Entretención y variada gastronomía es la oferta del sector, que sigue renovándose para instalarse como el polo bohemio de Santiago.
1)Nolita. 2)Squadritto. 3) El Biógrafo. 4)Lucia Bistrot. 5) Quitral.
En pleno centro, entre el cerro Santa Lucía y el edificio del GAM, el barrio Lastarria se conformó como un sector entretenido y bohemio, con cine, teatro y también una oferta gastronómica que está en locales pioneros o debutantes, pero con una variedad que puede satisfacer todos los gustos.
Nolita (Lastarria 70). "La decisión de instalarnos aquí fue tomada después de empaparnos por mucho tiempo de lo que era este hermoso barrio, y concluir que era perfecto para este proyecto", afirman sus dueños Carlos y Pancho Toro, que abrieron este segundo restaurante, hace dos años, siempre con especialidad en pastas rellenas y gran variedad de pescados, mariscos y carnes.
El chef es Pancho, que trabaja con dos chefs ejecutivos: Marcos Ballesta y el suizo Michael Egger.
De las especialidades, recomiendan: Surtido de mariscos para 2 personas (centolla, ostiones, cebiche, salmón ahumado y camarones, sobre una base de lechuga, $19.900), panzotti (pasta rellena con queso de cabra en liviana salsa con aceitunas, cebollas confitadas y queso parmesano, $8.900), grillas de pescados y mariscos para 2 (salmón, pescado blanco, ostiones, calamares, pulpo y camarones, acompañado de papa al horno y vegetales grillados, $25.500).
Lunes 12:30 a 22:00; martes, miércoles y jueves, de 12:30 a 23:00, viernes y sábado, de 12:30 a 00:00, y domingo 12:30 a 22:00 horas. Capacidad: 80 personas.
Quitral (Lastarria 70, local 4). Llegó este año al barrio. Presenta una carta que ofrece comida chilena moderna de autor.
"El chef, Carlos Mardones, selecciona los mejores productores artesanales chilenos, haciendo un recorrido por diversas regiones, logrando deleitar con comida chilena gourmet", señala la administradora, Valentina Piccolini.
Mardones tiene una vasta trayectoria en restaurantes como Las Olas, del Hotel Sheraton de Viña del Mar, Il Paparazzo, de Valparaíso, Sakura, Ox, y Dom, en Sao Paulo, Brasil.
De su creatividad, lo de mayor aceptación es la deconstrucción de pastel de choclo (se presenta con un asado de tira de cocción lenta, parado sobre sus huesos con una cascada de pastelera de choclo, aceitunas, huevos de codorniz y un demi glacé de Oporto, $9.800), el salmón encostrado (cubierto de una mantequilla en especias, acompañado de una quínoa roja con salsa de tomate cherry y cebollín a la parrilla, $9900)
Todos los días, almuerzo de 12:30 a 16:00 horas y cena, de 19:00 a 23:30. Viernes y sábado, de 19:00 a 00:30 horas. Capacidad: 200 personas en salón y terraza.
Squadritto (Rosal 332). Raúl Squadritto Moggia es ingeniero comercial y chef autodidacta. Trabajó años fuera del país hasta que decidió volver. "Quise empaparme con la experiencia de mis padres para mantener vivo su legado gastronómico", asegura.
Sus progenitores iniciaron este negocio en 1955, en Viña del Mar. En Santiago, lo inauguraron en 1994.
"El estilo de nuestra carta es comida clásica italiana, que incorpora productos chilenos a nuestras recetas", comenta Raúl.
La fuerte competencia en el sector no le preocupa, al contrario: "Nuestra ubicación se ha robustecido con la llegada de nuevos restaurantes, convirtiendo el lugar en un nuevo polo gastronómico, sin afectar la vida del barrio".
De su carta, recomienda: Risotto al nero di seppia (arroz saborizado con tinta de calamar con mariscos, $ 9.300), paglia e fieno, con salsa Alfredo (pasta de huevo, con otra de espinacas, más la clásica salsa Alfredo, $ 8.200) y anollini relleno con carne de jabalí y salsa a elección ($ 8.900).
De lunes a sábado, de 12:30 a 17:00 y de 19:00 a 23:00 o 00:00 si es fin de semana. Domingos, sólo almuerzo. Capacidad: 140 personas.
Café El Biógrafo (Villavicencio 394). El local está dividido en tres ambientes: una terraza para fumadores, un privado para eventos y un primer piso donde está la barra. "Emula al clásico café que se puede encontrar en Buenos Aires", señala Alejandro Scrigna, gerente de operaciones.
Su padre, Daniel, es el empresario dueño del cine El Biógrafo, que compró este local hace 15 años y lo remodeló.
El chef a cargo es David Esteban Cortez: "Nuestro estilo es cocina de autor, pero con matices de diversas cocinas al presentar preparaciones con cuscús, tradicionales pasteleras de choclo, caldillos de congrio y pastas".
La carta de cócteles ofrece más de 30 preparaciones diferentes, además de cervezas, licores y destilados. En la línea gastronómica, a la hora de almuerzo, el menú varía constantemente con la rotación de unos 70 platos. En las tardes, invita a preparaciones para picar, que sirven de acompañamiento a los tragos.
Lo más solicitados son las pizzas a la piedra: de salamín, cebolla confitada y mozzarella ($ 4.900), de camarones, pesto de albahaca mozzarella y berros ($4.900) y del Biógrafo (base de pomodoro, rúcula y mozzarella, jamón de pierna o salamín, aceitunas negras o alcaparras, palmitos o pimientos rostizados, choclo o cebolla morada, $5.100).
También son favoritas las empanadas de mariscos, de plateada, napolitanas (jamón y queso) y de cebiche. Se sirven en pares ($2.100) o en un mix de 6 con una combinación de algunas de las anteriores ($5.500).
De lunes a miércoles, de 9:00 a 00:00; jueves a sábado de 09:00 hasta las 02:00, y domingos de 13:30 a 23:00 horas. Capacidad: 170 personas.
Lucía Eco Bistrot (Padre Luis de Valdivia 338). Es una creación del joven chef Juan Carlos Ayub, con formación en Chile y España. "La idea es crear un buen producto, platos entendibles, realce de sabores y mezclar lo mejor del mar con la tierra", asegura.
Para desarrollar su proyecto se instaló en la segunda planta de una casona antigua, donde se pueden observar los acuarios con los mariscos que ofrece, que es una de sus particularidades.
La carta también incluye una línea de tiraditos, cebiches y parmesanos.
Los tiraditos no son con la típica receta peruana, si no una interpretación que propia de Juan Carlos: "Es una chilenización, porque no maceramos, sino que aliñamos el pescado". Los aliños pueden ser, del Valle de Azapa (aceitunas negras del Valle de Azapa, albahaca, limón, aceite de oliva) o de pebre y mango (mango ariqueño, cebolla morada, limón o soya).
Pero no todo es de mar, además hay propuestas de carnes, exclusivamente orgánicas, como la plateada orgánica de Victoria (cocinada a la greda con succotash, papas semilla, tomate cherry, choclo, hojas de albahaca y mantequilla, $8.900) o el pollo de grano orgánico (a la parrilla, con ensalada de tomate, albahaca y queso fresco con oliva, $7.600).
De lunes a sábados, en horario continuado de 12.30 a 1:00 horas.
Capacidad: 18 personas.