por:  La Segunda

jueves, 27 de noviembre de 2014

Foto Ricardo Abarca, La Segunda

La presidenta de la Fech, Valentina Saavedra, calificó la interpelación como "un «show» de la derecha destinado a deslegitimar el proceso de la reforma educacional". De acuerdo con la estudiante de la U. de Chile, "Eyzaguirre sólo se limitó a repetir las mismas consignas sobre la educación, pero en los hechos no se refirió a los pilares fundamentales que sustentan los proyectos de ley que ha enviado el gobierno al Congreso". Saavedra se quejó que " ni el ministro ni la derecha abordaron temáticas relevantes en esta discusión" y por esta razón la nueva presidenta de la FECh dijo que "luego de esta interpelación no sacamos nada en limpio. Como estudiantes tenemos muchas críticas en estos temas".

Para el rector del Liceo de Aplicación (LdeA), Antonio Pacheco, "tanto el ministro como la derecha desempeñaron roles muy previsibles, uno oficialista y el otro como oposición". Incluso, el director de este liceo municipal de Santiago dijo que "Nicolás Eyzaguirre mantuvo su discurso de siempre, y sólo actuó como ministro y vocero del gobierno". Respecto de los contenidos abordados durante las tres horas de sesión, Pacheco criticó que "ninguna de las partes -tanto el interpelado como el interpelador- fueron capaces de referirse en profundidad y con la debida seriedad a los proyectos en debate, careciendo de argumentos". Concluyó que "el mecanismo de la interpelación no sirve para discutir políticas públicas".

La encargada de Educación de la U. Los Andes, Bernardita Tornero, dijo que vio "la misma tónica de toda la discusión de la reforma educacional. Un eslogan en que se promueve avanzar en calidad y equidad -nadie puede estar en desacuerdo con eso- con propuestas que no tienen impacto en la calidad y la equidad. Los puntos que se tocaron no van a la médula de la calidad y la equidad". Según indicó, "la interpelacion abordó temas estructurales, pero no los relevantes, como por ejemplo cómo vamos a lograr que todos niños tengan acceso a una educación temprana de calidad, asegurar una formación de excelencia a los profesores. Estos aspectos en general han estado ausentes en todo el debate de la reforma".

El presidente de la FEUC, Ricardo Sande, indicó que "fue una interpelación muy superficial. El ministro no se adentró en el proyecto de ley. Más que una interpelación, tanto la diputada como el ministro hablaron sobre lo que quisieron. No fue un diálogo y no se escucharon". Por ello, indicó que "no se respondieron las dudas, que quedaron intactas y el ministro pecó un poco de soberbia, por su tono en general. Se le olvidó que hay mucha gente en la calle que no entiende esta reforma. Al ministro le faltó humildad para decir que temas como la educación inicial no han tenido prioridad". "Sigo esperando una respuesta respecto de la educación inicial. No es sólo un tema de presupuesto", señaló el dirigente gremialista.

El secretario general del Colegio de Profesores, Darío Vásquez, afirmó que "en la interpelación no hubo ningún ganador, sólo un perdedor: la sociedad". Para el dirigente, lo ocurrido ayer en la tarde demuestra que "este mecanismo no brinda resultados ni beneficios, sólo sirve para que el interpelado; es decir, el representante del gobierno, diga lo bien que lo está haciendo en esta materia, a pesar de que existen grandes problemas a nivel educacional. Y, por otra parte, también para que la derecha, que hoy se encuentra muy disminuida, tenga mayor presencia ante el público". Según Vásquez, "el gobierno se equivocó al enviar proyectos sin enfocarse en la educación pública y en los profesores".

Para el vocero de la Cones, Tomás Leighton, la interpelación al ministro "fue un autogol de la derecha y una posibilidad de gol del gobierno para hacer una reforma educacional profunda en Chile". Según dijo el estudiante de La Girouette, "lo que ocurrió ayer es una de las situaciones más patéticas y vergonzosas en la política nacional. La derecha interpeló al ministro sin argumentos políticos, sólo con elementos de carácter emocional, faltándole el respeto a los chilenos, que merecen un debate honesto y de frente. Hay que aprovechar esta vergüenza política para hacer una reforma educacional profunda, no de maquillaje. La pelota la tiene ahora el ministro de Educación, que respondió bien".