En seminario sobre pluralismo, ejecutivos y autoridades discutieron hoy sobre los caminos a seguir en la nueva era de la pantalla.
Esta mañana presentaron el debate "Pluralismo en la Sociedad y en la TV", que convocó -en el auditorio de TVN- a los principales actores de la industria para confrontar posiciones. El primero en exponer fue el Ministro Secretario General de Gobierno, Alvaro Elizalde, quien, citando a Andrés Bello, manifestó que en Chile "todas las verdades se tocan". Y terminó con un lapsus que desató carcajadas: "Confío en que las conclusiones de este seminario contribuirán a mejorar la forma en que se hace y se regula nuestra revolución... Perdón, nuestra televisión".
Lo siguieron: Ricardo Solari, presidente del directorio de TVN, Jaime de Aguirre, director ejecutivo de CHV y los ex ministros Andrés Chadwick y Genaro Arriagada.
El ex ministro Genaro Arriagada se manifestó a favor de una regulación rigurosa. "No hay ninguna libertad absoluta", dijo el asesor del Consejo Nacional de Televisión.
Arriagada destacó el momento crucial que vive la TV, a partir de la nueva ley: "Defiendo el derecho a crear canales privados, pero debe haber televisión pública, un ente como el CNTV y más creatividad. Deben existir más programas culturales, aunque el rating privilegie la TV basura. Pero creo una forma de regulación, que no de paso a libertinaje. Una película para adultos no puede ir en horario de niños de 12 años".
"Soy partidario de que en esta materia haya algunas regulaciones, comparto que es muy difícil establecer la fina línea en esta materia, y comparto que en este terreno hay que caminar con mucho cuidado".
El abogado, ex senador y ex ministro Andrés Chadwick fue el primero en tomar la palabra en el panel.
En su participación, consideró que la legislación ya establecida "es suficiente".
"A mi juicio, que no regulen nada", sentenció, porque de lo contrario "vamos a transformar al Consejo en el gran editor de los contenidos". En cambio, sugirió "fomentar el pluralismo y la autoregulación".
"Ir más allá de esto tiene el riesgo de ser anticonstitucional y ser imposible de aplicar. Intentar mayores precisiones me parece altamente inconveniente".
El director ejecutivo de CHV puso énfasis en el cambio a partir de la búsqueda del pluralismo. "La TV de hoy está traumada, venimos en esta búsqueda precisamente a raíz de un largo tiempo de no pluralismo".
"Hoy, la TV transita por un camino experimental de entender que en esto no sólo tiene participación el Estado, ni se trata de un simple cambio tecnológico, sino que las audiencias son parte importante del proceso. El público no se subestima. No se puede fomentar medios poco inteligentes que piensen que sus audiencias son niños de siete años".
"Los canales todos los días estamos sometidos a un ejercicio de pluralismo que se llama rating y es muy caro para un medio de comunicación servir a un grupo de poder, religión.
Los canales hemos escuchado poco a las audiencias, debemos tener un rol orientador, conversador".
También deslizó una crítica al CNTV. "Me pareció una mala práctica hacer el reglamento de TV y aplicarlo en un mes". Y planteó: "¿Por qué no podemos instalar programas culturales los domingos, a las 22:00 horas?" (horario que no es considerado prime).
"El pluralismo lo organizamos el Estado, los medios, el CNTV y la gente. Excluir a la gente es un error, porque la pantalla se ha transformado en un lugar donde se desarrolla la conversación pública".
"El pluralismo no se da en los noticieros, exclusivamente, se da en las telenovelas, los matinales, los programas infantiles. Hay que hacer el esfuerzo de entender a todos los grupos, desarrollando la creatividad para tener una mejor televisión el día de mañana".
Tres riesgos en torno a legislar sobre el pluralismo en la TV planteó Solari.
"No me gustaría que The Clinic y El Mercurio sean lo mismo. Tratar de homogeneizar las pantallas y la pérdida de líneas editoriales es un error", sentenció.
"El segundo riesgo, que es muy chileno, es que se asocie el pluralismo a la dinámica política del binominal. Que quede restringido y se pierdan los temas de diversidad social, religiosa, étnica, y este debate quede encerrado en la dinámica gobierno-oposición.
El tercero, que creo es un riesgo que casi no existe, es que nuestro Consejo sea como un Gran Hermano que nos quiera indicar qué debemos hacer y qué no, prescindiendo de la libertad".
"Si uno va a imaginar que esto, al final del día, va a operar como un desincentivo, por la vía de reiterados cargos y eventuales sanciones, a que no tengamos programas políticos. Porque si no queda representado el total de la comunidad que pueda sentirse interpelada, esto va a ser un desincentivo. O si, al revés, los que tenemos el desafío de poner en pantalla el debate público somos incentivados".
"No deberíamos hacer el esfuerzo por regular el contenido, sino que hacer un esfuerzo sistemático por incentivar la creatividad y diversidad, y para eso en el canal hay instrumentos que han estado básicamente concentrados en temas del ámbito de la ficción o no ficción documental, pero poco asociados con la información y el seguimiento de temas de agenda pública. Entendemos que en esta tarea tenemos un espacio amplio para seguir creciendo", concluyó.
