“Esta es una cosa inédita: una entrevista conjunta con el ministro de Defensa y el comandante en jefe de la Fuerza Aérea”, comenta sonriendo Andrés Allamand, sin enfatizar otro aspecto: esta es también la primera entrevista que el conocido político otorga en su calidad de secretario de Estado, cuando ya lleva cuatro meses a la cabeza de Defensa, en reemplazo del ex DC Jaime Ravinet.

 

Hoy partió a Perú, para participar en una reunión de ministros de Defensa de la UNASUR.

 

El encuentro con «La Segunda» tuvo lugar hasta el anochecer de ayer en Maitencillo, donde participó en el Consejo de Generales de la FACh. Al concluir la sesión, junto al general del Aire Jorge Rojas Avila abordaron el tema que está a punto de anunciar el Presidente Sebastián Piñera: la reforma al financiamiento de las Fuerzas Armadas.

 

Imposible partir el encuentro sin indagar cómo se siente una de las principales figuras políticas del país —que escribió el libro “Travesía en el desierto”, cuando partió a Washington tras perder la senatorial en 1997, y “La estrella y el Arcoiris”, tras la campaña de Piñera, cuando pese a lo que muchos creían no fue nombrado ministro—, ahora que está en plena travesía en el Gobierno.

 

—Yo siento que, después de tantos años en actividades públicas, estoy realizando la más importante de mi vida. Porque llevo muchos años en esto y había juntado experiencias de muy distinta naturaleza. He sido dirigente de partido (RN), he estado durante varios periodos en el Parlamento, tanto en la Cámara como en el Senado. Pero ésta es una posibilidad de dirigir un ministerio en un momento en que estamos en una nueva etapa en la defensa nacional, con muchos desafíos por delante, de distinta naturaleza. Y he tenido la oportunidad de abrirme a conocer a un conjunto de profesionales de las distintas ramas que han significado para mí un aprendizaje muy importante.

 

Se le ve contento y ágil, en medio de una actividad incesante. Por la mañana acompañó a la esposa del Presidente, Cecilia Morel, a la Esmeralda, porque el domingo parte el primer crucero de instrucción con dotación mixta. “Y el valor que eso tiene es que como son oficiales de línea, a contar de este crucero de instrucción no existirá ningún impedimento para que en el futuro una mujer pueda ser comandante en jefe de la Armada”. A mediodía fue al Senado, a la comisión Defensa y RR.EE., para obtener la aprobación del Senado a mantener las tropas en Haití. “La comisión acordó mantener nuestra presencia en Haití, pero al mismo tiempo hizo ver el interés del Senado chileno para que se pueda iniciar una nueva fase, en la que no sólo se hagan contribuciones a la seguridad, sino fundamentalmente a la creación de instituciones y al desarrollo de Haití”.

 

El día se hace corto, comenta.

 

—La ex Presidenta Bachelet fue ministra de Defensa. Ud., con su larga trayectoria política, está ahora ocupando el mismo cargo, que puede ser un trampolín para la Presidencia. ¿Cómo lo ve?

 

—Es un tema que está fuera de mi preocupación mental, por una razón muy simple: la instrucción que el Presidente Piñera nos ha dado a todos los ministros es que nos aboquemos cien por ciento a nuestras carteras ministeriales. Y, por lo tanto, este es un cargo de dedicación absoluta y exclusiva, que no da margen para otras consideraciones. Más aún, ser ministro de Defensa, como ser de Relaciones Exteriores, de alguna manera obliga a una posición alejada de la contingencia.

 

Quién zanjó las diferencias entre Hacienda y Defensa

 

Cuenta que está “extraordinariamente agradecido de todos mis amigos del parlamento. A mí me ha servido mucho haber sido parlamentario. Lo que puedo señalar es que me he hecho asesorar, he intercambiado puntos de vista sobre temas de defensa con parlamentarios de todos los sectores.

 

 Francamente, en el ámbito de defensa no existen las barreras normales que hay entre Gobierno y oposición”.

 

—Y en ese contexto, ¿consultó con el ex ministro Jaime Ravinet el tema de reforma de financiamiento a las Fuerzas Armadas?

 

—No, no he conversado con Jaime de esta materia, pero sí he tenido a la vista el proyecto que durante su gestión se elaboró, de la misma forma que he revisado todos los proyectos anteriores, en concreto el del ministro Francisco Vidal. Ahora, ha habido una diferencia en este caso, muy marcada, con las administraciones anteriores. Durante los gobiernos de la Concertación, una de las razones por las cuales no se avanzó en reemplazar la Ley Reservada del Cobre fue porque resultó imposible zanjar las diferencias de criterio entre el ministerio de Defensa y el de Hacienda. En esta oportunidad eso ha resultado fácil, fundamentalmente porque el Presidente Piñera zanjó las diferencias de criterio que históricamente habían existido entre ambos ministerios. Y, en consecuencia, resultó muy fácil ir convergiendo en los puntos de vista. No ha habido ni va a haber diferencias entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Hacienda en esta materia.

