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Doctora del Centro Bioética de la UC: "Hay personas que me solicitaron eutanasia"

Contraria a la muerte inducida, Paulina Taboada propone en cambio optimizar tratamientos paliativos para el cuerpo y el alma.  

por:  Patricio Pino M.
lunes, 29 de septiembre de 2014

La doctora Paulina Taboada en la Clínica Familia de La Florida.


Foto RICARDO ABARCA

Cuando concedió esta entrevista, la doctora Paulina Taboada -médico de la UC y PhD en Filosofía en Liechtenstein- estaba en su día como voluntaria en la Clínica Familia. Fundada por Baldo Santi en La Florida para atender a portadores de VIH, hoy recibe pacientes terminales con diversas patologías.

"En los años que lleva esta clínica ha habido seis pacientes que pidieron eutanasia y les dijimos que nos permitieran optimizar los cuidados paliativos y, después de un tiempo, todos desistieron. A veces, las solicitudes vienen de síntomas espirituales no controlados, personas que sienten que su vida no valió la pena y no tuvo sentido. Es una angustia tan grande que dicen que prefieren que las duerman, las maten. Pero cuando les ayudamos con terapia psicológica, eso se ha revertido", dice la académica de la UC.

Su reflexión surge ante el debate por la idea del PS y del PPD Guido Girardi de reponer el tema a nivel legislativo. A juicio de Taboada, "hay dos formas de entender la muerte digna. Una es eutanasia o suicidio médicamente asistido y, la otra, apoyo integral, que aborda los síntomas físicos, psicológicos, espirituales, sociales. Estoy a favor y trabajando en la segunda línea".

-¿A usted, le han pedido eutanasia?

-Hay personas que me lo solicitaron. Habitualmente no usaron esa palabra. Me dijeron: 'ayúdeme, así no puedo más' o 'haga algo por mí', y uno entiende que detrás el mensaje es 'acabemos con mi vida'. Que me acuerde, han sido cuatro. La última hace un mes, en el hospital UC. Uno pensaría que por ser católico la gente no lo va a pedir, pero fue una señora de más de 80 años, con patología terminal, no vidente, media sorda. Y el más fuerte fue una persona de 19 años, con un cáncer agresivo en la cara (se toca entre el pómulo y la nariz), me lo pidió convencidísima, porque desfiguraba su imagen.

-¿Y por qué no aceptar una petición en tales circunstancias?

-El derecho fundamental es la vida, que se proteja. Y cuando no se pueda recuperar la salud, que se pueda cuidar, aunque la vida sea muy precaria.

-¿Qué pasa con la agonía, la angustia personal y familiar?

-Muchas veces el debate de la eutanasia es una reacción al uso inadecuado de la tecnología. Más que solicitar realmente la eutanasia, (el objetivo) es que no se prolongue artificialmente la agonía. Estoy de acuerdo con eso. No es éticamente correcto prolongar la agonía y abusar de la tecnología.

-¿Qué hacer, entonces?

-Depende de la situación. Puede que se necesiten analgésicos, antieméticos (antivómitos) o remedios para sentirse con más energía. Es tarea de la medicina paliativa, con qué puedo ayudar para no tener los síntomas físicos que hacen que las personas quieran pedir la eutanasia.

Taboada cita un estudio hecho en Holanda. "Un autor describe el ABCDE de las solicitudes de eutanasia: Afraid (miedo), Burn out (fatiga emocional), Control (deseo de controlar la muerte), Depression y Excruciating pain (dolor insoportable). Esas cosas se pueden enfrentar. Según el estudio, 35% de los pacientes que ingresaba a su clínica pedía eutanasia por alguna de esas razones. El doctor respondía que no podemos ofrecer eso, en cambio tenemos 'medicina paliativa' y el porcentaje que seguía pidiendo la eutanasia se reducía al 0,25%", dice.

-¿Y algo que no sea remedios?

-Hay otro estudio que marcó un hito, de un holandés que presidió la comisión de Bioética de la Unesco, que muestra que más del 50% de las solicitudes de eutanasia venían de la sensación de pérdida de dignidad. Los pacientes sienten que su imagen se deteriora, dependen de otros para comer o ir al baño, y eso les hace querer dejar de existir. En tal sentido, hay una línea que me gusta mucho -de un doctor de Canadá-, que se llama terapia de la dignidad y es una intervención psicoterapéutica, en que la persona cuenta su historia, los episodios significativos en su vida o los que quisiera que otros conocieran. Con esas intervenciones se logra disminuir la necesidad de antidepresivos, analgésicos, porque la persona se pone en otra actitud. Vuelve a darse cuenta de que es digna y que el momento que está viviendo, de decadencia y vulnerabilidad, no es toda su vida. Hay muchas otras cosas.

-¿Cuánto de tratamiento paliativo existe hoy en Chile?

-En nuestro país no existía nada hasta que el Auge lo introdujo como prestación para los pacientes con cáncer diagnosticado por una biopsia. Pero no vale para patologías terminales que no son cáncer: enfermedades hepáticas, cardíacas, pulmonares, neurológicas, hasta demencia senil, que empieza a ser muy frecuente en nuestro país. Tendríamos que avanzar en eso.

"Podría ser una discriminación"

De acuerdo con la doctora Taboada, es importante plantear el tema del dinero en la eutanasia.

"En el estado de Washington se formó una comisión para resolver si se legalizaba la eutanasia. La conclusión fue que podría terminar convirtiéndose en una herramienta que discrimine, que al final recurran a ella las personas que no tienen buen acceso a la salud y que, por lo tanto, tienen más síntomas, más dolor, o que han recibido peor tratamiento por su patología".

Es este argumento el que le permite a la especialista defender que nuevas patologías en su fase terminal se incluyan en los cuidados paliativos que establece el Auge. "Esto podría hacer que tuviéramos una situación más equitativa, y no exponernos al riesgo que ya en el estado de Washington no quisieron correr".

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