Satisfecha con el término del binominal y el avance del PUC, apuesta que las próximas municipales consolidarán a Amplitud.
Su protagonismo en las últimas semanas le ha costado tanto halagos como críticas entre pares y variados insultos en las redes sociales. Nada nuevo para Lily Pérez (51) que pasó gran parte de sus 25 años de militancia en Renovación Nacional irritando a un sector de sus correligionarios. Renunció estrepitosamente en enero de 2014 para formar el Movimiento Amplitud. Tras aportar un voto crucial para la reforma del sistema electoral binominal, declaró a este diario: "Nos vamos de la Alianza", especificando que aquello no significa abandonar su rol opositor al Gobierno. Trascendió que sus propios camaradas la llamaron a moderar sus dichos.
-¿Dónde sitúa su domicilio político, ahora que se desmarcó de la Alianza?
-Amplitud representa la opción por un camino propio, abierto a los opositores que se identifican con la centroderecha o son independientes. La idea de dos bandos confrontados e irreconciliables responde a un esquema del pasado, que la eliminación del binominal supera definitivamente, pues permite establecer matices en proyectos entre los cuales los ciudadanos decidirán. Buscamos ser un referente de centro político, que evite el avance del país hacia las posiciones más radicales de la izquierda.
-El cambio del binominal incrementa la cantidad de diputados y senadores. ¿Nuevo costo a pagar por los contribuyentes?
-No. El proyecto aprobado consigna que el presupuesto será el mismo del Parlamento actual, redistribuido principalmente con cargo a las asignaciones que suplementan las dietas. Me parece bien recortarlas y si hay que recortar la dieta, estaré de acuerdo. El paso del sistema binominal a uno representativo no implicará un mayor costo fiscal.
-¿Apoyará la propuesta que reduce a 20 sueldos mínimos el ingreso de los parlamentarios?
-Debo estudiar ese proyecto antes de comprometer mi voto. Pero en 1998, cuando ingresé como diputada, propuse junto a Jaime Orpis que nos pagaran en función de nuestra asistencia promedio y trabajo en comisiones. Nunca logramos que ese proyecto llegara a discusión.
El 95, bajo la presidencia de Eduardo Frei, siendo concejala por La Florida aceptó, junto a la también concejala RN María Eugenia Amunátegui, la invitación del Sernam a la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing. Esto, sumado a la firma de un compromiso para sacar adelante la Ley de Divorcio y su apoyo a la distribución de la llamada "píldora del día después", la tuvieron a las puertas del Tribunal Supremo del partido "por abandonar los valores tradicionales de la derecha", según consignó la prensa de la época. Desde entonces hasta su renuncia a RN, los desencuentros en estas materias fueron interminables.
Esta semana, durante el debate del Pacto de Unión Civil (PUC) en la Cámara Baja, lideró la defensa realizada por Amplitud de una indicación que permite a parejas de igual o distinto sexo contrayentes de este pacto que, en caso de muerte o inhabilidad de uno de los progenitores de niños al cuidado de la pareja, quien sobrevive tenga derecho a solicitar la tuición de los hijos. La indicación, aprobada en el Senado, se rechazó en la Cámara tras un acuerdo entre el PS y la UDI. Su reposición deja en igualdad de condiciones al conviviente civil y los familiares al momento de obtener la tuición de menores. La decisión la tomará un juez de familia, que deberá considerar el interés superior del niño.
-Suele ir en contra de las posiciones de su sector en los llamados "temas valóricos". ¿Por qué?
-Si bien muchas veces me enfrenté a RN en estas materias, el conservadurismo no es "privilegio" de la derecha política de Chile. La indicación cuya reposición defendimos esta semana es claro ejemplo de aquello. ¿Por qué asumo estos temas? ...porque soy mujer -dice, y sonríe desafiante- y he vivido algunos temas o conozco a quienes los han vivido. Siento empatía total con los sectores discriminados, tal vez por mi sangre judía y sufrí la discriminación en carne propia, por mi género o mi religión.
Entre los hechos que la apasionan en política está la rebeldía que le generan personas y grupos que bloquean leyes o iniciativas que amplían la libertad individual. Identifica como uno de los puntos de inflexión en su renuncia a RN el debate sobre el proyecto de la Ley Antidiscriminación que -al igual que la distribución de la denominada "píldora del día después"- terminó en presentaciones ante el Tribunal Constitucional para impedir su promulgación.
