Nacional
Compartir | | Ampliar Reducir

Mujeres de armas tomar: Las más peligrosas del hampa

Lideran grandes organizaciones del delito, fenómeno cada vez más frecuente. 

por:  La Segunda
viernes, 02 de enero de 2015
Imagen
Imagen
Imagen
jQuery Carousel
Por Fernando Duarte 

Mujeres metódicas, estructuradas, suspicaces, muy decididas y ordenadas.

Aunque parecen atributos de experimentadas empresarias de prestigiosas firmas o políticas fogueadas, en este caso estas virtudes están al servicio de furtivos y rentables negocios al margen de la ley. Se trata de mujeres que lideran grandes organizaciones criminales, fenómeno cada vez más frecuente en nuestro país y que la policía mira con preocupación.

Las cifras de la PDI lo confirman: en 2012 -sólo por narcotráfico- las mujeres detenidas sumaban 477 en nuestro país. El año pasado subieron a 499 y este año, hasta el mes pasado, ya superan las 640.

De muestra, tres ejemplos recientes: Natalia Ciuffardi Castro (escort ABC1 involucrada en un millonario caso de lavado de dinero en Honduras), Ana Cortés Moscoso (líder de la banda que robó en la Tía Rica) y Darling Rivera Fuentes (conocida como la Angelina Jolie chilena, especialista en robar casas del sector oriente).

Pero ellas no son las únicas ni las más peligrosas. Las "mujeres de armas tomar" -quienes han pasado por cuarteles policiales en varias ocasiones- normalmente están vinculadas a la venta de droga.

Así lo explica el jefe de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana (Briant) de la PDI, subprefecto Iván Villanueva, quien dice que "no sólo comercializan estupefacientes, también manejan recursos económicos importantes, dirigen grupos de hombres armados, violentos y dispuestos a todo para dominar un territorio".

Dice que, a diferencia de los hombres que lideran bandas, "ellas son mucho más astutas". Por ejemplo, cuando tienen sospechas de ser vigiladas o intervenidos los teléfonos, realizan acciones evasivas para comprobarlo.

"Una vez una de ellas llenó una bolsa de basura con ropa, simulando ser droga, y la metió en un auto a altas horas de la noche. Luego, salió a encontrarse con otro vehículo fingiendo una transacción para ver si era controlada", dice.

Y cuando las detienen, "jamás reaccionan con violencia ni niegan su responsabilidad, lo asumen como su trabajo. De hecho, es frecuente escucharles decir que ahora a ellas les tocó perder".

¿Cómo llegan a asumir el liderazgo?

Constanza Sánchez, subinspectora de la misma brigada, explica que "ocurre normalmente cuando sus parejas son detenidas, entonces toman su lugar. Eso pasa porque aprenden el funcionamiento de todo el negocio".

Y aunque la lista, dicen los oficiales de la PDI, ha ido creciendo en los últimos años; hay casos dignos de película.

Jéssica Pérez Carranza: La "Viuda Negra" y sus 30 secuestros por año

Los secuestros a narcos y las quitadas de drogas eran su especialidad.

Según el jefe de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana (Briant), Iván Villanueva, es tal vez la mujer más violenta y despiadada que en los últimos años haya pasado por las cárceles de Chile.

Conocida en el mundo del hampa como "La Keka", Jéssica Pérez Carranza (41) lideraba una banda integrada por 8 hombres, con quienes se dedicaban a los robos con intimidación, falsificación y raptos de otros narcotraficantes (y sus familiares) en el sector sur de Santiago.

"Ella torturaba aplicando corriente y no soltaba a sus víctimas hasta recibir millonarios pagos, joyas, drogas o armas", cuenta el subprefecto Villanueva.

También se le conoció como la "Reina de los Mexicanos", por las quitadas de droga, o la "Viuda Negra" porque al menos tres de sus parejas (también delincuentes), han muerto en su ley: uno asesinado en la cárcel, otro masacrado a tajos en Valparaíso y un tercero acribillado en un enfrentamiento con Carabineros.

Su modus operandi era llegar junto a su banda a las casas de los narcos de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, haciéndose pasar por policías: "Aparecían con placas y chaquetas como las que usamos nosotros, así les era más fácil sacar a las personas de sus viviendas sin que opusieran resistencia", agrega el subprefecto.

Según estimaciones de la PDI, en su época más gloriosa (2001 a 2004) realizó unos 30 secuestros por año. Su audacia era tal que incluso llegó a plagiar a uno de los miembros del clan Gálvez de La Legua, rescate por el cual recibió $20 millones.

Fueron 9 meses los que la policía la siguió antes de que en octubre de 2004, mientras estaba en las cercanías de la ex Penitenciaría de Santiago, la detuvieran portando un arma y dos placas falsas de la PDI.

Fanny Grueso Bonilla: En la casa de "La Chily" se descuartizaba

A los 15 años, la colombiana Fanny Grueso Bonilla ya era parte de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero a los pocos años desertó y se fue al grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

De ahí, saltó al mundo de las bandas criminales, donde se ha desarrollado en esa área estos últimos 8 años.

La mujer -apodada "La Chily"- tiene sólo 33 años, pero un prontuario de temer. "En Colombia era dueña de una Casa de Pique, es decir, un lugar donde se dedican a torturar y descuartizar gente", dice el subprefecto Villanueva.

Fue brazo armado de la banda criminal "Los Rastrojos", pero luego de operar un tiempo allí decidió cambiarse a la banda rival -Clan Usaga- con quien se disputan el mercado del microtráfico de drogas en el puerto de Buenaventura.

Desde 2012 que La Chily ejercía el control territorial de ese lugar, extorsionando a los comerciantes.

