sociedad que apoya esas demandas. Tenemos un gobierno que, haciéndose eco de intereses corporativos, no es capaz de escuchar esas voces.
-¿Por qué los estudiantes tienen que definir el trabajo legislativo y la agenda?
-No puedo aceptar esa caricatura. Que en un colegio de 500 estudiantes estén sólo 20 en la toma no significa que los demás no apoyen el movimiento. Ahora, los parlamentos del mundo tienen cada vez un rol más ciudadano. En Chile creo que se requiere un Parlamento más abierto, que represente a la sociedad. Yo no voy a abdicar del rol que tengo como presidente del Senado de entender que debo representar primero los intereses de la mayoría.
-Pero aquí al parecer los estudiantes le están haciendo la pega al Congreso, están definiendo lo que se legisla...
-Los estudiantes no están haciendo la pega del Congreso. Aquí hay un tema complejo, que ha generado las movilizaciones más numerosas de la historia reciente.
-Ayer el Presidente Piñera criticó los hechos de violencia en esas protestas.
-Yo respeto y aprecio mucho al Presidente Piñera como persona, no tengo conflictos personales con él y él lo sabe. No soy de los que obstinadamente critican al gobierno porque sí. Mi ánimo es que al Presidente Piñera en particular le vaya muy bien, a diferencia de gente de su propio sector que parece que no espera lo mismo. Pero me da pena escucharlo cuando se refiere a los movilizados como un movimiento de violentistas. No comparto que se trate de estigmatizarlos. Eso no ayuda al diálogo y él debe encabezar los esfuerzos por iniciar las conversaciones. En el gobierno hay intransigencia.
-Ayer, en el lanzamiento del Ministerio de Desarrollo Social, tuvo una discusión con el Presidente por esos dichos...
-No fue una discusión en tono molesto, sólo una conversación cordial en que le expresé que no estaba de acuerdo con que calificara al movimiento estudiantil como violentista. Yo estaba parado y el Presidente se acercó a mí, lo saludé y le expresé primero que declaraciones como la del ministro Bulnes, en orden a enviar unilateralmente los proyectos, no ayudan a solucionar el conflicto. Luego hablamos de lo otro. Repentinamente vio que se acercaron los medios, nos pusieron micrófonos y me dijo que siguiéramos la conversación después.
-En este momento, ¿cuál es la salida al conflicto?
-La salida de la crisis es que tengamos un gobierno con disposición real en dialogar de todo. El dialogar no implica renunciar. No entiendo que porque el gobierno acepta dialogar sobre el lucro, renuncie a sus posturas respecto de ese tema. Después será el Congreso el que resolverá con las mayorías ahí existentes.
-¿Estima que a la luz de los hechos el gobierno continuará bajando en las encuestas?
-Espero que no, porque no es bueno para Chile. Pero si persiste este divorcio con la ciudadanía, es posible que siga bajando.