Vicario general Andrés Tupper.
La catedral lucha por trabajos de Metro.
Evitar que la catedral de Santiago tenga daños estructurales. Esa es la tarea a la que está abocado el arzobispado de Santiago, luego de que supiera que Metro tiene contemplado excavar un pique en el frontis del templo como parte de las obras de la futura Línea 3.
El vicario general del arzobispado, Rodrigo Tupper, señala que "con respecto a esos trabajos nosotros tenemos dos preocupaciones: lo más importante es que ya hay un daño estructural, principalmente fisuras, por las vibraciones permanentes que han ocasionado los trabajos que está realizando Metro en calle Bandera. Eso ya lo han certificado nuestros asesores, por lo que tenemos que evitar mayores daños".
De hecho en agosto, el Cabildo Metropolitano, que administra la catedral, advirtió al Consejo de Monumentos Nacionales sobre los problemas que ya han causado las obras del ferrocarril subterráneo.
Lo otro, es que las posibles faenas frente a la catedral -que podrían durar cerca de tres años- arruinarán los obras de restauración de la fachada que se están realizando desde febrero de este año asegura Tupper. "Si se llega a hacer ese proyecto se va a dañar todo el trabajo, se va a volver a ensuciar la fachada que hemos estado tratando de limpiar, lo que se va a convertir en una gran pérdida del dinero que se ha invertido", apunta.
Lo ideal, explica, es que los trabajos se hagan como estaban originalmente presupuestados: por los costados del templo, en las calles Compañía y Catedral.
Jaime Migone, arquitecto y académico de la U. Central, fue el encargado del diseño de restauración de la catedral y explica que "no necesariamente se tienen que producir daños".
"Metro es una institución seria que siempre ha tomado las providencias en casos como éste. Si el diseño de ingeniería del pique está bien hecho no tendría que haber problemas. El tema pasa por los inconvenientes urbanos que genera, que se hagan trabajos justo cuando se terminó de arreglar la Plaza de Armas", indica.
