Entregar gratuidad a todos los estudiantes de educación superior, pero siempre y cuando las instituciones donde se matriculen sean más estrictas en calidad.

Esa es la idea en la que está pensando el Gobierno, cuenta la asesora de la Presidenta Bachelet en materia de educación superior, la ingeniero comercial Claudia Sanhueza.

La investigadora del Instituto de Políticas Públicas de la UDP -doctorada en Economía de la U. de Cambridge- advierte de entrada que es básico "mejorar los mecanismos de selección universitaria" del actual sistema (PSU).

-¿Hablamos de educación superior gratuita para todos... o con selección?

-Puede ser gratuita y con selección. Por ejemplo, Finlandia tiene un sistema gratuito de educación en todos los niveles, pero con un sistema de selección a las universidades súper estricto y exámenes de admisión bien exigentes.

En el otro extremo, cuenta, está la realidad de Argentina donde hay universalidad de acceso sin restricciones, pero hay alta deserción y demora en la titulación.

"(El sistema chileno) no necesita ser parecido al modelo de Argentina, no estamos pensando en eso sino en una cosa más al estilo de países nórdicos como Noruega, y además Nueva Zelandia, donde también hay gratuidad con selección. Lo que sí, necesitamos mejorar nuestros mecanismos de selección (a la educación superior), aunque es un tema de largo aliento", señala.

Financiar a las instituciones

La experta -quien fue parte del equipo de Educación encabezado por la hoy subsecretaria Valentina Quiroga, grupo encargado de diseñar gran parte del programa de gobierno en esta materia- aclara que "en los países donde hay gratuidad, en general, lo que se hace es financiar a las instituciones. Y mediante esas instituciones de calidad se asegura el derecho ciudadano de acceso a una buena educación. No se trata de financiar aranceles o vouchers, sino financiar el acceso a planteles de calidad".

-Pero al no existir vouchers ¿el Estado financiará la infraestructura?

-Es parecido (a lo propuesto) en escolares; es decir, que los privados tengan que responder a normas públicas para acceder a fondos públicos y que, de alguna manera, en este momento ya lo hacen. Hablamos de que (para que sus alumnos accedan a la gratuidad) deben ser establecimientos sin fines de lucro y que hayan querido participar en el sistema centralizado de admisión vía PSU. Entonces, ya hay un piso para partir.

-Entonces ¿planteles públicos y privados podrán entregar gratuidad?

-Eso aún está en construcción. Pero en el fondo la gratuidad universal se dará con las instituciones que firmen convenios con el Estado donde se establezcan ciertos requisitos. Y eso podría integrar a las universidades privadas.

-La mayor crítica que hay a la reforma es que no apunta a la calidad.

-Claro, porque entienden calidad como el resultado que hoy es medido por la prueba Simce. Pero la calidad de la educación se mide por el proceso educativo. Y nuestro problema como país es que somos uno de los países con mayor segregación educativa a nivel socioeconómico. Y la reforma apunta a mejorar la calidad del proceso educativo, terminar con la segregación escolar, con el copago, con el lucro y la selección arbitraria de parte de los colegios.

-¿Eliminaría el Simce?

-Soy muy crítica del Simce porque es un sistema de mercado que usan las familias para elegir colegios, pero es un mal indicador de calidad. Soy partidaria de parar su uso y sólo lo dejaría de manera muestral para hacer investigaciones.