El año pasado ingresó a Chile ilegalmente y se mantuvo en el anonimato hasta que Interpol activó una orden de captura internacional en su contra por la fabricación, posesión y tráfico ilegal de armas de fuego, municiones y explosivos, además de tráfico de drogas y estar envuelta en la desaparición de 165 personas.

Hace tres meses la PDI dio con ella en la comuna de Lo Prado, donde se dedicaba al narcotráfico. Tras su expulsión, fue ingresada a la Cárcel de Guadalajara de Buga en Colombia.


Bernarda Calderón Muñoz: Con sus "chicas" entraron 30 toneladas de droga

Hace 10 años que Bernarda Calderón Muñoz (56) está en la cárcel. Ya no disfruta de su piscina de 100 metros cuadrados, ni del zoológico privado con animales exóticos que tenía en una lujosa parcela en Buin que servía de casa de seguridad.

"Ella era una de las líderes de bandas de narco más grandes, peligrosas y temidas que haya operado en el sector sur de la capital", dice Villanueva, el jefe de la Briant.

"Se hizo cargo del negocio luego de que su marido, Oscar Gálvez -conocido como 'el loco Tello'- fue detenido", explica. Eso ocurrió a comienzos de la década del 2000, cuando el hombre cayó en las manos de la PDI.

Entonces, las "chicas del Clan Gálvez" (hermanas menores del sujeto, pero encabezadas por Bernarda) comenzaron a controlar el pasaje Santa Catalina Norte de la población La Legua Emergencia, en San Joaquín.

A ellos se sumó uno de los hermanos de "el loco Tello" (que seguía operando desde la cárcel), quien incluso montó un laboratorio para elaborar clorhidrato de cocaína de alta pureza.

En los cuatro años en que el negocio familiar floreció, logró expandirse a Pedro Aguirre Cerda (población José María Caro), Renca y Buin y las poblaciones La Victoria y Santa Adriana.

Al grupo de "soldados" que había reclutado y guardaespaldas, luego se sumaron tres de sus hijas -Gemita, Geraldine y Carolina-, quienes ingresaron y distribuyeron grandes cantidades de clorhidrato de cocaína a la Región Metropolitana.

"Estamos hablando de que lograron meter al país al menos 5 toneladas, que fue lo incautado, pero puede haber sido mucho más porque hay cargamentos que nunca fueron requisados", dice Villanueva.

La parentela hizo una fortuna. Al menos recaudaba 10 millones al mes, lo que le permitió a Bernarda y su familia comprar varias propiedades en el sector sur de la capital, frecuentes viajes al extranjero, joyas, ropa de marcas exclusivas, vehículos todo terreno con vidrios polarizados y caballos purasangre. También se convirtieron en mecenas de sus vecinos, imitando a capos mafiosos: costearon tratamientos médicos, financiaban cumpleaños y pagaron deudas a cambio de silencio y lealtad.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas, porque algunos de sus miembros fueron secuestrados por bandas rivales y fueron víctimas de varias "mexicanas".

Todo acabó en mayo de 2004, cuando ella y su banda (doce personas) fueron detenidos y les requisaron autos cero kilómetros, kilos de droga, armas y dinero.

Elena Guerrero Espinal: "La Canalla" y su relación con la mafia italiana

Empezó su carrera delictual en los años 70 -tenía 18 años- recorriendo Europa como lanza internacional, pero sus contactos con traficantes de drogas le permitieron acercarse a la mafia italiana.

Tan cerca de ellos llegó, que una década más tarde se emparejó con Giusseppe Ciulla Salutte (hijo del líder de la Cosa Nostra), cuya familia se dedicaba al lavado de dinero, la venta de heroína y morfina.

En los 80 regresó a Chile con una identidad falsa junto a Ciulla (ahora su marido), quien venía huyendo de la justicia italiana tras ser sentenciado a una condena de 60 años y sobre quien pesaba la sospecha de participar en la muerte de un juez.

Ella, en tanto, era investigada en Italia por falsificación y tráfico de drogas.

La pareja, dice el subprefecto Villanueva, montó en Chile una "empresa de correos humanos" que iban y volvían a Europa con droga boliviana: "Operaban desde la población José María Caro, La Victoria y La Legua".

Para blanquear el dinero, montaron varias empresas de distintos rubros (construcción, importaciones y exportaciones, además de restaurantes italianos). Pero la debilidad de la mujer -apodada "La Canalla"- era la hípica, mundo que la vio crecer de la mano de su padre que había sido jinete de carreras. Era frecuente verla llegar con su melena rubia y tapizada de abrigos de piel para ver correr sus purasangres.

Todo iba bien hasta agosto de 1990, cuando junto a su marido regresaba a su casa de La Reina tras ver correr a su yegua Mancollada y sufrieron un accidente automovilístico. El hombre murió, y ella quedó con el rostro desfigurado por fracturas en el cráneo.

Ahí asumió completamente el liderazgo del negocio familiar. Y sus cuñados (Salvatore y Césare) viajaron desde Italia para asociarse con ella y expandir las operaciones. Luego se sumó su hija y su yerno.

Llegó a manejar más de 100 burreros que circulaban por Holanda, Francia, Alemania, Suiza, Italia, España, Argentina, Brasil y Paraguay.

Dos años más tarde cometió el peor error de su vida. Pese a que su rol era ser financista y liderar su organización, decidió partir a Brasil con 54 kilos de cocaína adosado en su cuerpo y en su equipaje.

Fue detenida en el aeropuerto de Sao Paulo y comenzó a cumplir condena allí, antes de ser deportada a Italia donde seguiría tras las rejas, pues ya había una orden de captura internacional por diversos delitos.

En 2007 fue trasladada a Chile para continuar cumpliendo su pena aquí.


Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img