La comunidad acusa que el proyecto El Canelo pasará por los terrenos donde se ubica el convento en el Cajón del Maipo y afectará a nueve parcelas además de la flora y fauna que existe en el sector.
Foto Ricardo Abarca
Con cánticos y plegarias religiosas, carteles con la leyenda “salva al Cajón del Maipo, sin amor no hay desarrollo”, y con botellas con agua bendita para repartir a los transeúntes, dos religiosas de la Congregación de Las Carmelitas Descalzas y vecinos de la comunidad llegaron a las ocho y media de esta mañana, hasta la Intendencia Metropolitana de Santiago, para reunirse con la máxima autoridad de esta repartición, Claudio Orrego, y concejales de la comuna, para solicitar el rechazo al proyecto hidroeléctrico El Canelo (inicialmente se les había negado el permiso para protestar rezando, pero ayer en la tarde la autoridad les dio la venia).
La construcción de la central de pasada —ya rechazada en primera instancia por el Sistema de Evaluación Ambiental, por presentar deficiencias— contempla una extensión de 4 kilómetros por la rivera del río Maipo, en la localidad del Peumo.
La comunidad acusa que el proyecto pasará por los terrenos donde se ubica el convento y afectará a nueve parcelas además de la flora y fauna que existe en el sector.
Los vecinos de esta zona del Cajón del Maipo explicaron que esta inédita forma de manifestación responde a que confían en que lo único que los puede salvar de este proyecto son fuerzas superiores.
Por eso, junto a las hermanas de las Carmelitas escribieron la letra de una canción con matiz religioso, que da cuenta de la situación que hoy viven en el Peumo.
La decisión final sobre este proyecto la tendrá el Comité de Ministros, cuando vote a favor o en contra, en las próximas semanas.
