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Carmen Gloria Quintana, víctima de violaciones a los DD.HH. : “Hay muchas emociones reprimidas entre nosotros”

Bachelet acaba de nombrar a esta psicóloga como agregada científica en Canadá, país que la acogió después que en 1986 una patrulla militar la roció de combustible junto a Rodrigo Rojas y les prendió fuego. Sólo ella sobrevivió.

por:  Rebeca Araya Basualto
sábado, 28 de junio de 2014
Carmen Gloria Quintana, agregada científica en Canadá

Carmen Gloria se propone mejorar las condiciones de los becarios chilenos que estudian en Canadá.


Foto Jorge Vargas / La Segunda

Acordamos reunirnos en un café del Centro Cultural Palacio de la Moneda. Alta y cuidadosamente maquillada sobre el mapa de injertos que reconstruyó su rostro, saluda con una timidez que la hace parecer distante y sigue dócilmente al fotógrafo, para hacer las tomas que ilustran esta entrevista.

Desde junio de 2010 vive en Canadá, dedicada a un doctorado que en Chile no logró concluir, pues le fue imposible compatibilizar trabajo, estudio y el cuidado de sus tres hijas, pese al apoyo incondicional de Juan Enrique Campos (59), su esposo desde hace 23 años.

Entre septiembre de 1986 y julio de 1988, Canadá la acogió por primera vez, junto a su familia, ofreciéndoles protección y los tratamientos médicos que le permitirían rehabilitarse, tras sufrir quemaduras en el 65% de su cuerpo que la patrulla, comandada por el teniente Pedro Fernández Dittus, bañó con el combustible que la entonces estudiante de ingeniería de la Universidad de Santiago llevaba, junto a Rojas de Negri y otros jóvenes, para iniciar una barricada en apoyo al paro nacional convocado por la oposición al gobierno militar aquel martes 2 de julio de 1986.
 
