"¿A ustedes les hace sentido que si el Estado pone $ 14 cada $ 15 en la educación municipal y particular subvencionada, no ponga las reglas del juego?. Es obvio que tiene que poner las reglas del juego".

Con esas palabras el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, explicó esta mañana en Maipú los cambios que contempla la reforma educacional en materia de copago.

Y de manera enfática señaló que "cómo vamos a tener una educación inclusiva si un tipo de colegio cobra co pago, lucra y puede seleccionar, mientras que otro no cobra y recibe a todos. Y ambos colegios son financiados por el Estado".

Ante una audiencia de más de 600 personas -mayoritariamente profesores, estudiantes y dirigentes sociales-, el ministro hizo una relajada exposición de por qué había que impulsar "con unidad de todas y todas" la mayor reforma del actual gobierno.

Apenas subió al estrado le dijo a todos: "¿Quién me metió en esto' ¿Y cómo me metí en esto?" y entre risas de los asistentes respondió que "tras recordar la cara de tantos niños que me ha tocado visitar en estos cinco meses, recuerdo esas caritas y esos ojos llenos de esperanza tantas veces frustrada... y ahí digo ¡ya sé por qué me metí en esto!".

Luego agregó: "es una tarea enorme que no vamos a poder lograr sin la ayuda de todos. Esta no es una reforma en contra de nadie (...) si abrimos el corazón y flexibilizamos nuestras mentes, incluyéndonos, vamos a poder ir encontrando los caminos de unidad porque lo necesitamos de manera urgente".

"Un país de castas"

Ante parlamentarios como Andrés Allamand (RN) y Fulvio Rossi (PPD) el ministro detalló paso a paso la reforma y terminó interactuando distendidamente con la audiencia en más de 50 minutos de exposición.

Tras reconocer "el aporte del sector privado y particular subvencionado" en la alta cobertura educacional, enfatizó que "el problema es que lo hicimos de una manera muy desproporcionada y terminamos siendo el país con la mayor segregación en los colegios (...) Una educación completamente segmentada, un país de castas".

En medio de su presentación -apoyada por las mismas láminas que expuso en el encuentro de Icare ante los empresarios- el ministro hizo una pausa y comenzó a enumerar:

"Tenemos problemas en la educación inicial en el reconocimiento oficial, en los estándares y cobertura; tenemos una educación básica y media completamente segregada; tenemos una educación técnica que no está habilitando a los niños para el mercado del trabajo; tenemos una educación que segrega a los niños con necesidades especiales; tenemos problemas severos problemas de calidad en nuestras universidad, serios problemas de financiamiento e investigación también; tenemos problemas de carreras universitarias muy largas; tenemos una acreditación sesgada; hay conflicto en las condiciones de trabajo de los profesores, de sus remuneraciones, jubilación, formación inicial, en el agobio laboral... ¿sigo?".

Luego dijo: "El tema de nuestra reforma educacional y lograr calidad nos va tomar más de una década, pero no podemos seguir esperando para partir. No podemos tener la miopía de pensar que esto va a tener resultados tangibles a muy corto plazo, pero si no comenzamos, nos va a cobrar la cuenta muy duramente más adelante".