El portugués tiene el cariño de los hinchas y el aval de tres de los personajes más importantes en la industria del fútbol: Cristiano, Mourinho y Guardiola.
La postulación del portugués podría representar un cambio en las reglas del juego, ya que por primera vez un jugador de su pedigrí entra de lleno en la más alta línea de la esfera futbolística y podría ser la competencia más peligrosa para Joseph Blatter debido a su popularidad.
Y es que a pesar del currículum administrativo que tienen los otros candidatos, ninguno tiene la conexión que Figo disfruta con los mayores consumidores de fútbol, la hinchada.
Es cuestión de hacer un cálculo simple: si se suman los seguidores que David Ginola, Michael Van Praag, Jerome Champagne y Ali Bin Hussein tienen en Twitter, no llegan ni al tercio del más de millón de seguidores del ganador del Balón de Oro en 2001.
Además, en sus años tras el retiro se ha dedicado a organizar varios partidos benéficos y su fundación tiene proyectos para apoyar a niños en riesgo.
Figo tiene también el aval de tres de los personajes más relevantes en la industria del fútbol actual.
Uno es Cristiano Ronaldo, a quien "apadrinó" desde que era una joven promesa, manteniendo una estrecha relación de amistad desde entonces, pese al eterno debate que existe sobre cuál de los dos es el mejor jugador en la historia de su país.
El nexo entre ambos comenzó el 2004, en la Eurocopa que se disputó en Portugal, la primera gran competencia internacional de "CR7" con un equipo que por entonces capitaneaba Figo.
Y pese a que la fama de Cristiano siguió creciendo hasta convertirse en el jugador más reconocible en el planeta, nunca dejó de escuchar los consejos de su mentor; por ejemplo, fue él quien le aconsejó que aceptara la millonaria oferta del Real Madrid para abandonar el Manchester United, en 2009.
La primera figura pública que salió a defender la postulación de Figo fue José Mourinho. No fue coincidencia, porque el entrenador más famoso del planeta es su amigo hace una década, cuando ambos se encontraron en el Inter de Milán. "Mou" fue el último entrenador que tuvo en su carrera y e incluso convenció al club lombardo para que lo nombrara su embajador internacional, a menudo acompañándolo en la banca.
"La candidatura de Figo es un paso adelante para el fútbol. Su gran carrera garantiza un mejor futuro para la FIFA", declaró el DT del Chelsea menos de una hora después de conocida la noticia.
Por si fuera poco, si hay algo que une a Mourinho con su eterno rival, Josep Guardiola, es la amistad que tienen con Figo. "Ni uno es un ángel ni el otro es el diablo", dijo hace un tiempo, incapaz de elegir entre los dos entrenadores más exitosos de los últimos tiempos.
Con "Pep" fue compañero de camarín en el Barcelona a fines de los 90, y el vínculo es tan fuerte que se consideran hermanos e incluso es el padrino de una de sus hijas.