—En cuanto me repuse lo suficiente —recuerda— empecé a recorrer el mundo denunciando lo que nos pasó.
—¿De dónde sacaste valor para eso?
—De la rabia y la pena. De la convicción que mi cara en las fotos, en la televisión, en todas partes, era una bofetada a quienes nos hicieron esto. Mi testimonio era la prueba de lo que enfrentábamos como generación. Quise ayudar a poner límite a la represión.
Amor clandestino
No todo fue activismo tras la tragedia. Carmen Gloria volvió a Chile, estudió psicología (“necesitaba explicarme la maldad humana” ha dicho) y en 1989, tras más de 40 operaciones, tomó dos decisiones vitales: ni una operación más y no más prensa. La democracia volvía y ella quiso recuperar su vida. A fines del ‘89 conoció a Juan Enrique, entonces funcionario del Banco de Chile, quien llega a buscarla en mitad de esta entrevista y se integra a la conversación.
—Aunque estuviéramos en democracia —recuerda él, con amargura— siempre pensé que si sabían que ella era mi pareja, me despedirían. Oculté la relación hasta que nació nuestra primera hija. Entonces nos casamos. Llevé los papeles a Recursos Humanos y días después me despidieron, tras 15 años de servicio. Causal: necesidades de la empresa”.
La transición no fue un tiempo amable para la familia. En 2011 ya convertida en profesional y con un Magíster en Psicología Clínica obtenido en la UC, declaró a The Clinic: “Durante muchos años las víctimas hemos sentido que molestamos” y confrontó a Clara Szczaranski, entonces a la cabeza del Consejo de Defensa del Estado, quien le explicó la reticencia de este organismo a indemnizarla como estableció la Corte Suprema argumentando: “No te podemos indemnizar porque eso sería precedente para que, si un carabinero borracho atropella a alguien, éste demande al Estado”, según denunció indignada Carmen Gloria.
Vacíos y temores
— ¿Cómo te enteraste de tu designación en Canadá?
—Es bueno decir que ni busqué ni esperaba este cargo. Estaba concentrada en mi doctorado, trabajando en mi consulta privada y en la Comisión Escolar de Montreal. Y me llamó el canciller, anunciando que la Presidenta me había asignado este cargo. La alegría fue tan grande como la sorpresa recibida.
—¿Qué aporta este cargo a tu vida?
—Llenó el vacío de sentir que yo no aporto al desarrollo de mi país. Trabajé con jóvenes en el Sename; como docente en la Universidad Andrés Bello y el Hospital Gustavo Fricke de Viña. Eso te hace falta cuando estás lejos. Me emociona saber que mis competencias profesionales y la experiencia como víctima de la dictadura vuelven a ser útiles a mi gente, aunque esté lejos.
El tema de su tesis doctoral es el schock cultural (aculturación) de los hijos de chilenos nacidos en el extranjero.
“Dedico la investigación a Rodrigo Rojas de Negri, que salió de Chile muy niño, siguiendo a su madre al exilio y vino para conocer su país. Quiero saber que pasa con la identidad de los jóvenes que llegan a vivir a otra cultura, otro idioma, otros valores y como afrontan el schock que implica la emigración”.
—Tus propias hijas, hoy de 21, 14 y 7 años, viven el proceso que investigas…
—Es cierto. Para mi hija mayor ha sido más difícil, aunque estudiaba en la Alianza Francesa, igual que sus hermanas, así que el idioma no fue un obstáculo tan serio.
—¿Y por qué elegiste la Alianza Francesa para que estudiaran?
Responde lentamente: “Debe ser mi propio trauma. Cuando eran chicas, sentí que tal vez en algún momento podría volver a ocurrir en Chile algo que las obligara a salir, como me pasó a mí. Parece que me tranquilicé ocupándome de que manejaran un segundo idioma”.
Calidad de vida
Cuenta que Canadá es una sociedad multicultural donde están largamente resueltos los temas que aquí están en pleno debate:
“El aborto, el matrimonio homosexual o el respeto a los pueblos originarios fueron abordados hace mucho. Hoy el cuidado del medio ambiente y la preocupación por la calidad de vida son sustantivos en el interés ciudadano. Como país, podríamos aprender mucho de ello”.
En relación a los pueblos originarios, por ejemplo, señala que las políticas públicas se basan en el constante perfeccionamiento de iniciativas sustentadas en el respeto mutuo:
“El Estado —dice— apoya investigaciones académicas de estudiantes de pre y posgrado interesados en ese tema. Así recoge insumos para mejorar sus políticas, buscando dar coherencia a acciones proyectadas en el tiempo. En Chile, por ejemplo, se entregan tierras a minorías étnicas, pero no hay capacitación ni acompañamiento a los destinatarios de esas acciones, que finalmente terminan vendiendo lo recibido, en un círculo vicioso interminable y perverso”.
—Mirando el Mundial desde tu especialidad como psicóloga juvenil: ¿Cómo interpretas la violencia que se desata en las calles tras cada triunfo o fracaso? 
—Es complicado. Los artífices de la posición de Chile en este Mundial, son jóvenes humildes. Hay una fuerte identificación de los jóvenes –especialmente de sectores populares— con los seleccionados y allí se confunden admiración por lo que sus ídolos logran con frustración al mirar sus propias posibilidades.
—¿Explicas la violencia colectiva como una suerte de envidia?
—Hay muchas emociones reprimidas entre nosotros y —a propósito de sociedades que ponen sus prioridades en la calidad de vida— creo que trabajar mucho, ganar poco, vivir permanentemente endeudados, no tener espacio para la vida familiar…en fin, todo eso genera estrés. En masa las personas se permiten expresar lo que individualmente reprimen.
—¿Qué responsabilidad atribuyes a la Concertación en la situación que describes?
—A la derecha le corresponde la responsabilidad de oponerse a cambios necesarios, defendiendo intereses que terminaron por hacer de los chilenos objetos del mercado y no sujetos de derechos. Y a la Concertación, sobre todo, no haber terminado antes con la Constitución de 1980, situación que creo posible ahora, porque hay mayoría en el Congreso y eso indica un mandato: la gran mayoría de los chilenos se cansó del sistema neoliberal.
Invertir
La designación de Carmen Gloria coincide con la nominación, como agregadas culturales, de la pianista María Paz Santibáñez en Francia y la actriz Javiera Parada en Estados Unidos. Todas tienen en común, además de destacados desempeños en sus respectivas profesiones, el haber sido víctimas de la violación de los derechos humanos.
—¿Hay una intencionalidad distinta en la proyección de la imagen internacional del país, o son pura coincidencia estas designaciones?
—Percibo reconocimiento a trayectorias profesionales que, en mi caso, se construye desde un origen muy humilde. Mi padre es electricista, mi madre dueña de casa y como todos mis hermanos recibí educación y aprendí a avanzar desde mi propio esfuerzo. Pienso que esta designación también valora la experiencia de chilenos y chilenas que han construido parte de sus vidas fuera del país y asume el hecho de que hubo víctimas durante la dictadura, que supimos levantarnos pese a la barbarie.
—¿Cuáles son tus planes en este cargo?
—No tengo planes aún. Conozco el sistema científico en Canadá por el doctorado y eso me abre puertas. Tengo reuniones previstas con autoridades nacionales para conocer los intereses científicos del gobierno en diversos ámbitos y sé que en mi área, que son las ciencias sociales y salud mental, existen convenios binacionales con la Junji, el Sename y el Ministerio de Salud, estos últimos vinculados a la salud ocupacional. Si es posible, quisiera contribuir a reactivarlos o potenciar su contribución.
 —Específicamente en materia de ciencia y tecnología ¿Cuál será tu aporte? 
 —Creo que el Estado debe invertir más en este ámbito. Por ejemplo, existe una red de becarios chilenos haciendo doctorados o magíster en Canadá. Ellos viven situaciones de gran precariedad, con becas que escasamente cubren sus gastos e incentivos para el retorno poco claros. No se percibe la racionalidad que orienta la asignación de fondos para becas, ni la proyección con que ellos se definen. En esos ámbitos quiero involucrarme. 


Las razones del amor


Preguntamos a Juan Enrique Campos, su esposo, qué lo enamoró de ella:-Su interés por todo, su valentía, las ganas de saber y aprender que nunca se le terminan. Para mi ella es hermosa, pero lo físico importa menos que saber la tremenda mujer que tengo al lado.
 
Ante la misma pregunta, Carmen Gloria lo mira, sonríe y dice "Lo encontré buen mozo cuando lo conocí.. Me gusta su calma, comparto sus valores, me gusta su forma directa de decir las cosas. Estoy enamorada de él hasta el día de hoy".
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