Por Rosario Covarrubias
Covarrubias.ro@gmail.com
Psicóloga Clínica

Continuamente he sido testigo del escepticismo ante la idea de la pareja.  El cuestionamiento de si la monogamia es una convención social o si tiene una raíz más profunda;  de si el amor dura para toda la vida. 

Cada uno debe encontrar sus propias respuestas  y tener siempre en cuenta que si lo que se quiere es que la relación perdure en el tiempo va a ser la voluntad una de las mejores  aliadas, ya que es necesario un continuo trabajo para conseguir ese fin. 

Ahora, el concepto de voluntad en el contexto de la pareja requiere de un predicado, es demasiado amplio decir que se aplicará con el fin de permanecer juntos. La voluntad cobra sentido cuando se lleva a iniciativas concretas que la requieran.

Pasos para aterrizar la voluntad al servicio de la pareja:

• Voluntad para generar buenas conversaciones.
Aprender a conversar  es una cualidad que facilita las relaciones.
Centrar la atención en los comentarios e ideas del otro que resultan más interesantes y desde ahí construir conversaciones, en vez de  quedarse en los temas en los que el desacuerdo prevalece.

No se trata de eludir conversaciones por temor a enfrentar un conflicto, esto en ningún caso sería aconsejable. El punto es que las discusiones deben ser acotadas a ciertas circunstancias, no permitiendo  que invadan la cotidianidad,  porque de ser así, inevitablemente el vínculo comienza a deteriorarse. 

• Voluntad para tener espacios de intimidad y sexualidad.
El  contexto de  exigencia actual en el que muchas personas viven, facilita la aparición de estrés y la falta de deseo sexual tanto en hombres como en mujeres. Se requiere voluntad para no tomarlo como normal y esperar que esto se revierta espontáneamente.  Las parejas pasan por distintos ciclos en cuanto al interés sexual y comprometerse a generar espacios de encuentro es la única vía para que no se vayan distanciando en este plano.

• Voluntad para llegar a acuerdos donde ambos estén dispuestos a ceder, sin imponer visiones.
Respetar a la pareja es pensar que su opinión es tan válida como la de uno, y por ende, sería un sin sentido mantener posturas impositivas.

• Voluntad para incentivar el desarrollo del otro. 
Partiendo de la base que amar a una persona es desearle lo mejor  en todo sentido, incentivar la realización de sus sueños es una demostración de amor que se traducirá en una relación más profunda y comprometida.  Llevándolo al plano concreto, ayudar al otro con el cuidado de los hijos mientras saca su título, podría ser un buen ejemplo.

• Voluntad para comprender la forma de expresión de amor de la pareja.
Con los años de convivencia creemos conocer todo sobre la persona con que estamos y demostramos nuestro amor sin pensar en si esa es la forma que el otro necesita. Vale la pena hacer un alto y conversar  sobre cómo nos gustaría que nos demostraran el cariño. Entendiendo que todas las formas son necesarias, podríamos encontrarnos con la sorpresa de que el otro necesita más palabras tiernas, o más caricias o incluso que la demostración de amor se manifieste en cosas prácticas como sacar la revisión técnica del auto, por ejemplo. Tener en cuenta esto es la mejor forma de asegurarnos que la otra persona se sienta querida.

Ser conscientes de cómo aplicar la voluntad en la relación de pareja es clave en la lucha porque ésta perdure en el tiempo.