"Me irritan quienes intentan imponer visiones propias pasando por sobre la libertad individual, e intentan erigirse en una especie de policía sexual, asumiendo en esos temas una autoridad moral inapelable, mientras en otras materias pasan absolutamente de largo, disociando su discurso público y privado".
-Es parte de nuestra cultura no decir todo lo que hacemos, ni hacer todo lo que decimos...
-La gente va más adelante que las élites políticas. Cuando el 90% de los chilenos decían que requeríamos una Ley de Divorcio, para la clase política "no era oportuno" abordar el tema. A inicios del debate sobre la Ley de Violencia Intrafamiliar, senadores de RN decían que ese era "un tema privativo de la familia" en el cual el Estado y la sociedad no tenían que inmiscuirse. Esa ley salió adelante porque nos unimos parlamentarias de todas las tendencias políticas, ante conservadores que no están sólo en mi sector
Antes de que estallara el caso Penta, rechazó públicamente la reforma tributaria "porque mete la mano en los bolsillos de la clase media -dijo- en lugar de tocar los grandes intereses privados" y enunció sospechas de que esa reforma expresaría un "matrimonio entre política y dinero". Hoy, sostiene que el caso Penta es lo mejor que ha podido pasar en la política nacional.
"Permite que la gente sepa quién es quién", dice. "He sido candidata contra campañas millonarias. Muchas veces me sentí compitiendo con un candidato y quién sabe cuántas empresas detrás".
-¿Una gran inversión en la campaña define la elección?
-Cuando compiten dos candidatos en similares condiciones, la plata hace una gran diferencia. Gana el reparto de canasta familiares, los lentes para la presbicia regalados a diestra y siniestra, los computadores... en fin, gana la plata. Cuando te respalda una trayectoria y la gente te conoce, ganan tus méritos, avalados por un esfuerzo personal brutal en cada campaña.
-La política aparece como un deporte caro y exclusivo. ¿Es casualidad o una derivada más de la Constitución de 1980?
-En general, y con excepciones más que respetables, la élite política está muy asociada a grupos económicos y, por tanto, mucha gente que está en política representa también intereses de los privados. Me gusta ganar en política por ideas y nuestro sector político se acostumbró a ganar muchas veces a punta de lentes para la presbicia y canastas familiares.
-Tras el caso MOP-Gate, el acuerdo Lagos-Longueira estableció la actual legislación con la meta de terminar las situaciones turbias. ¿Qué falló?
-Voté en contra de ese acuerdo. Y declaré entonces a la prensa que me parecía el inicio de una pendiente en materia de corrupción en que empezábamos a jugar al empate. Hoy el tema es recurrente en el debate de Penta. Esperemos que esta vez la lección quede aprendida.
-¿Qué pasará con quienes han mentido?
-En EE.UU. un legislador que miente pierde su cargo. En el acuerdo con el Gobierno, nuestras propuestas incluían el financiamiento de la política, darle más atribuciones al Servel, que los legisladores que vulneran la ley pierdan su cargo e impedir a las empresas financiar campañas.
-¿En qué va eso?
-Depende del Gobierno, que no puede tomar palco, porque la pérdida de credibilidad de la política es transversal. Existe daño a la fe pública y lo que más me vulnera, en lo personal, es la mentira.
-El Senado designó dos integrantes del Tribunal Constitucional sin debate, fruto de un acuerdo UDI- PS. Cristián Letelier, uno de los designados, aparece vinculado a Penta.
-¡Es uno de los frutos del binominal y una de las razones por las que voté para ponerle término! El señor del PS es cuestionado por un eventual plagio de su memoria de título y el abogado Letelier por dichos homofóbicos y vinculaciones a Penta. Atrapados por el binominal, recibíamos nombres ya cuoteados, propuestos por la Presidenta, y acatábamos, asumiendo que su idoneidad fue chequeada por la proponente. Esa forma de tomar decisiones se repite en la Corte Suprema, el CNTV y otras instancias públicas. El fin del binominal debería atraer personas con méritos propios a estos organismos, y permitir al Estado buscar la excelencia en lugar de premiar la militancia.
