Política
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Ricardo Lagos escribe en “La Segunda”. “No están dadas las condiciones” para aprobación de HidroAysén

Ex Mandatario señala que la discusión se ha dado en forma “inadecuada” y que el proyecto con “deficiencias graves”.

por:  La Segunda
lunes, 16 de mayo de 2011
Ex presidente Lagos

“La forma como se ha encarado el tema de HidroAysén me parece inadecuada para el interés superior de Chile. No se trata de decir sí o no a HidroAysén. En el estado que se encuentra hoy el proyecto, hay que decir no", afirma el ex Presidente.


Foto María Ignacia Concha

Los dichos del ex Presidente Ricardo Lagos diciendo que el proyecto HidroAysén es “necesario” generaron inmediata polémica en el PS-PPD-DC. Y también apoyos, como el del UDI Andrés Chadwick, quien alaba al ex Mandatario por tratar el tema con una “visión de Estado”. Hoy Lagos escribe una columna para «La Segunda» donde critica la forma en que se ha llevado el debate y llama a la racionalidad:

“La forma como se ha encarado el tema de HidroAysén me parece inadecuada para el interés superior de Chile. No se trata de decir sí o no a HidroAysén. En el estado que se encuentra hoy el proyecto, hay que decir no. Esto no significa que las fuentes hídricas que el país tiene no sean utilizadas, pero aquello debe ser en concordancia con nuestra realidad medioambiental y necesidades del país a futuro. Que la ciudadanía se exprese constituye un signo tremendamente positivo de estos tiempos, como de igual manera es positivo que la institucionalidad medioambiental sea respetada.

Tiene que haber una política energética clara, con mayúsculas, en la cual concordemos los chilenos. El hecho que sea necesaria la energía que pueda llegar del sur, no significa que se apruebe un proyecto a toda costa. Lo que ahora parece estar aprobado, tiene a mi juicio al menos tres deficiencias graves. La primera, que, hasta donde yo sé, no existen las reservas de agua suficiente para poder desarrollar la agricultura que mañana probablemente va a ser indispensable en esa parte de Chile. Si continúa el calentamiento global y el desplazamiento hacia el sur de la agricultura chilena, este será un tema fundamental, y así lo señalé como Presidente, en Cochrane, el 1 de febrero de 2006. Segundo, no es razonable decir sí a la construcción de represas cuando la línea de transmisión de la misma todavía no está aprobada. Es un solo proyecto y por tanto no debe aprobarse parcialmente. Tercero, tal vez lo más importante, es indispensable que Chile defina con todos los resguardos del caso una política clara de apoyo a las Energías Renovables No Convencionales. Hasta ahora no existe nada en ese sentido por parte del actual gobierno. Este deja actuar solo a las fuerzas del mercado y así la matriz se seguirá carbonizando, ya que es la energía más barata. El mercado no mide el daño ambiental.

He señalado con claridad lo que fue la política energética durante mi administración. Cuando fue necesario jugarse para sacar adelante Ralco, lo hice buscando y, creo que se logró, compatibilizar los intereses de la legislación indígena con la legislación medioambiental. En ese momento, Ralco representaba aproximadamente el 8% de toda la energía en el Sistema Interconectado Central. Entre el 2000 y 2004 se generaron más de 800 MW hídricos y otros 800 MW en centrales térmicas alimentadas, fundamentalmente, con gas, combustible menos contaminante que el carbón. El gas de Argentina se vendía, de acuerdo a los contratos, a un precio muy conveniente para Chile y el país se benefició grandemente de ese gasoducto construido en la época del Presidente Frei. Desgraciadamente, a comienzos del 2004, comenzó a disminuir el gas argentino y a poco andar nos dimos cuenta de que, a la larga, ese suministro llegaría a su fin. Por esa razón, se impulsó de inmediato un cambio en la matriz energética y se resolvió que ENAP encabezara un grupo para traer gas desde otras latitudes. El 2009 se inauguró la planta de Quintero y Chile ahora tiene pleno control sobre el gas. Es cierto, el gas es más caro que el carbón, pero la totalidad de las plantas térmicas que hoy están funcionando con ciclo combinado han comenzado a utilizar el gas y contaminan menos. Respecto de las energías renovables no convencionales, he recordado que, en los últimos cinco años, éstas habían reducido sus costos en un 30% y seguirán disminuyendo por los avaneces tecnológicos. Por ello es ahora, y no antes, cuando es posible abordar con realismo la necesidad de Energías Renovables No Convencionales.

No es posible que Chile apruebe plantas como Central Castilla, que será la planta a carbón más grande de América Latina, con 2.100 MW. Protesto por la aprobación de Castilla. Protesto porque no se ha tomado conciencia de lo que significa y protesto también porque no existe una racionalidad respecto de un proyecto como HidroAysén, que son 2.800 MW, que ha tenido una respuesta que me parece razonable por parte de la opinión pública, ya que no están dadas las condiciones para su aprobación. Mucho peor es lo que ocurrió en tiempo atrás con Central Castilla, en donde prácticamente no hubo protesta alguna. Por eso es que me parece indispensable introducir un debate transparente y que no caigamos en descalificaciones unos con otros.

Este es un tema de país muy importante. La naturaleza nos ha colocado una vez más a prueba. Chile no tiene combustibles fósiles, ya sea gas o petróleo. Por tanto, tenemos que ser capaces de generar una matriz energética limpia de acuerdo con los tiempos del siglo XXI. Este es el fondo del tema y por ello he señalado dos caminos muy concretos. Primero, generar las condiciones para tener una gran planta solar en el norte, que entregue energía limpia y no contaminante a las empresas mineras. No queremos que nuestro cobre sea mañana sinónimo de un cobre carbonizado como consecuencia de la energía que se necesita para producirlo. De igual manera, hay que dar un paso, ahora, para una gran campaña a nivel nacional: que todas nuestras casas cuenten con energía solar en la mayor parte de Chile. Ese es nuestro verdadero capital, pero ello implica, entre otras cosas, modificar la ley eléctrica y que por el mismo alambre que cada casa u oficina recibe la electricidad cada día, pueda devolver la electricidad a la matriz sin gastar en baterías para acumularla que es lo que tiene más costo, por tanto la red eléctrica es la batería. De esa manera se daría un paso claro y definido, en donde todos seremos consumidores y generadores de energía. En el intertanto, que siga el debate, pero esto no significa que tenga que aprobarse a toda eventualidad un proyecto como HidroAysén, si no están las condiciones cumplidas. Así de claro y así de simple, pero por favor más descalificaciones no ayudan a resolver este problema que es esencial para Chile. Como tantas otras veces, digo mis palabras con claridad, porque siento que es lo mejor para Chile. Sería una lástima si no somos capaces de avanzar en la comprensión de un problema que nos afecta a todos”.

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