Ahora se exigirá que los programas tengan un "claustro" de profesores que haga investigación y atienda alumnos fuera de clases.
Foto La Segunda
Mientras el Gobierno está en pleno diseño de un nuevo sistema de acreditación de la educación superior -para universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica-, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) dio a conocer esta mañana los nuevos criterios que se usarán para acreditar las carreras profesionales de pre grado a partir del 2015.
Tras un año de intenso trabajo (luego de la crisis de esa institución tras la acusación de cohecho contra algunos rectores que hicieron pagos ilegales para conseguir la acreditación de manera fraudulenta) el presidente del organismo, Matko Koljatic, detalló ante rectores y autoridades universitarias los cambios, lo que no fue bien recibido por todos (ver recuadros)
Los nuevos criterios aumentan fuertemente las exigencias a las carreras para otorgar la acreditación (especie de sello de calidad). Y si bien el proceso es voluntario -excepto en los programas de Medicina y Pedagogía-, el no hacerlo implica que la institución y los alumnos matriculados de ese programa no pueden recibir ningún tipo de recursos estatal, como becas y ayudas estudiantiles.
Según las últimas cifras, en Chile existen cerca de 8 mil programas que dictan 180 instituciones de educación distintas. De ellos, cerca del 28% están acreditados desde que se inició el sistema en el país (hace 6 años).
Entre los cambos más profundos, destaca que las carreras deberán tener un núcleo estable de docentes contratado, un "claustro" que no solo entregue docencia directa en aula, si no también supervise el proceso de enseñanza-aprendizaje y atienda a los alumnos fuera de clases. También se pide que estos docentes realicen trabajos académicos y de investigación.
Además se pone como requisito que las instituciones sean propietarias o tengan algún derecho sobre la propiedad de los inmuebles y los recursos con el fin de que aseguren el desarrollo y viabilidad de la carrera (ver infografía).
Ello aborda directamente la falta de profesores de jornada completa en los planteles y el tema de las empresas relacionadas.
Los criterios tendrán un proceso de consulta pública durante 60 días "y dejaremos al menos 6 meses para que las carreras puedan adecuarse, por lo que el segundo semestre del 2015 se comenzará a aplicar", dijo Koljatic.
El rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, señaló que "es bueno que hayas criterios, muy bueno. Mejor aún sería si fueran cuantitativos, pero hay cosas que no es posible medir".
Agregó que "es importante que los indicadores sean bien comparativos, que permitan comparar peras con peras, sobre todo en las carreras humanistas científicas, donde los indicadores son más complejos".
Señaló que "espera que haya criterios universales y una verdadera regulación para que no suceda lo que he dicho algunas veces: que algunas universidades tienen que hacerlo como los dioses para que le den 5 años de acreditación y otras lo hacen como el demonio".
El rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, cuestionó los reparos que hicieron algunas universidades privadas respecto a que los nuevos criterios implican mucha regulación al sistema. "Siempre va a reclamar el que se sienta afectado, hay personas que han usufructuado de un sistema absolutamente desregulado de educación superior, que ha llevado a situaciones criticas como lo que hemos visto con el caso de la Universidad del Mar".
Y sostuvo que "por ellos ojala no se hiciera nada y que cada uno haga lo que quiera y esto sería la maravilla de país (...) El Estado debe permitir la inversión, pero también permitir que se proteja a los usuarios".
El rector de la Universidad del Desarrollo, Federico Valdés, consideró "indispensable que los nuevos criterios respeten el modelo que cada universidad quiere implementar. Lo que sería negativo es establecer un modelo ideal de universidad porque eso terminaría con la capacidad de innovar".
Dijo ser "partidario que el sistema se base en la autorregulación y que al final, en base a la competencia entre los proyectos universitarios, se decante cuáles son los mejores, los alumnos van a elegir. Veo con temor que las regulaciones pueden terminar ahogando la capacidad de innovación de un sistema que requiere que seamos creativos y diversos".
