Incorporado al sistema de reclusión de menores en diciembre de 2012 -el gobierno anterior jamás organizó una ceremonia pública de inauguración-, el Centro Metropolitano Norte en Tiltil del Sename alberga hoy a 93 jóvenes infractores de ley, pese que fue construido para recibir hasta 300.

Pensado con un "estándar superior" al resto de los centros de menores del país, la construcción y habilitación del recinto requirió más de $ 11.000 millones de inversión ($ 10.000 millones en el primer gobierno de Bachelet y $ 1.260 millones en el de Piñera).

El establecimiento fue pionero y modelo, debido a que se licitaron todos los servicios de trato directo con los menores, como la capacitación, educación, salud, alimentación, transporte e infraestructura. Los funcionarios de Sename sólo quedaron a cargo de la administración y Gendarmería, de la custodia.

Ese modelo se acabó luego de que de un interno de 17 años muriera apuñalado.

Pero los problemas siguen en Tiltil.

Según señala el jefe de la Unidad de Defensa Penal Juvenil de la Defensoría Penal, Gonzalo Berríos, "este centro tiene serios problemas de suelo. Hoy hay tres cabañas (de siete) que se están hundiendo y por ello son inhabitables. Tampoco le está llegando toda el agua que se necesita y faltan educadores del Sename".

Anticipa: "La lección para el futuro es que los centros no pueden ser de más de 100 internos", dijo Berríos.

Falta de atención médica

A ello se suma un informe emitido en mayo por la Corte de Apelaciones de Santiago, donde se indicó que había 49 internos y sólo 11 eran menores. Esta situación es permitida por la ley cuando se están cumpliendo penas por delitos cometidos cuando todavía eran adolescentes.

También indica el texto que "en el sector de enfermería se encuentra un interno con una pierna herida por impacto de bala que no está recibiendo ninguna atención".

En la visita liderada por la ministra Jenny Book se constató también que "no hay entre Sename y Gendarmería, al parecer, un protocolo para coordinar estrategias de seguridad al interior del centro".

El dirigente de la Asociación de Funcionarios del Sename, Manuel Tapia, agrega que en Tiltil "hay 7 educadores; uno por cada 13 personas y eso es mucho. No sólo porque el ideal es que haya uno por cada seis internos, sino porque hay menores con alto perfil delictual. Para tratarlos se requiere una experiencia que algunos educadores aún no tienen", dijo.

La mezcla de menores con adultos también fue constatada en la última visita de las Comisiones Interministeriales de Supervisión (CISC, creadas por el Ministerio de Justicia). Un informe de diciembre pasado dice que "no existe separación entre menores y adultos, tampoco por edad ni plan de intervención".

Ese mismo informe indica que la intervención del Sename era "deficiente, toda vez que (el personal) no ha sido capacitado en temas relevantes a la intervención directa con jóvenes. Las capacitaciones son escasas".

Se reforzará dotación

Consultada por La Segunda, la directora regional del Sename, María Rosa Montero, anunció que Tiltil "recibirá dotación extra en las próximas semanas. En principio serían quince personas, pero estamos en proceso de confirmación". Eso sí, no fijó plazo para ocupar el total de la capacidad del centro, que se hará "de manera paulatina".

Y recalcó: "El personal que trabaja ahí tiene las capacidades. Entrar a trabajar a cualquier centro cerrado implica una evaluación curricular, psicológica que habilite y un proceso técnico, por lo tanto si bien son jóvenes están capacitados", indicó.