El obispo Emiliano Soto dijo que ritual con agua es "ajeno a la fe evangélica".
La casa donde murió la pequeña.
"Dejemos actuar a la justicia. A esta familia la conocía hace tres meses".
Así respondió esta mañana a La Segunda el pastor evangélico del Ministerio Unidos en Jesucristo Raúl Cantalicio Palomino (63) sobre su relación con Víctor Escobar y Silvia Andrade, los padres de la pequeña de 7 años que murió asfixiada por aspiración de agua, presuntamente en medio de un ritual de sanación. Ambos padres serán formalizados junto a otras dos personas.
El jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI de Rancagua, Pedro Calderón, indicó que indagarán el rol que tuvo el pastor en los hechos. "Está dentro de nuestras diligencias entrevistarlo. Pero para eso tenemos que entrevistar a otras personas antes. Por los antecedentes, sería un pastor de la zona que obviamente a la gente le daba directrices religiosas evangélicas", dijo el subprefecto.
El policía indicó que recibirán ayuda de Santiago y que la investigación se amplió en busca de más casos de sanaciones en la zona, aunque sin un desenlace fatal.
La presidenta de la Junta de Vecinos de El Cajón, Isabel González, indicó que la familia "llegó aquí hace cinco años, venía del sur. El padre se dedicaba a hacer muebles y la madre era súper silenciosa".
Consultado sobre el presunto ritual, el obispo de la Iglesia Evangélica Pentecostal Reformada, Emiliano Soto, afirmó que si bien siempre se han hecho sanaciones en su religión, "nuestras acciones normales son la oración sobre el enfermo, la imposición de manos, lo que establece la Biblia. Jamás meter a nadie en el agua de una tina. Eso es absolutamente ajeno a la fe evangélica (...) Esto fue una medida desesperada de la familia.