"Llegó a solidarizar conmigo cuando mi padre fue secuestrado", dice hoy Manuel Guerrero.
La música, una de sus pasiones.
"Me dijo que estaba pensando hacer un post doctorado y quedarse dos años más en México. Eso fue hace una semana, cuando estuve allá. Así es él, inquieto... Conversamos sobre los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, era algo que le preocupaba".
Así recordó hoy Alberto Maxwell -padre del joven chileno- una de las últimas conversaciones que mantuvo con su hijo de 47 años, detenido el jueves pasado durante una de las tantas manifestaciones convocadas para reclamarle al Presidente Enrique Peña-Nieto que todavía no se esclarece qué pasó con los estudiantes normalistas que se encuentran desaparecidos desde septiembre.
"El abogado de oficio que le proporcionaron ha sido más un obstáculo que una ayuda", se quejó Alberto Maxwell. Por eso, dijo, la familia decidió contratar otro y uno de sus cuatro hermanos -Dennis- viajó ayer desde Estados Unidos hacia Ciudad de México, y de ahí a Veracruz, donde está detenido.
"Ayer Laurence tuvo una «entrevista» con el juez, que el cónsul chileno presenció vía teleconferencia. Por lo que sé, aún no se le han presentado cargos", dijo el padre del joven (músico y escritor) que está recluido en una cárcel de máxima seguridad y en confinamiento solitario.
Los cargos en su contra son delitos de terrorismo, tentativa de homicidio, motín y asociación delictiva. Junto con él, otras once personas fueron detenidas durante la protesta (todos mexicanos).
"El gobierno debería involucrarse más activamente para lograr su libertad", dijo el padre. Y anunció que intentará hablar el tema con la Presidenta Bachelet.
Desde hace seis años que Laurence está en México estudiando un doctorado en Letras en la Universidad Autónoma de ese país (UNAM). "Además tiene un grupo de música, con un estilo que fusiona el folklore, rock y jazz. Escribió un libro de ficción («Daño Estructural») ¿Dónde está el terrorista? Yo no lo conozco, no lo he visto", dijo el padre del detenido.
"Es angustiante e injustas las acusaciones", agrega su hermana Adeline, que está en Francia. Y señala que "ha sido difícil contar con información certera y fidedigna desde México. Es una aberración que arriesgue 60 años de cárcel por estar en un mal momento y un mal lugar".
Según contó su padre, Maxwell se dedicó a la política durante la adolescencia ayudando a rearticular la Federación de Estudiantes Secundarios (FESES) a mediados de los 80. "Pero cuando llegó la democracia, se dedicó a lo que más le gustaba: la música y la literatura. Luchó por la libertad cuando fue necesario, después lo dejó".
El profesor de la Escuela de Medicina de la U. de Chile, Manuel Guerrero, recuerda que "lideraba el zonal oriente de la Unión de Estudiantes Secundarios y llegó a solidarizar conmigo cuando mi padre fue secuestrado (y luego degollado) en la puerta del Latinoamericano en 1985".
Maxwell estudiaba en el Liceo Industrial Chileno Alemán (de Ñuñoa). "Era de las Juventudes Comunistas y formaba parte del Movimiento Democrático Popular. En ese tiempo, junto con la JDC y la JS eran los grupos más activos", recordó Guerrero.
También tiene memorias de esa época el escritor Rafael Gumucio, quien dice que "lo recuerdo como un dirigente muy ponderado, reflexivo, que gustaba mucho de la lectura". Ese rol en la rearticulación del movimiento estudiantil de la época le significó aparecer en el documental «Actores Secundarios».
Tras dejar el liceo, Maxwell estudió sociología en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, donde lo recordó el actual director de la Escuela de Sociología, Milton Vial. "No me extrañó que fuera a estudiar a México, porque sus inquietudes siempre estuvieron en la epistemología", indicó.
El canciller mexicano, José Antonio Meade, señaló hoy que "el asunto está frente a un juez y por lo tanto es esa instancia jurisdiccional donde habrá de resolverse".
Y agregó que Maxwell "esta sujeto a proceso, esta recibiendo toda la atención y garantías de la justicia mexicana. Pero además está recibiendo el apoyo comprometido, cercano y puntual del gobierno chileno".
Al problema del chileno detenido en las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos en ciudad de México, este fin de semana se sumó Uruguay. Las declaraciones del Presidente José "Pepe" Mujica, a la revista Foreign Affairs Latinoamérica, por el trágico caso de los jóvenes causaron indignación en el gobierno mexicano. El Mandatario del país sudamericano aseguró a esa publicación que el país azteca era "un estado fallido" donde "en México, la corrupción se ha establecido, visto a la distancia, como una táctica de costumbre social. Seguramente el corrupto no está mal visto, es un triunfador, un señor espléndido".
Las palabras de Mujica superaron todos los límites de tolerancia del gobierno de Enrique Peña Nieto y convocó al embajador de Uruguay para pedirle explicaciones. Ante la arremetida mexicana, Montevideo tuvo que emitir un comunicado donde daba marcha atrás de las declaraciones del Mandatario. "No son, ni serán, estas naciones (centroamericanas y México), estados inocuos o fallidos, porque tienen cimientos históricos de naciones precolombinas, tienen capital político de sus partidos y en sus decisiones democráticas, que están por encima de sus vicisitudes de hoy", informa la presidencia uruguaya.
El caso de la desaparición de los estudiantes tiene a Peña Nieto en su peor crisis desde que asumió el poder en 2012, con protestas en México y presiones de la comunidad internacional.
