Política
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Sepúlveda (PRI), al dejar la mesa de la Cámara: “Nosotros nunca hemos vendido el voto”

Presidenta de la Cámara dice que en cada votación su partido y los independientes ejercieron su libertad y demostraron que son una fuerza “que vino para quedarse”. Y que este año le reclamarán “con más fuerza” al Gobierno cumplir sus promesas.

por:  Giselle Crouchett, La Segunda
martes, 22 de febrero de 2011

En marzo el Congreso no sólo reanudará sus actividades legislativas, sino que la agenda girará en torno a la anunciada acusación constitucional contra la intendenta Jacqueline van Rysselberghe.

Y la Concertación ya ha remarcado que su objetivo es conseguir los votos de los PRI-independientes, cinco sufragios que durante el año pasado fueron clave y que permitieron a esta bancada un pacto de administración con la Alianza, mediante el cual Alejandra Sepúlveda (PRI) presidió la mesa, que este año encabezará su correligionario Pedro Araya, ambos ex DC.

Sobre la acusación, la legisladora prefiere esperar a “leerla con detención”, aunque considera que es “absolutamente legítimo” que la Concertación la presente y advierte que “el Gobierno quedó en una posición muy difícil. La señal que está dando es que cualquiera puede decir que se mintió o se trató de exagerar una situación”.

En sus últimos días a la cabeza de la Corporación, se prepara para la cuenta pública de su gestión, en un año que “fue muy complicado”. No sólo por el terremoto, sino “para que las fuerzas políticas tomaran conciencia de la diferencia de su rol, de ser gobierno y oposición; y porque el acuerdo de administración de la Cámara complicaba a la Concertación. Pero al transcurrir los meses, se dieron cuenta que la mesa y yo como presidenta íbamos a entregar garantía a todos los sectores”.

—Pese a sus esfuerzos, la imagen de la Cámara sigue con una mala evaluación, por casos que van desde uso de recursos, a alcoholemias no hechas.
—Hubo mucha eficiencia legislativa en horas de trabajo, cantidades de leyes aprobadas, proyectos de acuerdo, participación y asistencia. El desprestigio ocurre no sólo en Chile, sino en todas partes. Sin duda me ha preocupado siempre, lo de los viajes y algunas actuaciones de diputados refuerzan esto. Pero cada diputado es respetado en sus distritos y recibe la confianza a través del voto popular, así que hemos tratado de ir generando conciencia entre ellos.
Estamos pidiendo a los diputados tomar conciencia de su rol. Siempre estamos en el ojo del huracán, tenemos que ser tremendamente cuidadosos en la vida pública y privada, y con la implementación de la ley orgánica del Congreso y un nuevo reglamento que está estudiando la Comisión de Etica, esta va a tener una fuerza distinta.

—¿Ha sido bueno el acuerdo de administración con la Alianza?
—Para nosotros significó tener una visibilidad de lo que significan el PRI y los independientes, que no es una fuerza que va a “pasar”, sino que vino para quedarse. En cada votación hemos ejercido nuestra libertad, absolutamente independientes de los dos bloques. Cuando nos dicen “votan con Alianza o Concertación”, no es así; pensamos en el bien común del país. Lo que pasa es que los cinco votos pesan, dadas las circunstancias, pero más allá del sentido de bisagra, de crear el desequilibrio en esta balanza, hemos votado en conciencia.

—Pero los bloques observan las negociaciones del Gobierno con Uds. y se preguntan qué les ofrecen a cada uno o qué condiciones ponen.
—Nunca hemos vendido el voto. No actuamos en política de esa forma. Lo que le hemos planteado es cómo mejorar cada proyecto. Fue el caso del royalty; votamos en contra porque las regiones no tenían suficiente peso y logramos el fondo para ellas. Discutamos cada proyecto en su mérito y, en la medida en que la voz PRI-independientes se escuche y permita mejorar el proyecto, van a estar los votos. De lo contrario, estaríamos vendiendo la confianza de la gente en nosotros.

Deudas del Gobierno: 7% y posnatal

—¿Qué puede esperar el Gobierno este año de ustedes?
—El Gobierno tuvo nuestro apoyo en los proyectos de la reconstrucción, para que el proceso funcionara... ha sido muy lento. Pero otros proyectos sectoriales los hemos visto uno a uno; a veces hemos aprobado, otras no. No podemos ser de oposición en sí mismos, ni de Gobierno en sí.

—Los bloques les critican que no se definen.
—Cada uno de los cinco, por lo menos en el caso del PRI, competimos contra la Alianza y contra la Concertación, y salimos como alternativa distinta; tiene que ver con formas de pensar la política que a lo mejor hoy no se entiende.
Si nos presentan proyectos buenos, los vamos a apoyar; si no corresponden, haremos los reparos y si no se zanja, votaremos en contra, como en el reajuste y algunas cosas del presupuesto. No nos clasifiquen, nuestro ánimo y norte no es ser oposición por oposición, ni de gobierno. Somos un bloque distinto.

—¿Condicionarán más su voto este año?
—El año que viene va a depender de los proyectos que presente el Gobierno y le reclamaremos con más fuerza cosas que nos preocupan y que todavía no se presentan: el descuento del 7% a los jubilados todavía no se presenta, es una deuda del Gobierno; la extensión a seis meses del posnatal es una deuda del Presidente Piñera como candidato.

—¿Comparte la crítica de que los anuncios de la campaña llegan al Congreso con “letra chica”?
—La mayoría de los proyectos llegan al Parlamento con letra chica y ahí tenemos que usar lupa. Lo que se entendió es que el posnatal es de seis meses y nos están pasando gato por liebre. No puede ser que exista flexibilidad; lo que planteó el candidato Piñera fueron seis meses. Si se quiere estimular la contratación y esto la desincentiva, tenemos que buscar estímulos a la contratación de las mujeres, pero no a costa del posnatal. Subsidiemos el trabajo de las mujeres, bajemos impuestos a las empresas que las contraten en edad reproductiva.

—Como ex DC, ¿cómo ve a la Concertación?
—La Concertación se está equivocando en cómo ser oposición. Hay un proceso que no se ha hecho, de decir “esto lo hicimos bien y esto mal”, y no dentro de cuatro paredes, sino de cara al país, reconocer por qué perdieron.
Y, en segundo lugar, no se puede ser oposición por ser oposición. Eso la gente no lo entiende, más aún en el contexto del terremoto. El eje de la Concertación tiene que ser en hacer propuestas al país y no permanentemente buscar las cosas malas del Gobierno. Falta una postura constructiva. Y lo más complicado en la Concertación es con quién dialogar (en las negociaciones), porque ¿quién es el líder capaz de aglutinar?

—¿Echa de menos a la DC, le gustaría volver?
—La nostalgia es por la DC, pero la de antes, de los buenos tiempos; ya di vuelta la página. Es una etapa superada.

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