La presidenta del Comité de Patrimonio del Colegio de Arquitectos lamenta la decisión de la demolición de ex Facultad de Química. "Hay una falta de conciencia", declara.
Esta semana partió el desmantelamiento interior del histórico edificio ubicado en Vicuña Mackenna 20. el inmueble fue construido a fines del siglo XIX y hoy se proyecta levantar tres unidades académicas de esa casa de estudios.
En septiembre partirían las obras del Instituto de Estudios Internacionales, Instituto de Asuntos Públicos y Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC).
La actual construcción, pese a no tener reconocimiento patrimonial, es valorada por su diseño en el mundo arquitectónico. "Hay una lógica que plantea que construir algo nuevo siempre va ser bueno, y no es así, porque va dejando el patrimonio atrás", advierte la arquitecta.
-¿Qué le parece la decisión de la Universidad de Chile demoler la Facultad de Química?
-Lamentable. Una falta de conciencia. En el plantel tienen una formación, con el Instituto de Historia y Patrimonio, donde pueden entender el valor patrimonial del edificio, por eso es chocante ver que ellos no son capaces de proteger este patrimonio.
-Que la casona no esté protegida patrimonialmente, ¿significa que no tiene valor patrimonial?
-El reconocer valores patrimoniales no es igual a que esté protegido, tiene que ver con considerar ciertos elementos de la ciudad que son particulares, como la historia, el contexto urbano o la identidad. El que esta casona no esté con protección es porque el dueño del edificio, es decir la Universidad de Chile, no quiso que fuera así y esto ha pasado con distintas dependencias de esa casa de estudios.
-¿Como cuáles?
-En su momento ocurrió con la Facultad de Derecho, donde además ha costado que garanticen su mantención y que se mantenga en el tiempo. Entiendo que la universidad necesita espacio para desarrollar sus actividades, pero, ¿a costa de qué? Es lamentable la pérdida de este edificio que van a demoler.
-¿Qué opción se pudo haber tomado?
-Haber buscado otro sitio para el nuevo edificio. Durante años estuvo abandonado el terreno que está frente a la ex Facultad de Química, donde hoy construyen el Museo Violeta Parra. Entonces, uno se cuestiona si valdrá la pena por el costo asociado o si a lo mejor había otra solución. Lo más fácil es demoler y construir de nuevo.
Sin embargo la experta advierte que la normativa que protege y reconoce los edificios patrimoniales tampoco ayuda mucho, porque "la legislación está obsoleta, es de los años 70 y es rígida con el concepto de valor patrimonial".
Explica que es el Consejo de Monumentos el que declara la calidad patrimonial de un edificio, pero para ello deben ser postulados por el dueño del inmueble.
-La universidad justifica la demolición diciendo que el edificio no tiene reconocimiento patrimonial.
-Este edificio destaca dentro de Vicuña Mackenna y eso le agrega más valor patrimonial, pero como no tiene protección, prácticamente no existe para la legislación. Por algo son pocos los inmuebles de principio del siglo XX que van quedando como registro histórico de la ciudad. El concepto de construir nuevo porque es bueno va dejando atrás todo este patrimonio.
-¿Es frecuente que se repita esta situación?
- Absolutamente. Chile tiene una legislación bastante rígida, porque se basa en el término patrimonio como una edificación grandiosa, pero hoy ese concepto se asocia a identidad local y contexto urbano. Esto último ha hecho que nuestra legislación no aborde todas las áreas que tengan que ver con el patrimonio. Además, ha primado lo económico.
El uso original de la casona de la ex Facultad de Química fue el de una destilería. Con este fin se construyó a fines del siglo XIX.
Después, el edificio de estilo neoclásico se transformó en una fábrica de vinos que mantuvo su funcionamiento hasta las primeras décadas del siglo XX, asegura Ana Cárdenas, del Colegio de Arquitectos.
Desde el año 1925, la Universidad de Chile comenzó a utilizar el inmueble ubicado en Vicuña Mackenna 20. Primero se instaló la Escuela de Química y en 1945, cuando se formó la Facultad de Química y Farmacéuticas, la casona pasó a alojar dicha facultad.
Desde hace dos años el edificio está deshabitado porque la facultad se cambió a una nueva dirección ubicada en Independencia.