 

—El 2009 el anteproyecto señalaba que eliminándose la Ley Reservada del Cobre habría que tener un presupuesto para cuatro años. ¿Qué diferencia tiene este anteproyecto que Ud. le presentó al Presidente el viernes pasado?

 

—A ver, tiene varias diferencias, pero es significativo lo siguiente: en las elaboraciones anteriores nunca había quedado definitivamente claro, como ahora, que el presupuesto va a ser cuadrianual. Es decir, el presupuesto de la Defensa se va a aprobar por cuatro años. Lo que de alguna manera implica una alteración de la lógica presupuestaria, que es sobre la base anual.

 

Continúa:

 

—Este tema fue en gran medida la piedra en el zapato que en otras oportunidades impidió avanzar. Hoy está claro que el país va a tener una estrategia de seguridad y defensa que va a tener un horizonte de 12 años y desde esa estrategia van a derivarse las capacidades estratégicas para la defensa que el país requiere. Y para satisfacer esas capacidades estratégicas va a haber un presupuesto cuadrianual.

 

Recuerda que actualmente el presupuesto de Defensa tiene dos componentes: el ordinario y la Ley Reservada del Cobre.

 

—Se va a mantener el presupuesto ordinario y la Ley Reservada del Cobre se va a reemplazar por lo que se denomina “Financiamiento para capacidades estratégicas”, que va a ser una partida presupuestaria; es decir, la aprobación se va a dar en el marco de la aprobación presupuestaria. Pero a diferencia del resto de las partidas, que se aprueba año a año, la de defensa de capacidades estratégicas se va a aprobar por cuatro años.

 

—¿Y ahí entra lo que se denomina “mantenimiento” del material, que es un ítem que ha provocado los mayores conflictos?

 

—Efectivamente. En el lenguaje que nosotros utilizamos hablamos de “ciclo completo”. Es decir, inversión, operación, mantenimiento y sostenimiento del material.

 

Fondo de contingencia: “Una cantidad significativa de recursos”

 

Explica el ministro Allamand que lo que está pensando el Gobierno es que hacia el futuro el país tiene que tener un fondo de contingencia.

 

—Es decir, una cantidad significativa de recursos que esté siempre a disposición de la defensa. Ya sea para situaciones de emergencia, catástrofe o desastres naturales, o cuando corresponda por alguna situación adversa en el terreno internacional, de hacer adquisiciones, o, por último, cuando existan oportunidades en los mercados.

 

Acota:

 

—La idea es que ese fondo de contingencia va a estar disponible para poder utilizarlo para las adquisiciones de este material. Entonces, en definitiva lo que va a existir es el presupuesto ordinario y el presupuesto de capacidades estratégicas. Este último se va a definir por un periodo plurianual de cuatro años, pero va a estar ese fondo.

 

—Se habla de 310 millones de dólares. ¿Existe ese piso?

 

—Ahí hay que ser cuidadoso: Esa cifra es la que se ha divulgado en relación al piso de la actual Ley Reservada del Cobre.

 

—¿Y ese piso, y ahí no seamos cuidadosos sino directos, va a disminuir o va a aumentar con este proyecto ?

 

—El Presidente resolvió que va a existir un fondo de contingencia estratégico. Y su monto es precisamente una de las materias que él debe determinar. Yo creo que la determinación que deberá adoptar este o cualquier gobierno es mantener los niveles de equipamiento y, en consecuencia, los niveles disuasivos de nuestro actual sistema de defensa.

 

—Y ahora que estamos con situaciones de conflicto limítrofe, ¿piensa usted hacer una excepción en cuanto a las necesidades de la Fuerza Aérea, que ocupa la primera línea en un estado de conflicto?

 

—No creo que corresponda hablar de primeras, segundas ni terceras prioridades. La tendencia generalizada en estas materias es la preparación, alistamiento y utilización conjunta de la fuerza. Por eso se ha establecido un Estado Mayor Conjunto. La tendencia moderna es precisamente la capacidad conjunta de los medios.

 

El helicóptero que trasladará al ministro ya tiene los motores en marcha. Al despedirnos, le preguntamos:

 

—Qué es lo que más le ha sorprendido en esta pega?

 

—Lo que más me ha impresionado es el alto nivel de todos los generales y almirantes de nuestras instituciones armadas. Su capacidad profesional y su vocación militar. Realmente tenemos Fuerzas Armadas que se encuentran en un óptimo nivel de preparación, que permiten asegurar cabalmente la defensa de nuestro país, que son una base muy sólida para la política exterior de Chile.